Un nuevo circuito vip de Miami: otra tentación argentina
La perla de esta temporada es la exclusiva zona de Bal Harbour, que se impone como un destino vibrante, más allá del shopping
Miami, esa ciudad que los argentinos y el jet set acuñaron con los años, vuelve a sorprender a los turistas con propuestas renovadas que articulan proporcionalmente lujo, placer, confort y elegancia sin abandonar su impronta original.
Promete en 2013 no sólo gratas sorpresas durante el descanso y el disfrute, sino también una oferta sofisticada que escapa con éxito a lo tradicional para fusionarse con el glamour y lo más distinguido de la región.
La perla de esta movida, más chic aunque también familiar, se concentra especialmente en la exclusiva zona de Bal Harbour. Reconocida en el mundo entero como la meca de las compras, se impone en el verano como un destino en sí mismo disociado (en parte) de la moda, las celebrities y las pasarelas.
Según cifras consignadas a LA NACION por representantes comerciales y hoteleros, el argentino representa para esta zona en pleno auge el tercer turista en importancia (después del norteamericano y brasileño): un fenómeno que en el primer semestre de 2012 significó un incremento del 23% de quienes viajaron desde la tierra del tango, pese al cepo cambiario.
Este último dato despertó jugosas apuestas del sector, que ya vaticina un buen balance a fines de la temporada.
¿Por qué la eligen?
La Rivera Americana
Colmada de maravillas naturales y de una atmósfera cordial y refinada, Bal Harbour constituye uno de los "refugios" más modernos del estado de La Florida.
Resulta ideal para quienes se inclinan por estar cerca de la acción y sumarse a la agitada vida nocturna de South Beach como para aquellos que prefieren recluirse y perderse en un paraíso rodeado por una arquitectura que remite a la época dorada de los años 50.
Experiencias irrepetibles
Además del ultra-trendy cinco estrellas que encarna el One Bal Harbour (habitación deluxe a partir de 609 dólares por noche + impuestos) y el Sea View (a partir de 335 por noche + impuestos), el histórico y más familiar de los hoteles, dos propuestas se abren paso en la región: el Quarzo Bal Harbour (a partir de 270 dólares por noche + impuestos), el primer hotel boutique de este destino, con 29 modernos y confortables "studios" estilo condominio, y el St. Regis Bal Harbour Resort (a partir de 709 dólares + impuestos), inaugurado en enero de 2012 con una inversión de dos mil millones de dólares, que ofrece un servicio de "alta gama" para los huéspedes más exigentes: un staff de mayordomos asignados a las habitaciones para garantizar una atención y estadía enteramente personalizadas.
Si el objetivo es redescubrir los sentidos a través de la gastronomía, Bal Harbour cuenta con una profusa y renovada carta, que intercala almuerzos y cenas con vista al océano como telón de fondo, además de platos y sabores del mundo concentrados en ambientes únicos.
Durante 2013, Carpaccio, el restaurant italiano que el año pasado facturó más de un millón de dólares, se perfila como "el lugar" para ver o ser visto. La Goulue, el bistró francés que ostenta el mejor soufflé de queso del lugar sobresale también de la lista de opciones, al igual que la cocina moderna japonesa de Makoto. Cuando el tiempo apremia o se trata de hacer una breve pausa, Santa Fé News & Espresso , Segafredo , y Zodiac Café & Savarin se codean entre las alternativas más recomendables.
Yoga y pilates de cara al mar
Sumados a los clásicos paseos junto al mar, el destino propone entrar en contacto con dos disciplinas que ya registran un número creciente de seguidoras en la Argentina: yoga y pilates. Con instructores especializados y una apretada agenda de actividades gratuitas durante enero y febrero, la miniciudad asocia la búsqueda de bienestar y plenitud con la práctica de actividades en el marco de un escenario de película.
Sus extensas playas de arena blanca y espacios públicos invitan también a los amantes del running a probar nuevos circuitos, como la senda próxima a la orilla del mar inaugurada recientemente.
La oferta se completa con sectores privilegiados para realizar windsurf y snorkel, o salir a navegar en aguas turquesas y profundas.
Cuna de arte y vanguardia
Con el propósito de promover a artistas contemporáneos, el departamento de Turismo impulsa desde octubre pasado eventos culturales para el deleite tanto de sus residentes como de los turistas.
En ese sentido, diseñó un certamen llamado "Unscripted" (Sin Guión) que busca darle difusión a proyectos creativos seleccionados por un jurado notable. El resultado de este proceso será la presentación a la comunidad de cuatro iniciativas, una por cada estación del año, en distintos puntos de Bal Harbour.
"Pax Americana", una escultura de dos metros de alto en acero inoxidable, obtuvo el primer puesto. Inspirada en la historia del país, la obra será realizada por George Sanchez-Calderón, reconocido por sus creaciones de gran escala.
El Programa de arte público incluye además charlas con los artistas y visitas a sus talleres.
Etiquetas premium
Bal Harbour Shops representa el principal (y más antiguo) atractivo de Miami, precisamente por concentrar en un solo lugar más de cien tiendas y marcas de lujo (Bulgari, Carolina Herrera, Cartier, Chanel, Doce & Gabana, Fendi, Gucci, Hermés, Prada, Oscar de la Renta, por nombrar algunos).
Unico en su estilo, este mall abierto emplazado entre galerías con vegetación tropical y fuentes con peces multicolores, es considerado el centro comercial más rentable de Estados Unidos y del mundo. Sus ventas fueron, desde su apertura en 1965, ascendentes, con breves excepciones y crisis financieras.
Este verano, la moda y las tendencias tampoco se alejan de la innovación que domina la temporada.
Así, incorpora a su amplio espectro de opciones la mirada atenta de los personal shoppers y la posibilidad de lucir las colecciones fuera de los showrooms. Sin obligación de compra, las clientas pueden vestir prendas de grandes firmas en la intimidad de sus habitaciones, y así decidir con mayor tranquilidad en qué invertirán su dinero o si le darán un aire fresco a su guardarropas.