Una crónica escrita al calor de los hechos
Fragmento de la nota publicada el día de la toma de las islas
El viernes 2 de abril de 1982, una segunda edición de LA NACION informaba antes que nadie que las Fuerzas Armadas habían iniciado el desembarco en las islas
2 de abril de 1982
Fragmento de la nota publicada el día de la toma de las islas
ÚLTIMO MOMENTO. Pasada la medianoche se iniciaron las operaciones de recuperación del archipiélago de las Malvinas con una operación comando para tomar las instalaciones del aeropuerto de Puerto Stanley, ubicado en el cabo Pembroke, a 5 kilómetros de la zona urbana de la ciudad.
Cumplida esta parte de la operación, a las 2 de la madrugada comenzó el desembarco en las islas y la llegada de los aviones de transporte de la Fuerza Aérea, con fuerzas del Ejército aerotransportadas. La toma del aeropuerto de Puerto Stanley estuvo a cargo de los efectivos de la Infantería de Marina.
De acuerdo con lo que se sabía, hasta las 4 se mantendrá un silencio de radio y las primeras comunicaciones serán efectuadas después de dicha hora.
Hoy, 2 de abril
La jornada del 2 de abril se abrió en medio de una expectación generalizada en todo el país que los acontecimientos de las horas inmediatamente siguientes se encargaron de justificar.
De madrugada, las derivaciones de la crisis con Gran Bretaña se advertían inminentes. Aguardábase una reunión del Gabinete nacional para las 7 de la mañana. La misma fuente que había confiado a este diario la proximidad de un desenlace señalaba que se necesitaron diecisiete años de esfuerzos en procura de negociaciones francas y eficaces para que Londres, ante las amenazas de empleo de la fuerza por parte de la Argentina, se aviniera a buscar una solución definitiva al problema creado por su posesión ilegítima de las islas, posesión que en 1983 cumpliría justamente 150 años.
Gran Bretaña parecía haber interpretado ayer cabalmente el curso que la Argentina estaba imprimiéndoles a los hechos: pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en tanto que nuestro país se limitó a informar a ese organismo que la paz con el Reino Unido se hallaba en peligro. (...)
En tanto los acontecimientos parecían seguir una marcha inexorable, el embajador argentino ante las Naciones Unidas exponía la posición del Gobierno.