Una comunidad que sigue asistiendo a muchos excluidos
Lamroth Hakol, que significa "a pesar de todo", ayuda a más de 1000 personas
Es posible que lo peor de la crisis ya haya pasado, dice el rabino Fabián Skornik, de la Comunidad Lamroth Hakol, pero lo cierto es que hay una enorme cantidad de gente que quedó excluida del sistema, que ya no podrá reinsertarse, y a la que es necesario seguir ayudando.
"Son dos grandes grupos: la gente mayor y las madres con chicos chiquitos. Además, hay gente de mediana edad a la que hay que darle apoyo hasta que pueda conseguir trabajo o una manera de subsistir.
"El problema es que, cuando la crisis de la Argentina o la desnutrición de los chicos estaba en todos los diarios del mundo, recibíamos ayuda de otros países, pero ya no", explicó Skornik, a cargo de la comunidad que tiene su sede en Florida.
Desde allí llevan adelante un proyecto interreligioso con la parroquia de Nuestra Señora de la Guarda, de la misma localidad bonaerense, con la que tienen una panadería solidaria.
Un grupo de voluntarias elabora pan enriquecido con harina de soja y cada institución lo distribuye entre las personas a las que asisten.
También envían pan al Comedor Comunitario de la sinagoga Bet El y al comedor de la villa La Cárcova, de José León Suárez.
"En Lamroth funciona también un centro de Acción Social Solidaria, que depende de la Fundación Tzedaka, con los que trabajamos de manera conjunta.
"Tenemos unos 40 voluntarios, muchos de ellos eran personas a las que habíamos ayudado y pudieron revertir su situación y ahora son ellas las que ayudan", contó Hilda Ayam, responsable del Area Social de Lamroth.
Tienen varios proyectos y a través de uno de ellos les enseñan a las mujeres a coser como para poder arreglar su ropa y como un medio para ganarse la vida.
La comunidad ayuda, además, a unas 200 familias de todas las religiones con ropa, comida, remedios y algunas becas escolares.
Son casi 1000 personas y el rabino dijo que cada día se les hace más difícil porque ellos compran muchas cosas en supermercados mayoristas para abaratar los costos, pero las donaciones muchas veces no alcanzan a cubrir estas necesidades.
"Cuando vienen a buscar las cosas les damos el desayuno, todos los días -dijo Skornik-, así ya se van habiendo comido y tomado algo."
Colaboran, además, con el Hogar Israelita Argentino para Ancianos, una entidad sin fines de lucro que cuida a la gente grande careciente o abandonada. "Una vez por mes recibimos en Hamroth a más de 100 personas del hogar que vienen a pasar un día con nosotros."
"Les mandamos dos camionetas especiales, porque algunos están en silla de ruedas -continuó el rabino-. Almuerzan con nosotros, ven espectáculos, hacemos juegos y otro tipo de entretenimientos. Pasan un día especial y para muchos de ellos es la única salida que tienen en el mes, porque muchos no tienen familia."
A pesar de todo
Lamroth Hakol fue fundada por judíos alemanes en 1944, cuando emigraron a la Argentina, antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Fue en ese momento tan difícil para la comunidad judía que decidieron nombrarla "A pesar de todo", que es lo que Lamroth Hakol significa en castellano.
Y ése es el sentido que, según el rabino, quieren seguir dándole hoy a su tarea: "Pese a todo hay que seguir adelante y continuando con la ayuda a una gran cantidad de gente que nos necesita a nosotros y a todas las organizaciones que tan bien trabajan en esta sociedad".
Skornik dijo que quienes puedan ayudar con donaciones, con ropa o alimentos no perecederos o con tiempo, es decir, uniéndose como voluntarios, pueden acercarse a la comunidad, Caseros 1450, Florida, o llamar al 4795-0380.
Un torneo de paddle con 150 deportistas especiales
Como desde hace una década, la Fundación Deporte para Personas con Discapacidad, que preside la deportista Cecilia Baccigalupo, organizó el 10° Torneo Nacional de Paddle.
Más de 150 chicos con capacidades diferentes procedentes de las ciudades de Buenos Aires, La Plata, Salliqueló, San Nicolás, Bolívar, Pehuajó y Unión, en Entre Ríos, se reunieron para jugar, divertirse y compartir un momento placentero junto a sus familias y compañeros.
Fue el martes último, en la Sede Deportiva de la Fundación Salvatori Club "El Balcón", de esta ciudad. Personalidades del ambiente artístico y deportivo se acercaron para acompañar a los chicos y jugar con ellos, entre otros Maru Botana y la "leona" Cecilia Rongnoni.
La Fundación Deporte para Personas con Discapacidad es una organización sin fines de lucro que trabaja desde hace diez años promoviendo el paddle entre chicos con capacidades diferentes, para que mejoren su calidad de vida a través de la práctica del deporte, incrementando su desarrollo psicofísico y su integración en la sociedad. Posee una Escuela Nacional donde practican padel más de 100 niños y jóvenes.
Su programa, además, se está llevando a cabo en diferentes centros de España con el apoyo del Gobierno español.