Un obstetra rosarino acaba de ganar en Canadá el mismo premio que Milstein, Leloir y Favaloro: “Hay mucho por hacer por nuestra gente”, dice
José Belizán fue reconocido por la Fundación Gairdner por sus aportes a la salud materna, a partir de sus estudios sobre preeclampsia y episiotomía, que evitan miles de muertes de mujeres por año
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Por sus contribuciones científicas a la salud en el embarazo, el médico obstetra argentino José Belizán fue galardonado esta mañana con el prestigioso Premio Internacional Gairdner de Canadá 2023 en la categoría Salud Global, que reconoce a los científicos biomédicos más creativos y destacados del planeta, que hacen avanzar a la humanidad y al mundo.
“Ha sido una gran satisfacción recibir este premio, ya que un jurado muy prestigioso refrenda investigaciones que hemos hecho en la Argentina y América Latina con énfasis en la búsqueda de equidad. Ello nos estimula a proseguir nuestras investigaciones para lograr su implementación a nivel global, con énfasis en poblaciones de bajos recursos”, destacó Belizán al recibir el reconocimiento, otorgado a investigaciones con base científica que hayan mejorado la salud y el bienestar de quienes se enfrentan a desigualdades sanitarias en todo el mundo.
El médico, de 77 años y nacido en Rosario, es investigador senior del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) e integra el Laboratorio de Biología Ósea de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). A lo largo de su extensa trayectoria, se desempeñó en cuatro países de la región –Guatemala, Argentina, Uruguay y México– y centró su trabajo en la investigación aplicada a la salud durante el embarazo.
Uno de sus principales aportes proviene de una observación que realizó hace más de 40 años. A partir del estudio de la preeclampsia, una complicación durante el embarazo caracterizada por la presión arterial elevada que causa en el mundo entre 50.000 a 70.000 muertes maternas por año, con alta incidencia en América Latina, observó que en Guatemala la frecuencia de esta enfermedad era insignificante.
“‘¿Habrá algún factor que explica esto?’, me pregunté. Y resulta que, de encuestas nutricionales, surgió que las mujeres de más bajos recursos tenían una ingesta muy alta de calcio, y no por el consumo de lácteos, sino por una costumbre milenaria de los mayas para preparar las tortillas de maíz: la nixtamalización o agregado de cal al maíz antes de la molienda”, explicó Belizán.
La observación inicial se transformó en una hipótesis y en una serie de estudios a lo largo de varias décadas, hasta que se comprobó científicamente que la ingesta de calcio previene la preeclampsia. Fue a partir de estos estudios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tomó nota y elevó una recomendación internacional en ese sentido.
Además, el investigador comprobó que la episiotomía (incisión que se hace entre la abertura vaginal y el ano durante el parto) no debe realizarse de rutina. “Es un procedimiento muy agresivo para la mujer, muy desagradable. Después de cada parto, en un período tan relevante de la relación madre y bebé, sufren molestias y dolores a causa de ese corte”, describió. Sus estudios en la Argentina se publicaron en The Lancet en 1993 y, a partir de esta evidencia, la OMS también emitió una recomendación en contra del uso rutinario de esta práctica.
En diálogo con LA NACION, Belizán fue categórico respecto de su decisión de dedicar su carrera a la investigación médica en la Argentina y la región: “El investigador en salud trabaja para lograr beneficios para su población. Tengo un gran amor por mi país y por América Latina porque he trabajado mucho en ella, y he recorrido prácticamente todos los países cuando era director del Centro Latinoamericano de Perinatología de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Hay mucho por hacer por nuestra gente. Estas investigaciones sin ninguna duda pueden proveer beneficios a la población de madres y niños”.
Remarcó que el principal problema del país y la región es la inequidad. “Es una desigualdad injusta que haya gente que tenga tanto y otros tan poco. Para la salud, tratamos de hacer medidas que sean equitativas, que mejoren e igualen el bienestar de todos”, dijo.
El reconocimiento
El Premio Internacional Gairdner de Canadá se entrega desde 1959 y reconoce a “científicos y científicas de renombre mundial que hicieron contribuciones transformadoras a la investigación que impacta en la salud humana”. De los 460 ganadores y ganadoras, casi un cuarto (96) recibieron después el Nobel, por lo que, al igual que el Premio Lasker, se lo considera una especie de “anticipo”.
Belizán es el séptimo ganador latinoamericano y el quinto argentino, después de los luego premiados con el Nobel Luis Federico Leloir y César Milstein, el cardiocirujano René Favaloro y el neurocientífico Alberto Aguayo.
El reconocimiento a Belizán es “por el desarrollo de intervenciones globales innovadoras, basadas en evidencia y de bajo costo en la salud materno-infantil durante el período perinatal, mejorando el bienestar y la atención durante el embarazo, reduciendo la morbilidad y mortalidad, y promoviendo la equidad en poblaciones vulnerables”, destacó en sus fundamentos la Fundación Gairdner.
La lista de ganadores anteriores incluye a Katalin Karikó y Drew Weissman, que desarrollaron la tecnología que permitió que existan las vacunas de ARN mensajero; a Anthony Fauci, el infectólogo que condujo la respuesta nacional a la pandemia de Covid-19 en Estados Unidos; a Jennifer Doudna y Emmanuell Charpentier, que crearon la revolucionaria técnica de edición genética CRISPR; a Luc Montagnier y Robert Gallo, que descubrieron el VIH; a Shinya Yamanaka, que logró reprogramar células maduras de la piel para transformarlas en células similares a las embrionarias; a James Watson, Francis Crick y Craig Venter, padres de la genética moderna y del Proyecto Genoma Humano; y a Stanley Prusiner, que descubrió las insólitas proteínas infectivas o “priones”, entre muchas otras luminarias de la ciencia.
“Como experto internacional, la innovación y la investigación rigurosa del Dr. Belizán desde la ciencia básica hasta la implementación ha tenido un profundo impacto en la salud mundial y ha motivado las carreras de los investigadores y acciones en todo el mundo durante las últimas cinco décadas. Su trabajo ha despertado y seguirá promoviendo importantes desarrollos en este sector, ya que demuestra la importancia de que los países de bajos y medianos ingresos estén representados en la investigación de la salud global”, destacó en un comunicado la Fundación Gairdner.
Y concluyó: “A lo largo de sus 50 años de carrera, la influencia del Dr. Belizán se extiende más allá de sus propias investigaciones, inspirando una nueva generación de investigadores e investigadoras y liderando el cambio hacia sociedades más equitativas”.
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