Frida: un corazón que late entre los escombros
Todos pronunciamos su nombre durante la última catástrofe en méxico; el autor cuenta por qué son esenciales los equipos caninos de rescate
Has conocido las miserias humanas, las tragedias personales, la destrucción desmedida que trae una catástrofe, cuando nada de lo previsto alcanza, cuando quedan expuestas las falencias de estados que maquillaron durante años sistemas de respuesta dirigidos por improvisados que como única idoneidad poseen la amistad política, cuando las personas deambulan como zombis por calles destrozadas y cubiertas del talco en el que se transforma el cemento durante el terremoto, ahí estás después de miles de kilómetros de avión y transporte terrestre, el que sea, porque tampoco hay caminos, todo fue destruido y ellos no fueron la excepción. Es extenuante. Te comprometés a estar en cualquier parte del mundo en menos de 72 horas, mirás a tu alrededor y ves esas caras conocidas, son tu familia en todo el mundo, rostros chinos, griegos, canadienses, mexicanos, peruanos, alemanes... Siempre los mismos, te los has cruzado una o dos veces al año en diferentes continentes, claro que sería bueno encontrar más argentinos, pero no.
Casi no hay tiempo de saludos, hay que iniciar la búsqueda ahora, generalmente te sumás con tu equipo a otro para multiplicar la capacidad operativa, tomás a tu perro e iniciás la tarea de encontrar vida entre los escombros, sabiendo que si no interpretás correctamente lo que te indica tu compañero el equipo pasará interminables horas, a veces días, desescombrando o creando túneles para no llegar a nada. Debés confirmar que no hay nadie, porque no pasará otro equipo por ese lugar después de ser declarado zona revisada.
Has visto los ojos brillando de alegría de quien vive gracias a vos, no te conoce y nunca sabrá tu nombre, nadie te agradecerá, pero será el pago más importante a tanto sacrificio. Esa mirada de gratitud solo será tuya, nadie más la vera jamás y tampoco vos los verás más a ellos, a esos chiquitos haitianos que antes de la catástrofe no tenían trabajo, educación ni comida.
Así seguirás día tras día, buscando una vida más o entregándole a una familia el cuerpo que cierra el proceso de incertidumbre y les permite realizar el duelo. Hasta que llega la jornada más dura, quién lo diría, quieren meter las máquinas y limpiar para poder reiniciar la vida como si nada hubiera sucedido, pero vos sabés que después de diez días sacaste gente con vida. Ya lo has hecho en Perú, en Tartagal, en Haití, en Chile, en Guatemala, en Nueva Zelanda, en Turquía, en Nepal, en México. Cuando ya todos se están yendo, resta todavía ayudar a las personas a recuperarse, construirles un techo, la mayoría de ellos sigue en estado de shock después de perderlo todo. Reclutás a aquellos que superaron el trauma y colaboraron en las tareas y los formás como brigadas de primera respuesta local.
Trabajás con perros desde chico, no pertenecés a ninguna fuerza, sí a una ONG, nunca competiste, jamás presentaste perros en pista, aprendiste con los mejores en distintas partes del mundo. Trabajás distintas especialidades de detección, sobre todo el rescate de personas vivas en grandes áreas colapsadas y la detección de cadáveres y tumbas clandestinas, tenés la experiencia operativa que te permite afirmar cuál es la manera más eficiente de llevar adelante esta actividad.
No has conocido a Frida, pero sabés que fue el ícono que hizo a la sociedad mexicana tomar conciencia de la importancia de invertir recursos en entrenar equipos caninos de detección. Es una labradora de la marina mexicana entrenada para la búsqueda y rescate de personas. Fue la razón por la cual la sociedad se dio cuenta de lo importante que es contar con unidades caninas para búsqueda de personas. Hubo demostración de afecto hacia ella en murales con su cara y las personas comunes salieron a la calle a donar botas para perros, comida y todo lo que esos héroes de cuatro patas necesitan. Si la memoria no te falla, también se inauguró un hospital público veterinario con su nombre.
Del editor. por qué es importante:
En la imagen de la perra labrador quedó representada la tarea de los rescatistas del terremoto de México de septiembre, que dejó 369 víctimas fatales
Cristian Kuperbank