Un combo fatal para un comerciante: pocos clientes y escasez de mercadería
Maximiliano Rodríguez tiene 30 años. Es padre de dos hijos y posee un quiosco almacén frente a un hospital y a una escuela en La Plata. "Va a ser un año muy difícil", dice del otro lado de la reja que lo separa de los pocos que compran desde que se anunció la cuarentena.
Para sostener a la familia, Maximiliano también trabaja en una zapatería que ahora, claro, está cerrada. Él tiene la esperanza de que le paguen igual, porque hace siete años que trabaja ahí. Pero no lo sabe. Viene menos gente al almacén, y eso le da más tiempo para pensar: "Teníamos en venta el negocio. Tuve una oferta y la rechacé. Tuve otra y se murió la mamá de los dueños del local. Si lo hubiera vendido, tendría un problema menos. Pero a la vez pienso: si esto se extiende, si me dicen que despiden gente en la zapatería, por lo menos tengo esto".
En el quiosco también trabaja su novia. El hijo que tienen en común pide todos los días que algún compañerito de la escuela vaya a jugar. La respuesta siempre es no. La maestra les mandó un PDF con tarea por WhatsApp.
No tienen necesidad de trasladarse en colectivo ni caminando al almacén. Viven a media cuadra. Por eso Maximiliano conoce el movimiento del barrio, sabe que anda mucha menos gente en la calle. Según sus cálculos, tiene un 80 o 90% menos de clientes con el cierre de la escuela y la baja de la actividad en el Hospital Zonal Especializado Dr. Noel H. Sbarra, ex Casa Cuna.
Habla con los proveedores de los alimentos que vende: papel higiénico, arroz, galletitas, pan. Todos dicen lo mismo: están vendiendo mucho menos. "Los corredores que venden golosinas, quizás en el stock de producto tienen arvejas, tomate o cosas así, y por esos tres productos siguen en la calle; si no, no estarían trabajando. Ellos no tienen sueldo, trabajan a comisión. Muchos están trabajando desde su casa, no los dejan salir. Hacen los pedidos por WhatsApp", explica. Cada uno se va adaptando para que el ingreso no quede en cero.
"Que reactiven las clases no va a ser prioridad, dijeron. Y acá ves enfermeros y médicos sin el laburo habitual. En la parte odontológica cancelaron los turnos", dice Maximiliano, sabiendo que se vienen días complicados.
Escuchó decir al Presidente que se extendía la cuarentena mientras comía con su novia y su hijo. "Más allá de las dificultades que tenga cada uno, creo que la decisión estuvo bien –opina–. Si decían que se terminaba, todo el mundo iba a salir. Si hubiera transporte público (de larga distancia), yo también me iría a ver a mi nena, que vive a 300 kilómetros. Por eso creo que, en cuanto a salud, sería complicar las cosas. Después, en cuanto a la economía, hay que ver qué pasa".
En ese sentido, comenta la realidad de los comerciantes después del verano, cuando muchas distribuidoras cierran por vacaciones. "Cuando volvés a comprar no hay mucha gente y aumentaron los precios –explica–. Esperás la vuelta de clases para que se reactive, y ahora pasa esto. Va a ser un año muy difícil".
Entre los más afectados
Reunión en Olivos
Alberto Fernández recibió a los empresarios del comercio, uno de los sectores más golpeados por la cuarentena.
Reapertura paulatina
Se propuso una reanudación escalonada, con horarios especiales y empleados que no integran los grupos vulnerables.
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