Un drama que se repite hace 20 años: cuatro ciudades patagónicas llevan una semana sin agua por obras que no se ejecutaron
Trabajos pendientes y la obsolescencia de los caños del Acueducto Lago Musters, inaugurado en 1999, llevó a una situación crítica a Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento y Caleta Olivia
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COMODORO RIVADAVIA.– Cuatro localidades de Chubut y Santa Cruz, en las que habitan alrededor de 500.000 habitantes, vivieron en la última semana un dramático ensayo de su “día cero”: las sucesivas roturas del acueducto, inaugurado pero inconcluso desde hace 23 años, dejaron a la población siete días sin agua en los grifos a raíz de las deficiencias que, desde su origen, mantiene esta obra de infraestructura, especialmente en un tramo crítico de 41 kilómetros de caños.
La historia se repite desde hace mas de dos décadas y encendió en las puertas del verano una nueva luz de alerta. La emergencia que declararon el gobierno provincial y los municipios afectados, consecuencia de las sucesivas roturas de la última semana, ya dispara el presupuesto a 1000 millones de pesos como monto necesario para pasar el umbral de esta última crisis.
Según fuentes oficiales, solo el recambio de caños corroídos entre Cerro Negro y Valle Hermoso –el punto crítico donde se repiten los problemas– demandaría un presupuesto de 14.000 millones de pesos, mientras que la activación de acuíferos como una solución alternativa para inyectar agua potable se estima en 15.000 millones.
La crisis del agua en la región no tiene como principal protagonista al cambio climático, sino a una estructura que no alcanza para sostener la creciente demanda de este recurso. Pese a que en 2023 hubo, como en años anteriores, fondos asignados en el presupuesto nacional, pasó lo mismo que con los otros pendientes que esta obra tiene desde que se inauguró: no se avanzó en la elevación de proyectos desde la provincia de Chubut ni en la licitación.
“Las cañerías del acueducto están hoy en una situación frágil”, afirmó el gerente de Sistema Acueducto de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada (SCPL), Gerardo Couto. La SCPL es por contrato la responsable de la operación y mantenimiento del sistema Lago Musters–Sarmiento– Comodoro Rivadavia–Rada Tilly (Chubut) y Caleta Olivia (Santa Cruz), pero la propiedad y quien debe garantizar los fondos para su normal funcionamiento es la gobernación de Chubut.
Casi medio millón de habitantes podrían sentirse hoy los protagonistas del film El día de la marmota. Como una historia que se repite de manera cíclica, el acueducto que abastece de agua potable a Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento y Caleta Olivia nació y sigue siendo ineficiente.
Se trata de una obra de ingeniería inaugurada en enero de 1999 y que tuvo deficiencias desde los primeros años de su habilitación, cuando no se hicieron los necesarios trabajos de protección catódica para evitar la corrosión de los caños que hoy ponen en jaque la prestación de un servicio esencial. Aquí, el agua recorre 160 kilómetros desde el Lago Musters (Sarmiento) hasta llegar a Comodoro Rivadavia y desde allí distribuirse a las restantes localidades.
Desde aquella línea de largada, la relación de estas ciudades patagónicas con el agua se transformó en un calvario. El Sistema Acueducto Jorge Federico Carstens, conocido popularmente como Acueducto Lago Musters porque en él tiene su origen y de allí toma el agua, bombea el recurso a través de dos cañerías paralelas de 140 kilómetros cada una, hasta llegar a los centros de consumo.
La obra pretendía ser una solución definitiva al acueducto de 1966 que, también con la misma promesa, ya mostraba probadas muestras de ineficiencia para resolver el problema del abastecimiento de agua. Sin embargo, hoy el deterioro y obsolescencia de algunos componentes hacen necesaria una obra integral y demuestran que, en lo inmediato, serán necesarias obras paliativas de gran magnitud.
“El problema de las cañerías del ducto 1999 es que son de hormigón pretensado, lo que significa que tienen una armadura metálica de acero en su estructura, que está expuesta a la corrosión por el contacto con el suelo y el agua. Para evitar este problema, las cañerías deberían contar con un sistema de protección catódica, que consiste en colocar ánodos de sacrificio de magnesio, que se oxidan en lugar del acero, prolongando la vida útil de las tuberías”, explicaron fuentes oficiales a LA NACION.
Couto, en tanto, aseguró que “el acueducto viene soportando hace años una continuidad de roturas que involucra la estación de bombeo Cerro Negro y la de Valle Hermoso, unos 40 kilómetros. El 80% de las roturas fueron en ese sector. Cada vez que se produce una rotura se pierde agua, se humedece toda el área, se perfora y se pone otro caño que se suelda. El trabajo culminado lleva un trabajo de compactación hasta que se llega a la superficie”.
“Nos encontramos con 41 kilómetros que tienen un sinnúmero de intervenciones con diferentes caños, se está generando rigidez en algo que tiene que tener pequeños movimientos, sumado a la compactación del suelo diferente a la regional. En sus primeros años, al acueducto nuevo no se lo cuidó y sufrió el problema de la corrosión. Estamos tratando de frenar lo que pasa ahora, pero el deterioro que está hecho ya está”, puntualizó.
Esos trabajos, no obstante, no se hicieron con la periodicidad necesaria en los primeros años desde su puesta en funciones. Hoy la cañería se encuentra en un grave estado de precariedad, lo que se evidenció en la sucesión de roturas de los últimos días. Y cuando esas protecciones se agregaron en los últimos años, no alcanzaron para revertir el daño acumulado.
Couto dejó una puerta abierta a una solución de corto plazo: un programa de abastecimiento a través de acuíferos, mediante la perforación de pozos productores de agua en los yacimientos, para quitar presión a la provisión que llega desde el Lago Musters. Pero la obra demanda decisión política e inversión.
Tramo crítico
El tramo más crítico es el de Cerro Negro y Valle Hermoso, un trayecto de 41 kilómetros, para el que incluso se habían previsto fondos en el presupuesto nacional 2023 para el recambio de esa cañería. El monto asignado era de 1300 millones de pesos, sobre un total estimado, a valores de fines de 2022, en 13.000 millones de pesos. Sin embargo, no hubo gestiones desde el ámbito político provincial ni local para activar el proceso licitatorio.
El intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, el apuntó al actual gobernador de Chubut, Mariano Arcioni: “No se hace cargo de su responsabilidad porque esa obra claramente nos excede a nosotros como comuna. Son cuatro las ciudades que reciben el suministro, tres en nuestra provincia y la restante en la cercana Santa Cruz”.
En tanto, el Concejo Deliberante de Comodoro Rivadavia trató y aprobó en la última sesión celebrada un pedido para que se declare la emergencia hídrica que permita agilizar la gestión de fondos para el recambio de la cañería. “Resulta pertinente que la provincia cumpla con el contrato de concesión y declare la emergencia hídrica para gestionar los fondos necesarios para la obra”, se argumentó en la resolución.
En sintonía, el gobernador Arcioni instruyó este miércoles a que se declare la emergencia hídrica en el área sur de la provincia del Chubut para el sistema de toma, transporte y provisión de agua que comprende desde el Lago Musters a las ciudades de Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento y Caleta Olivia. Es “en virtud de la problemática por roturas acaecidas en el mencionado sistema; y a efectos de mitigar las posibles consecuencias”, argumentó.
La repotenciación que no será una solución
Dentro de la historia reciente del Sistema Acueducto se cuenta la obra de “repotenciación”, iniciada en 2013 con el objetivo de sumar más caudal. Con ese proyecto, a los 4,8 millones de litros por hora que transporta el sistema hoy, se sumarían otros 2,2 millones de litros por hora para completar un mayor caudal que respondería al crecimiento de la demanda verificado al momento de realizar aquel proyecto, diez años atrás.
Sin embargo, la obra no solo no está terminada, sino que quedó recientemente paralizada por problemas de actualización de precios de los materiales necesarios, debido al impacto de la inflación.
A través de un comunicado, CPC –empresa que está a cargo de los trabajos– informó que “no tiene responsabilidad sobre el tramo donde se produjo el actual desperfecto. La obra para la que fue contratada la empresa consiste en el refuerzo de cañerías exclusivamente en el sector que va de Sarmiento a Cerro Negro, mientras que el inconveniente se registró en el tramo de Cerro Negro con Valle Hermoso”. Agregó que “una vez concluida la obra que tenemos contratada, el caudal de agua aumentará en 2500 m3/h a partir de la puesta en marcha del tercer módulo de la planta potabilizadora. En este sentido es importante que se garanticen las obras de refuerzo del acueducto para que el abastecimiento no se vea afectado”.
Precisamente, la otra paradoja en el drama que atraviesan las cuatro ciudades afectadas por falta de agua es que esta obra por si sola tampoco alcanzaría para resolver el problema: el deterioro actual de la cañería no soportaría el mayor caudal de agua que se prevé, por lo que en lugar de una solución podría multiplicar la cantidad de roturas.
Couto sostuvo que “sin desatender esta alternativa, creemos que hoy los acuíferos son una alternativa válida para pasar esta y las crisis futuras”. Como sea, la solución demandará la coordinación de actores claves para evitar problemas futuros en un servicio esencial y de supervivencia.
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