Un siglo y medio de historia en el Colegio del Uruguay
Fundado por Urquiza en Entre Ríos, allí estudiaron tres ex presidentes.
CONCEPCION DEL URUGUAY.- Cuando se cumplen 150 años de su fundación, el Colegio Superior del Uruguay Justo José de Urquiza, de esta ciudad, es una institución viva, consciente de su propia historia.
Se nota en su museo, organizado según las técnicas más modernas; en el cuidado de su edificio y en el orgullo que sienten y no ocultan los alumnos.
Ellos saben que aquí cursaron estudios tres ex presidentes argentinos: Julio A. Roca, Victorino de la Plaza y Arturo Frondizi, y que también lo hizo Benigno Ferreyra, que gobernó el Paraguay entre 1906 y 1908.
Saben, además, que de aquí egresó, en 1895, la primera mujer graduada de bachiller en un colegio nacional, Teresa Ratto (que fue la segunda médica argentina, luego de Cecilia Grierson).
Mariana Lascano, de 14 años, que acaba de ingresar, tiene presente a aquella joven que abrió camino a las mujeres en un colegio que era sólo de varones. También la recuerda Gisela Rodríguez, que está terminando el secundario y piensa seguir Ciencias Económicas.
Este tradicional instituto de nivel medio tiene ahora 2350 alumnos, incluyendo a quienes cursan estudios terciarios en sistemas, turismo, bibliotecología o museología.
Son tantos como toda la población que tenía Concepción del Uruguay -unas 2000 almas- cuando Urquiza, gobernador de Entre Ríos, decidió fundar el colegio el 28 de julio de 1849.
Lo hizo sobre la base de una escuela que poco antes había establecido el educador español Lorenzo Jordana, que acudió en busca de auxilio económico al gobierno. Este fue el primer director, pero dos años más tarde fue nombrado para sucederlo el presbítero Manuel Erausquin.
El colegio es tenido como el primer instituto secundario laico del país, si bien Urquiza fijó el objetivo de "formar hombres de bien que respetaran la religión" y su gran organizador fue el educador francés Alberto Larroque, que cuando se hizo cargo en 1854 de la dirección introdujo el estudio de religión.
En el patio, amplio y arbolado, el cronista conversa con el profesor Eduardo Giqueaux, rector por concurso desde 1979, y con varios alumnos de quinto año. Se advierte un clima de confianza y respeto entre la autoridad y los alumnos.
Giqueaux recuerda una frase del caudillo entrerriano: "Mi heredero es el Colegio del Uruguay".
Los alumnos tienen un uniforme: vaqueros y una remera del colegio, que combinan con alguna otra vestimenta.
Agustín Paoli, de 17 años, preside el centro de estudiantes, siente orgullo de pertenecer a un colegio que dio al país "gente importante".
Los chicos se han adherido a los festejos del aniversario con una enorme bicicleteada , con campeonatos deportivos y festivales.
Cábala
En el Colegio del Uruguay, el busto de Julio A. Roca, ex alumno y dos veces presidente de la Nación, luce la nariz brillante y desgastada.
El detalle no es menor: los estudiantes piensan que pasar la mano por allí les dará suerte y les permitirá obtener buenos resultados en los exámenes.
Esta cábala existe desde tiempos inmemoriales.
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