Un colegio bilingüe de zona norte cerrará sus puertas a fin de año
Se trata del Northville College, que queda en Rincón de Milberg, Tigre; la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires confirmó que venderán el terreno
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El colegio bilingüe Northville College, que está ubicado en Rincón de Milberg, en Tigre, cerrará sus puertas a fin de año. Según coinciden los padres, los rumores de que se iba a vender el terreno para un emprendimiento inmobiliario empezaron el año pasado. Cuentan que los dueños del colegio, sin embargo, negaron la información hasta la semana pasada cuando finalmente confirmaron que cerrarán el 31 de diciembre. Así también lo confirmaron a LA NACION fuentes oficiales de la Provincia de Buenos Aires.
“El reclamo nuestro es por qué no nos dijeron esto”, resumió Pamela Bulacio, madre de una alumna de cuarto año del colegio. “La fecha de diciembre es ficticia. El colegio se está desmoronando. Hoy los profesores renuncian. Los chicos no tienen clases. La mayoría está buscando para irse en agosto, es un sálvese quien pueda”, describió.
Después de pedir varias reuniones, en marzo finalmente los dueños recibieron a algunas madres que son delegadas. “Reconocieron que tenían problemas económicos, pero que no se vendía. Pero los padres que estaban en el rubro inmobiliario tenían hasta el nombre del inversor y el valor, ocho millones de dólares”, contó Bulacio.
El rumor seguía y la semana pasada lograron que reciban a todos los padres: les informaron que el colegio tenía que cerrar. “Fue un solo día donde citaron a todos, nos atendían a todos casi juntos. Fue una situación horrible. Nosotros lo que les planteamos es que si ellos nos hubieran venido a contar el problema económico, nosotros hubiéramos salido a apoyar al colegio, porque lo apoyamos un montón de veces. Este colegio al principio lo agarró la pandemia cuando comenzó, después se le voló el techo y nosotros apoyamos económicamente. Hubiera sido mucho mejor que ellos nos contaran la verdad y acompañarlos. Estamos todos muy tristes. Nosotros amamos el colegio. Amamos a los directivos y a todo el cuerpo docente que se ha portado ante esta situación espectacular, pero no a los dueños”, dijo a LA NACION Milagros Lamas, madre de un alumno de tercer año que en agosto ya empezará en otro colegio.
La institución, que abrió sus puertas en 2019 y con la ayuda de los padres logró sobrevivir a la pandemia, no llegó ni a contar con una camada de alumnos: los primeros egresarían en dos años. Su propuesta bilingüe iba desde jardín a primaria.
LA NACION se comunicó con el colegio, que solicitó canalizar la consulta por correo electrónico. Al cierre de esta nota no hubo respuesta.
“Nos perjuraron que no se iba a vender el colegio, que lo iban a salvar, que era un mal momento y que iban a vender el predio al lado para poder construir las aulas del secundario. Tristemente yo caí porque era una de las mamás que creía fielmente en la institución. Creí en este proyecto que fue un gran proyecto. Hasta el momento no me arrepiento porque los chicos aman su colegio, aman a sus profesores, aman a su institución. Cuando nos dijeron que estaban mal económicamente les ofrecimos ayuda: hacer una mutual, matricular antes, les ofrecimos que nos den las matrículas del 2025 porque amamos el colegio. Y no fue así, no quisieron”, relató Claudia Gamez, madre de tres hijos que asisten al Northville. Esta semana rendirán un examen para entrar al único colegio en el que consiguió tres vacantes.
Las familias incluso empezaron a pagar un viaje estudiantil en cuotas. “Nos dijeron que se hace, pero los que nos vamos no sabemos si vamos a poder ir, porque para fin de año no vamos a ser más del colegio. Es muy triste, este colegio abrió en 2019 y nosotros estamos desde el primer día y se armó un muy lindo grupo”, dijo a LA NACION Bautista, de tercer año, que empezará la segunda mitad del ciclo lectivo en el Marín.
“Si me dan la oportunidad de irme, me voy. Pero si no me dan la matrícula, no voy a poder”, agregó su compañero Agustín.
Migración de docentes
Para junio esperan una gran migración de docentes. Les prometieron cumplir con sus sueldos hasta diciembre e indemnizarlos, pero aquellos que consiguen trabajo ya están renunciando. Las clases están aseguradas hasta fin de año, pero muchos de los alumnos, los que pudieron conseguir vacantes, empezarán las clases en agosto en su nuevo colegio. Entonces es probable que en la segunda mitad del año fusionen cursos. Los docentes reconocen que trabajar con esta desmotivación es muy difícil y están trabajando en un posible plan para los alumnos que continúen en el colegio después de las vacaciones.
“Ellos pueden decir que las puertas están abiertas, pero tienen muchas horas libres. Mi hija hoy está ahí, pero está haciendo tik toks. Debería constar en actas, que registren que no se está cumpliendo la planificación”, dijo Bulacio, quien se comunicó con la Dirección de Educación de Gestión Privada (Diegep) de la provincia de Buenos Aires, que debe supervisar y controlar esas instituciones.
Desde la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia, a cargo de Alberto Sileoni, confirmaron el cierre del establecimiento. Ante la consulta de LA NACION se limitaron a contestar: “La Dirección de Gestión de Educación Privada recibió el llamado de los directivos que explicaron que vendían las tierras y cerraban la institución. La Dirección colabora para garantizar la relocalización de los estudiantes en otras escuelas”.
No hubo precisiones sobre cómo cooperan con la reubicación de los alumnos.
También están al tanto de la situación en la intendencia que desde diciembre está en manos de Julio Zamora. “Como municipio no tenemos ninguna potestad con una escuela privada que cierra. No tenemos posibilidad de subsidiar una escuela privada”, dijeron.
En tanto, según coincidieron los padres, los colegios de la zona están colaborando. No tienen capacidad hoy para abrir un curso completo, pero están abriendo cupos en cursos que ya estaban cerrados para incluso poder recibir a pequeños grupos de alumnos o habilitar aulas para tomar grupos burbujas de los grados donde más se dificulta conseguir vacantes.
El cierre del colegio Northville se suma a una larga lista de instituciones. Después de casi 70 años de funcionamiento, el Colegio San Fernando de doble jornada informó a fin de año que no iba a abrir este año. Lo mismo sucedió con el colegio secundario Propuesta Actual, en Nuñez, debieron tomar la decisión por la situación económica. También el Instituto Mancedo – Midlands College, un colegio bilingüe de Quilmes; El Centavo – Cinderella, un tradicional jardín de infantes bilingüe de la ciudad de Buenos Aires; el Coghlan College, un jardín maternal con casi 40 años de historia que anunció un cierre precipitado en octubre.
Mientras que otros tantos evalúan opciones para sobrevivir ante la baja de la matrícula, la suba de costos laborales y de la morosidad en el pago de las cuotas: la Nueva Escuela Spegazzini, en el partido de Ezeiza, comunicó una clausura parcial o dos tradicionales colegios religiosos de Olivos anunciaron que se fusionarían para poder continuar funcionando.
Una crisis que se extiende.
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