Un precursor de dinosaurios, ranas e insectos, entre las 149 especies catalogadas en 2017
El relevamiento de animales en la Argentina y en la región fue hecho por expertos del Museo Bernardino Rivadavia
Un investigador revisa los armarios del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN) y encuentra un cráneo de roedor. Piezas como esta son familiares para él, con ellas trabaja a diario, pero esta llama especialmente su atención: es similar a otros cráneos, pero no exactamente igual a ninguno de los conocidos. Después de estudiarlo, lo confirma: ha descubierto una nueva especie animal.
El roedor, una especie de cuis, se suma a otras 148 especies nuevas para la ciencia que fueron reveladas durante el año pasado por investigadores del MACN.
"No es que antes no estaban, desde que aparecieron en la Tierra estuvieron entre nosotros, solo que las especies no estaban catalogadas. Por eso decimos que son especies nuevas para la ciencia", explica Cristian Grismado, taxónomo e investigador del MACN. "A partir de ahora, después de una descripción y clasificación, la ciencia las puede reconocer", agrega.
Las revelaciones incluyen 132 especies vivientes y 17 extintas. Del total de las especies descriptas, 36 son argentinas y 113, originarias de otros países y otros continentes.
La taxonomía es la rama de la biología que se ocupa de describir y poner nombre a los organismos, la sistemática estudia sus relaciones de parentesco, y entre ambas contribuyen a obtener una clasificación biológica de aquellos. Cuando se encuentra un ejemplar vivo, un hueso o un fósil que no está clasificado, se llevan adelante estudios para concluir a qué familia pertenece, se lo nombra y así nace una nueva especie.
"Las especies no están todas descubiertas ni mucho menos, sobre todo porque todavía hay muchas zonas inexploradas en el mundo", dice Grismado. "La fauna de Europa occidental, de Japón, de gran parte de América del Norte es mucho más conocida que la de los países de África, que seguramente tiene una diversidad superior a la de Europa, pero se conoce menos porque se ha explorado menos".
Distintas publicaciones científicas proponen estimaciones sobre la cantidad de especies que habitan la Tierra. La revista PLOS Biology difundió en 2011 un estudio que contabilizaba 8,7 millones de especies entre animales, plantas, hongos, protozoos, algas y mohos. El mismo estudio indicaba que solamente un 10 por ciento de las especies existentes ha sido descubierto y clasificado por la ciencia.
Pero ¿cómo se entera la comunidad científica internacional de las revelaciones hechas en la Argentina? "Las revistas científicas se distribuyen y aquellos a los que les interesan estas cosas están al tanto de todo lo que va saliendo. Para nombrar una nueva especie se supone que conocés todas las existentes", responde Grismado.
"Si en otro lugar otro investigador descubre el mismo bicho y lo publica, porque no está al tanto de que acá se publicó esto, el código opera dando validez a la publicación que tuvo prioridad en tiempo", añade.
El informe Nuevas Especies 2017 incluye dos aves fósiles, una almeja -Rotundicardia mariobrosorum, nombrada en referencia a los hermanos Mario Bros-, dos peces fósiles (un tiburón y un pez del que no se tenía registro en América del Sur), una rana hallada en Brasil y fósiles de dos dinosaurios, entre los que se encuentra el Teleocrater rhadinus, un precursor de los dinosaurios descubierto en abril pasado a partir de un fósil de 245 millones de años, una articulación ancestral del tobillo compartida por cocodrilos y aves.
El único mamífero descubierto es un roedor, el Microcavia jayat, una especie de cuis endémica del centro-norte de la Argentina que habita en bosques y arbustos del Chaco Seco. Además se descubrieron insectos, licofitas fósiles, plantas fósiles, un organismo unicelular, dos plantas fósiles y más de 85 arácnidos.
"Hay grupos más diversos que otros. Por ejemplo, no salen aves o mamíferos nuevos todo el tiempo; en cambio, en el campo de los arácnidos e insectos son más comunes los descubrimientos. Ahora hay herramientas moleculares y uno puede descubrir que lo que se creía una sola especie eran varias, o al revés, se creía que eran varias y resulta que era la misma especie", cuenta Grismado.
Una vez detectada una nueva especie, el taxónomo la nombra y se publica en la revista científica del museo. "Entonces se oficializa la revelación", añade Grismado.
"Aunque frente a 85 arañas tenga mucho más impacto un dinosaurio, todas las revelaciones son importantes, todos los descubrimientos se celebran. Si bien para los que trabajamos en esto es algo habitual, no deja de ser apasionante", concluye.
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