Un avión aterrizó de emergencia en una plantación de maíz cerca de Mar del Plata
LA NACIONDarío Palavecino
MAR DEL PLATA.– En medio de un escenario de tormenta y lluvias intensas, a menos de diez minutos de llegar a destino, el piloto de un avión privado con ocho pasajeros y dos motores fuera de servicio improvisó un aterrizaje de emergencia en un campo sembrado con maíz, a menos de tres kilómetros de la pista de una estancia que era el destino del vuelo. Todos resultaron ilesos.
Especialistas afirman que la destreza del comandante y las condiciones del terreno, anegado y con plantas de más de un metro de altura, evitaron que todo termine en una tragedia. El corto recorrido en tierra finalizó a pocos metros de un monte, barrera que pudo haber sido letal para la aeronave y todos sus ocupantes.
Todos salieron del avión por sus propios medios y pudieron ser rescatados por familiares que llegaron desde el campo cercano, casi al mismo tiempo que arribó una patrulla rural en respuesta al aviso de un lugareño que advirtió cómo un avión se perdía entre un amplio maizal de Comandante Nicanor Otamendi, localidad que se encuentra a poco más de 30 kilómetros al sur de Mar del Plata por la ruta 88.
"Lo motores se trancaron, ambos, y no podíamos reencenderlos en vuelo", dijo el piloto de la aeronave siniestrada en un audio que compartió con un colega.
Pronto también arribaron una dotación del destacamento de bomberos de Comandante Nicanor Otamendi y una ambulancia del SAME. No tuvieron que asistir a los pasajeros porque todos estaban en buen estado de salud.
Peritos de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac) arribaron a última hora de la tarde hasta el campo donde quedó varado el avión Cessna C560X matrícula LV-FQ, luego de haber partido con las primeras luces del día desde el aeropuerto de San Fernando. La unidad, según se pudo conocer, es propiedad de la firma Covelia.
Este viaje era el de prueba que hacía el empresario José López Carballeda –propietario de una fábrica de artículos de limpieza y que fue presidente del Club Español de Buenos Aires– para decidir la compra de este avión. Su cotización de mercado está estimada en cinco millones de dólares. Las mismas fuentes afirman que por eso había invitado a quien iba a ser su piloto particular en esa aeronave y a algunos familiares con los que habían decidido aterrizar en la estancia "La Venancia", próxima al maizal que los contuvo en la emergencia.
De la investigación surgirá qué ocurrió para que el piloto tomara esta drástica decisión. La falla habría hecho perder altura e imposibilitado una maniobra para regresar e intentar el aterrizaje en el Aeropuerto Ástor Piazzolla, en particular por las malas condiciones climáticas reinantes en ese momento en esta zona.
Ya el recorrido que se había elegido había sido más largo del habitual porque se buscó eludir el frente de tormenta que estaba anunciado. A pesar de estas condiciones, decidieron emprender vuelo.
La tripulación había advertido a la torre de control de la terminal aérea marplatense que estaban en emergencia por la detención de un motor y poco después del otro. En esas circunstancias afrontaban una constante pérdida de altura que mantenía la aeronave a unos 1500 metros. Como el panorama era pésimo, con mínima o nula visibilidad, la decisión fue avanzar y buscar un descampado, bien despejado, para tocar tierra.
Explicaciones de estas maniobras deberá dar la tripulación a los peritos de la Jiaac, que tienen la misión de realizar en campo la planimetría del aterrizaje, revisar estado de motores y sistemas de combustible, equipos de control y recoger otros testimonios y evidencias para completar su informe.
La suerte de la aeronave parece echada porque revisar su estado tras estos impactos ajenos a los movimientos habituales para volver a ponerla en condiciones implicará casi desmantelarla por completo. Según quienes conocen del tema, resulta más oneroso o menos conveniente que comprar una nueva.
Según se pudo confirmar, este avión acababa de completar una revisión técnica obligatoria en Estados Unidos, por lo que se considera que estaba en óptimas condiciones previo a este último viaje. Y este vuelo a la estancia de Comandante Nicanor Otamendi tenía previsto ida y regreso en el día.
Fuentes de la Jiaac confirmaron a LA NACION que entre los peritajes por realizar se destaca el ensayo de componentes y pruebas de laboratorio que permitirían verificar cuál pudo haber sido el factor que llevó a la detención de ambos motores.
Por las condiciones meteorológicas reinantes al momento de entrar en emergencia se podría dar la posibilidad de engelamiento (hielo), pero también se tiene en cuenta que estas aeronaves cuentan con sistema Anti Ice para resolver este tipo de complicaciones.
Por Darío Palavecino
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