Un espectáculo que tendrá "secuela" el año que viene
Algunos desde el balcón en plena ciudad de Buenos Aires, otros desde innumerables lugares a cielo abierto en distintos puntos del país; los más afortunados, desde los pueblos situados en una franja de 50 km de ancho que atravesaba Chubut de Oeste a Este hasta internarse en el océano Atlántico. Fuimos miles los que asistimos al emocionante show celestial que ofrecen los eclipses, una de las raras oportunidades en las que se corre el telón del cosmos y podemos observar a simple vista la "danza de las esferas".
El espectáculo no defraudó. "Parcial", para los que estábamos más al Norte, y "anular", para los que viven en o viajaron especialmente al Sur. En el primer caso, la luna se deslizó lentamente por delante del sol y tapó distintas porciones de la estrella como si un sacabocados le fuera "quitando" porciones circulares a una moneda de oro hasta dejar una figura similar a una sonrisa luminosa. En la Patagonia se consumó el "anillo de fuego" cuando, durante un fugaz minuto, la luna quedó ubicada exactamente por delante del sol y rodeada por un fino borde brillante.
Según habían previsto los astrónomos, nuestra estrella quedó cubierta entre un 85 y un 98% en la Patagonia, alrededor del 50% en Cuyo, 80% en el sur de la provincia de Buenos Aires y 67% para los observadores de Buenos Aires y La Plata.
Pero si alguno se quedó con ganas de más, a prepararse para la temporada que se avecina: el 15 de febrero de 2018 podremos observar un eclipse solar parcial; el 27 de julio, uno lunar total, y el 2 de julio de 2019, uno solar total. A este último lo seguirá, dos semanas más tarde, otro parcial de luna. "Cazadores de eclipses", de parabienes.