Un dato que inquieta: advierten sobre el fuerte impacto negativo de la rotación docente en los alumnos de primaria
Según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, el 28% de los maestros de sexto grado son suplentes; la cifra tiene un fuerte efecto en la continuidad de los aprendizajes
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“La ‘seño’ está enferma, y la que vino hoy nos dijo que ella va a ser nuestra maestra hasta que Magalí vuelva al cole”, le contó Apolo González, que va a segundo grado en una escuela de gestión estatal, en Quilmes, a su abuela Norma, que dos veces por semana va a buscarlo al colegio y lo lleva a merendar a su casa.
El de Apolo no es el único caso, y aunque en la institución privada de Belgrano a la que va Santiago Maestri, las suplencias se dan de forma menos frecuente, el lunes pasado, es decir el primer día de clases luego de las vacaciones de invierno, él llegó con la novedad de que “la de computación” no fue a dar clases, pero que en lugar de un reemplazo se quedaron durante esa hora con la maestra de lengua y avanzaron en un proyecto de cuentos.
A nivel nacional, según los datos que se desprenden del último informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, el 28% de los docentes de sexto grado de primaria son suplentes. La proporción, como señalan las conclusiones, es más alta en las escuelas a las que asisten los estudiantes de menor nivel socioeconómico y más baja en las de mayores recursos. También hay grandes disparidades por provincias y entre las instituciones estatales y privadas, como refieren, precisamente, los casos de Apolo y Santiago.
Enfermedad, maternidad o fecha de exámenes
Los maestros suplentes son aquellos que cubren los puestos de docentes titulares o interinos que se ausentan de forma temporal por alguna licencia, sea por enfermedad, maternidad, cargos de mayor jerarquía, estudio o examen, entre otros motivos posibles. “En las escuelas primarias del cuartil más pobre, tres de cada 10 maestros son suplentes, mientras que este valor baja al 19% en el cuartil (o 25%) más rico”, se señala en el estudio titulado “Cargos y suplencias docentes en el nivel primario”, cuyos autores son Martín De Simone, del Banco Mundial, y Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén, ambos del Observatorio de Argentinos por la Educación.
A partir de los resultados del cuestionario a docentes de las pruebas Aprender 2023 y del Relevamiento Anual 2023, el informe describe la proporción de docentes según su cargo –titulares, interinos o suplentes– en el nivel primario, y analiza la proporción de suplentes por sector de gestión, rango etario y cuartil de nivel socioeconómico de los estudiantes.
Estos datos muestran, parcialmente, cuál es el escenario de esta problemática, ya que no siempre una licencia de un docente genera suplencia. Además, en la Argentina, y según consignan los expertos, solo hay informaciones sobre suplencias, pero no sobre la cantidad de licencias docentes, ni tampoco sus razones.
Interrupción del aprendizaje
En todo el país, el 28% de los docentes de 6° grado son suplentes. Las cifras más altas están en La Rioja (60%) y Entre Ríos (50%); mientras que las más bajas se encuentran en Jujuy (15%), San Luis (16%) y Salta (16%). La evidencia reseñada en el informe señala que tener maestros suplentes puede impactar de manera negativa en el aprendizaje, sobre todo cuando implica una interrupción de la continuidad pedagógica.
“Sabemos que la estabilidad (o inestabilidad) laboral docente se relaciona directamente con la calidad de los aprendizajes de los alumnos. La realidad de las suplencias docentes acucia cada vez más en el nivel primario. Existen muchas suplencias cortas y otras que duran varios meses –señala Mónica Prieto, docente de la Escuela de Educación de la Universidad Austral–. Los docentes que cubren suplencias largas atienden a sus alumnos con la misma responsabilidad de un titular. Pero frente al fenómeno de las suplencias cortas, los equipos directivos se ven en la necesidad de articular diferentes estrategias institucionales para que los alumnos continúen con sus aprendizajes de la mejor manera posible. Los datos del informe invitan a reflexionar sobre la urgencia de ofrecer una mayor estabilidad laboral docente”.
Las suplencias son fundamentales para asegurar la continuidad educativa cuando los maestros titulares no están presentes, explica Martín De Simone, especialista en educación del Banco Mundial. “Sin embargo, cuando las suplencias se utilizan con regularidad, y cuando hay una alta rotación entre docentes titulares y uno o varios suplentes, el aprendizaje se puede ver afectado”, sostiene el académico. Y agrega: “Es necesario diseñar políticas que tiendan a reducir los niveles de ausentismo, y asegurar que las suplencias se implementen con el objetivo de minimizar los costos en el aprendizaje. Las suplencias inmediatas y las que minimizan las rotaciones entre docentes son, a priori, más efectivas en el logro de ese objetivo”.
“En las escuelas de todo el país, y fundamentalmente en las que reciben a chicos de sectores más desfavorecidos, todo es movimiento. Hay alto ausentismo de los alumnos y de los docentes y, además, rotación docente y de los directivos. Esto genera un cuadro de una institución con dificultades. Primero, porque se vuelve muy complejo formar un equipo. Segundo, por la continuidad a los aprendizajes. No hay programa que aguante y que tenga continuidad si los docentes están cambiando permanentemente”, advierte Guillermina Tiramonti, investigadora del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
El mapa de suplencias
A nivel nacional, la mayor proporción de docentes suplentes se registra en las escuelas primarias a las que asisten los estudiantes del cuartil de nivel socioeconómico más bajo. En 19 jurisdicciones, la proporción de maestros suplentes es mayor en las instituciones del cuartil más pobre que en las del más rico. En cambio, esta brecha no se verifica en La Rioja, Entre Ríos, Salta, San Luis y Jujuy.
Las mayores desigualdades en la proporción de suplencias entre sectores socioeconómicos se dan en la ciudad de Buenos Aires (donde la diferencia es de 30 puntos porcentuales) y Neuquén (con una diferencia de 24 pp entre ambos extremos). Lo contrario sucede en San Luis y Jujuy, donde las escuelas de los cuartiles más ricos tienen una mayor proporción de docentes suplentes que las con estudiantes de menores recursos.
En todas las provincias –excepto San Luis– hay una mayor proporción de docentes suplentes en el sector estatal que en el privado. La provincia con mayor porcentaje de suplencias en el sector estatal es La Rioja (62%); la proporción más alta en el sector privado está en Entre Ríos (44%). Y los menores porcentajes de suplentes se registran en San Luis (15%) y Jujuy (15%) para el sector estatal; y en Tierra del Fuego (6%) y Córdoba (6%) para el privado.
Cuanto más joven, más inestabilidad laboral
La edad también parece ser un factor clave, porque los datos muestran que hay mayor cantidad de docentes suplentes jóvenes, y que a mayor edad el porcentaje disminuye. Los maestros más jóvenes (20-25 y 25-30 años) tienen la mayor proporción de suplencias, con un 63,6% y un 52,5% respectivamente. Esto provoca que vayan “saltando” de una escuela a otra y tengan menos estabilidad laboral.
Por otro lado, los docentes mayores (50-55 y 55-60 años) hacen menos suplencias, con un 12,4% y un 8,8% respectivamente, lo que implica una mayor estabilidad laboral y una consolidación de su carrera.
Entre paros, suplencias y ausentismo
Cecilia Veleda, especialista en Educación y consultora del Instituto Internacional del Planeamiento Educativo de la Unesco, afirma que el ausentismo de los docentes es un tema central porque atenta contra el “preciado” tiempo de clases junto junto a otras causas, como el ausentismo de los estudiantes, los problemas de infraestructura o los paros. “Sin una cantidad mínima de horas y continuidad del docente con su grupo de estudiantes, el aprendizaje se ve seriamente comprometido –dice la experta–. El primer paso para enfrentar el tema es contar con información precisa, cosa que no ocurre en la mayoría de las provincias”.
Para María Arazunu Martínez, formadora de docentes de nivel primario y profesora universitaria en Corrientes, el sistema de licencias que rige en el estatuto docente de la provincia debería ser más estricto, ya que genera un excesivo movimiento de suplentes en cargos de interinos y titulares licenciados, aunque por diferentes motivos. “Los alumnos son los principales afectados, ya que a esta situación de tener varios suplentes en un mismo ciclo lectivo se suma a las futuras docentes que están haciendo su residencia y que deben completar su trayectoria formativa en diferentes escuelas asociadas”, plantea la experta.
La puerta de entrada al aula
Los especialistas reconocen que en la carrera docente es habitual que el primer trabajo llegue de la mano de una suplencia. Sara Frutos, profesora de Letras y ex-vicerrectora del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), sostiene: “Es la puerta de entrada al aula que nos permite generar experiencia y las primeras reflexiones sobre la práctica, pero es distinta esa entrada si la suplencia es en el sector privado o en el estatal. Las suplencias en el sector privado se consiguen por referencias o contratación directa, ya que solo en pocas escuelas se concursa por el cargo”.
En el sector estatal, en cambio, la asignación de cargos suplentes o interinos es más compleja. “El hecho de que cada escuela en el sector estatal no pueda elegir a sus maestros, ni adaptar los tiempos de las suplencias al calendario escolar, dificulta la conformación de equipos escolares y, seguramente, también la calidad de la enseñanza y aprendizaje”, concluye Frutos.
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