Un manuscrito del Mar Muerto revela en primera persona qué pasó con Noé tras el diluvio
El Museo de Israel tiene una nueva pieza de más de 2000 años de antigüedad que expondrá hasta julio para preservarlo: el Génesis apócrifo. Este pergamino es uno de los rollos del Mar Muerto que se descubrió en 1947 dentro las cuevas del Qumrán, ubicada en el desierto de Judea.
Tal como explicó el conservador Adolfo Roitman -que dirige el Santuario del Libro- a El País, de los documentos encontrados, ese era el que estaba en peor estado por eso "hasta ahora ha sido imposible mostrarlo" y estaba guardado en una cámara climatizada que fue construida, específicamente, para guardar estos documentos.
Este texto está escrito en arameo y fue escrito en el siglo I antes de Cristo. Allí se narra del capítulo 5 al 15 de Génesis pero, al tener grandes diferencias con la versión que se expone en la Biblia sobre la historia de Abraham y Noé, es un texto apócrifo lo cual quiere decir que no es considerado por la Iglesia como de inspiración divina.
La historia que cuenta revela qué sucedió con Noé después del diluvio universal, en primera persona. Según la versión bíblica, salió del arca junto a su familia, construyó un altar e hizo un sacrificio para Dios. Sin embargo, este documento expone que Noé hizo el sacrificio en el arca. "Desde un punto de vista histórico también tendría sentido porque si estamos hablando de la destrucción que arrasó la tierra, el sacrificio lo habría hecho para asegurarse de purificar el exterior", explicó el conservador.
Y agregó: "Es sin duda una copia muy antigua de un texto original. Los trazos de la escritura están hechos con mucho esmero, sin errores y eso en esa época solo era posible si se tenía delante el documento a copiar".
En 1955 en el edificio Terra Sancta, ubicado en Jerusalén, se habían expuesto, en 1955, las últimas columnas por ser las menos dañas. El especialista sostuve que esto pudo ser porque, como el documento estaba enrollado, estas estuvieron menos expuestos a la luz y la humedad.
Además de estos factores, al tratarse de un texto escrito con tinta sobre un pergamino, es más frágil. "Contiene además cobre lo que hace que sea especialmente sensible a la luz", dijo Roitman quien agregó que ese deterioro se puede ver, incluso, al comparar el documento hoy con las fotografías que exhiben su estado en 1955.
De hecho es tan sensible que para exponerlo se condicionó una urna cubierta con un cristal inteligente compuesto por dos capas y que permite que, al pulsar un botón, el documento esté iluminado por 30 segundos aunque no por una luz que apunte al mismo directamente.
"Los otros manuscritos se exhiben por partes. Cada tres meses mostramos una sección de ellos diferente, así aseguramos su preservación. Pero con el Génesis apócrifo no podemos hacer eso porque se desintegraría. Por eso esta ocasión para verlo es única", expuso Roitman.
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