Una cifra impensada: los restos óseos encontrados abandonados en el cementerio de La Plata pertenecen a 12.500 personas
Peritos convocados por la Justicia llegaron a esa conclusión; ahora, la intendencia avanzará en un proceso de normalización de la necrópolis
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LA PLATA.– Solo el número espanta. Según reveló el intendente Julio César Alak, entre los despojos que fueron encontrados en un estado de total abandono en el cementerio municipal de esta capital la Justicia logró contabilizar, finalmente, restos humanos correspondientes a unas 12.500 personas. Ahora, con aval judicial, se avanzará hacia un proceso de normalización de la necrópolis que incluiría la construcción de un nuevo osario donde las piezas serían nuevamente inhumadas.
Se trata de huesos hallados, en su mayoría, sin la pertinente identificación dentro de varios galpones del cementerio platense. El hallazgo fue denunciado ante la justicia penal el 19 de febrero último por las autoridades del municipio, conducido desde diciembre de 2023 por Alak (Unión por la Patria), que señaló a la anterior gestión de Julio Garro (Juntos por el Cambio) por el desmanejo del lugar.
En ese momento se habló de entre 1000 o, a lo sumo, 3000 cadáveres, con lo cual, el nuevo número revelado por el jefe comunal resulta toda una sorpresa. El caso quedó en manos de la fiscal María Cecilia Corfield, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) N°15, encargada del expediente caratulado como “averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y los restos óseos hallados no identificados”. Corfield, que recubrió sus pasos de una total reserva, convocó a expertos del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu), del Registro de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
También dio participación a funcionarios de la Cámara de Apelaciones del fuero federal platense, donde se sustancia la causa “APDH La Plata s/ denuncia”, en la que se investiga el destino final de numerosas víctimas de la última dictadura militar en esta región. En 2014, la Cámara Federal de Apelaciones había requerido la participación del EAAF, que durante varios meses trabajaron en uno de los depósitos del cementerio. Luego de dejar el lugar con los restos debidamente identificados, se retiraron e hicieron un informe. Sin embargo, la Justicia tenía pendiente desde entonces liberar la disposición de esos cuerpos.
Desde el inicio de la investigación hasta ahora solo había trascendido de fuentes judiciales, en abril pasado, la identificación fehaciente de unos 150 cuerpos de personas fallecidas entre finales de la década de 1980 y principios de los años 90, que estaban en el depósito del segundo piso del edificio central del cementerio, uno de los sitios donde se habían encontraron féretros de personas adultas además de 22 ataúdes correspondientes a niños que llevaban la inscripción “angelitos”.
“Un verdadero desastre”
“El panorama era macabro y de tremenda afectación de la vida de seres humanos vecinos de La Plata o la región, depositados en lugares inapropiados; un verdadero desastre”, dijo Alak al diario local El Día en una entrevista de balance de los primeros seis meses de gestión. Para el funcionario se trata de un “hecho absolutamente irregular que requería la intervención de la Justicia”. Respecto de las responsabilidades de semejante situación, el intendente señaló: “Tener en la ciudad más importante en términos institucionales de la provincia de Buenos Aires restos correspondientes a 12.500 personas [en el estado en que se encontraron] es violación de los deberes de funcionario público. La Justicia determinará cómo se llegó a esta situación y quiénes son los responsables, pero ya si estamos en una situación de una gestión que no podía ni siquiera enterrar a los muertos estamos ante un quiebre operativo”.
Más allá de que los investigadores puedan develar la comisión de otros delitos y en función de la dimensión ahora constatada del hallazgo, la cuestión parece centrarse en la existencia de severas fallas de administración e incumplimiento de normativas vigentes. De hecho, desde hace años se observa en la necrópolis un severo cuello de botella en el sistema de reciclado, que consiste en el procedimiento operativo que va movilizando los cuerpos desde las bóvedas, nichos o sepulturas en tierra hasta llevarlos a una fosa común.
Mientras el osario original de la necrópolis colapsó hace más de dos décadas, un segundo osario construido años atrás tuvo que ser inhabilitado por fallas técnicas e incapacidad de recibir nuevos cuerpos, según confiaron a LA NACION fuentes del propio cementerio. A ello se suma el crecimiento de un fenómeno que viene de la mano de los cambios de la cultura funeraria de la población: la no renovación del pago de nichos y bóvedas.
En ese sentido, el procedimiento para el tratamiento de los fallecidos en el cementerio municipal de La Plata está regido por la ordenanza Nº8209, sancionada en 1990. Esa norma establece los plazos en que un cuerpo debe permanecer en tierra y, luego de eso, en bóvedas y en nichos reducidos. También, que antes de disponer de esos restos la comuna debe contactar efectivamente a los deudos del difunto.
Licitaron el nuevo osario
Si bien las autoridades estarían ya habilitadas para volver a inhumar los restos que cuentan con identificación, el grueso de esta tarea recién podría concretarse el año próximo, cuando esté disponible el nuevo osario. También se buscara ubicar osamentas en tierra en distintos lugares del predio y apelar a la cremación.
La municipalidad ya formalizó el llamado a licitación para un osario en el campo santo; la obra integral demandará, en principio, un presupuesto de $222.849.948,03 con un plazo de 210 días corridos. Según adelantó Alak, la obra será adjudicada el próximo 2 de julio.
La memoria descriptiva del proyecto, que lleva la firma de la arquitecta Carina Di Candia, directora de Obras de la comuna, indica que el osario “tiene como finalidad reunir y guardar huesos humanos para su adecuado descanso. Se utilizan a menudo cuando el espacio para entierro escasea. El cuerpo se deja unos años en una tumba temporal, y luego se exhuma y los restos óseos se trasladan al mismo”. “Entre las tareas que se realizarán se comenzará por limpiar y nivelar el terreno para luego realizar la excavación del osario a máquina”, indica el texto que detalla, además, la propuesta de iluminación y paisajismo.
Mientras empieza a organizar los pasos para intentar normalizar la situación, la municipalidad se apresta a presentar formalmente un informe con todos los detalles de la investigación.
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