Un periodista presenció el accidente a metros de distancia

Eric Adams cubrió temas de aviación para diversas publicaciones norteamericanas durante más de 15 años. A lo largo de todo ese tiempo, tuvo que informar sobre accidentes, pero esta vez le tocó presenciar a pocos metros de distancia el que truncó la vida de Carla Vallejos Blanco.

"Llegué a la terminal FlyNYON, ubicada en Kearny, Nueva Jersey, aproximadamente a las 5.30 PM –contó al sitio digital The Drive–. Estos vuelos suelen ser una combinación de dos grupos: fotógrafos profesionales o avanzados que buscan capturar tomas especiales de la ciudad, y turistas o residentes que desean realizar vuelos turísticos". Para Adams no era la primera vez, ya que había volado tres veces sobre Nueva York y también en otros lugares del mundo.

"Aproximadamente a las 6.45 –continuó–, los tres helicópteros arrancaron sus turbinas y los rotores comenzaron a girar. Después de algunos minutos de calentamiento, despegamos en secuencia: el vuelo de 15 minutos primero, luego mi helicóptero y finalmente el otro vuelo de 30 minutos, que pronto se convertiría en el accidentado. Sé que vi a otros aviones, pero ciertamente vi el helicóptero rojo de FlyNYON y no noté nada fuera de lo común".

Cuando comenzaban a ascender con la esperanza de lograr un "segundo ocaso", con el sol asomándose sobre el horizonte, el piloto del helicóptero en el que viajaba Adams pareció abandonar esa idea y comenzó a volar sobre el East River.

Más tarde descubrirían que el piloto estaba recibiendo instrucciones de buscar la nave caída. "No teníamos idea de que algo estaba ocurriendo hasta que aterrizamos –explica Adams–. Nos limitamos a subir por el East River mientras nuestro piloto escaneaba el agua hasta que divisó la nave y se le indicó que continuara su vuelo. Cuando regresamos al helipuerto, noté que el helicóptero rojo no estaba allí, pero pensé que simplemente habíamos descendido primero".

Al llegar, el piloto les dijo que se había caído uno de los otros helicópteros. "Al principio pensé que estaba bromeando y le pedí que aclarara lo que nos estaba diciendo –concluye Adams–. ¿Se hundieron en el agua? La respuesta llegaría poco después, pero las caras de los pasajeros de ese vuelo no se me borrarán por mucho tiempo".

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