Una de cada tres adolescentes mujeres sufren trastornos de la alimentación, consecuencia de la pandemia
Lo dice la Sociedad Argentina de Pediatría; especialistas resaltan que el encierro, la incertidumbre y las redes sociales empeoran las conductas de alimentación en jóvenes
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Esconden la comida, se la llevan a su cuarto o alegan que no quieren nada porque se sienten mal. Estas son algunas de las excusas que ensayan las adolescentes con problemas de bulimia y anorexia. Y no es un problema nuevo. Lo que sí es noticia es que la pandemia de coronavirus agravó (bastante) los trastornos de alimentación en mujeres jóvenes.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la cuarentena, el miedo al contagio y la incertidumbre, recrudecieron la patología, como consecuencia de la pérdida de contacto con los grupos de pares y la falta de una red “de contención social”.
Una de cada tres mujeres jóvenes padece trastornos relacionados con la alimentación. El número surge de un relevamiento artesanal de la Sociedad de Pediatría.
“Son múltiples los factores que llevaron a este incremento en los trastornos, no es sólo por el aislamiento social, sino toda la situación, el temor al futuro, el miedo por la salud propia o de familiares, la situación económica (en el hogar), la falta de proyección, la incertidumbre”, explicó Rut Vanesa Mariñas, pediatra especialista en adolescencia.
“El aislamiento exacerbó todo, los chicos pasan más tiempo solos, con sus pensamientos, comparándose todo el tiempo con algo que no es real, con imágenes retocadas con photoshop, o gente que siempre es feliz”, agregó la médica, que trabaja en el Hospital de Niños de La Plata.
En un informe que LA NACION publicó en agosto de 2020, cuando empezaban a notarse las consecuencias del encierro en jóvenes, Juana Poulisis, psiquiatra, Fellow de la Academy of Eating Disorders y presidenta del Capítulo Hispano de dicha organización internacional, explicaba que la pandemia incrementó el uso de las redes sociales como forma de comunicación, algo que “potencia el riesgo de Trastorno de la Conducta Alimenticia en aquellas personas expuestas al ideal de delgadez y a la cultura de la dieta”.
Y ese es un verdadero problema porque tal como explicó en aquel artículo la psicóloga Alicia Alemán “el estereotipo de belleza está asociado con la delgadez y el 90% de las mujeres no entra en esos parámetros, lo que se vuelve especialmente difícil para las adolescentes”.
Cuándo estar alertas
Según le dijo a Télam la pediatra Mariñas, uno de los principales cambios de un adolescente con este tipo de patologías es “no compartir las comidas, con una u otra excusa nunca los ves comer, aunque dicen que ya lo hicieron o que se sienten mal, o se lleva la comida a su cuarto porque está haciendo algo que no puede interrumpir”.
Ante determinadas actitudes que puedan hacer pensar que un niño, niña o adolescente está padeciendo algún tipo de trastorno alimenticio, “lo primero es hablarlo, no desde el lugar de controlador, sino desde un lugar contenedor y de acompañamiento”, advirtió Mariñas, una pediatra con 15 años de experiencia.
Asimismo, remarcó que es indispensable una consulta “a especialistas, pero de una manera integral” ya que estas patologías tienen que evaluarse “desde lo físico, lo psicológico y en el contexto social en el que vive el adolescente”.
Los trastornos de la conducta alimentaria se definen clásicamente como una alteración en la forma de alimentarse que impacta en la salud física y psicosocial de las personas, donde la Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa constituyen las formas más conocidas en la población, presentándose en una relación de 4 o 5 mujeres por cada varón.
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