Un mal poco frecuente, pero que requiere alerta
Las infecciones pulmonares, habitualmente llamadas neumonías, son producidas por bacterias y virus, y en ocasiones pueden estar presentes ambos microorganismos. Las neumonías afectan a niños menores de cinco años con mayor frecuencia, pero particularmente a niños menores de dos años. Las bacterias que más frecuentemente causan neumonías son el neumococo y mucho más raramente el estafilococo aureus, y, excepcionalmente, otros como la legionella. En tanto, los virus más comunes son el de la gripe (influenza), los adenovirus y el del sarampión, entre otros.
Estas infecciones presentan un cuadro habitualmente de fiebre, tos y dificultad respiratoria de grado variable. Por ello, cuando un niño tiene fiebre y tos es aconsejable que lo evalúe un pediatra para diagnosticar correctamente el episodio. Este aspecto es importante porque, si bien la gran mayoría de los cuadros febriles acompañados de tos son benignos y no requieren internación ni antibióticos, algunos episodios son neumonías que necesitan tratamiento antibiótico, control clínico y, eventualmente, internación. Por eso, el mejor consejo es consultar al médico pediatra o de cabecera precozmente dado que el diagnóstico temprano de neumonía mejora el pronóstico y evita muchas veces complicaciones.
La enorme mayoría de las neumonías, incluyendo sus complicaciones, como el compromiso pleural, evolucionan adecuadamente con el tratamiento específico y eventual internación, y excepcionalmente los pacientes son atendidos en Unidades de Terapia Intensiva. Los niños que requieren cuidados intensivos no son más del 10 al 15% y la mortalidad en la Argentina en centros especializados, como el Hospital de Niños, no supera el 2%. Por lo tanto, es una enfermedad seria pero con la consulta precoz, el tratamiento adecuado e internación en centros especializados es una enfermedad que en la enorme mayoría de los casos evoluciona adecuadamente. Las neumonías hemorrágicas, necrotizantes, etc., no son frecuentes en niños y es excepcional que un niño normal evolucione a estas formas muy graves.
También es bueno recordar que hay disponibles vacunas, como la del neumococo, que reduce significativamente el riesgo de neumonías y está disponible en el calendario de vacunación a partir de los dos meses en forma gratuita. También los niños a partir de los seis y hasta los 24 meses pueden vacunarse contra el virus de influenza, que puede causar enfermedad o favorecer la neumonía por bacterias.
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