Un alud cortó el gasoducto Norandino
La fuerza del río San Andrés arrastró un tramo de la traza; hubo escape de gas y algunas explosiones
SALTA.- "Reventó el caño que estaba pelao y hubo una explosión" (donde el gasoducto Norandino cruza el río San Andrés), contó Serafina Cruz, habitante de la región, luego de comunicarse por radio con las comunidades collas de la zona, que dieron la primera noticia del accidente.
La fuerza del caudaloso río de montaña, que arrastraba piedras y lodo, hizo que la presión del agua reventara el caño del gasoducto y que se interrumpiera el suministro de gas a dos usinas del norte chileno. La fuga del gas provocó algunos focos de incendio en esa aislada región del norteño departamento Orán. No hubo daños personales ni materiales importantes, por cuanto la explosión fue en un cañadón de 30 metros de profundidad, según informó la firma responsable, Transportadora de Gas del Norte.
El gasoducto de 1080 km de largo, que costó alrededor de 440 millones de dólares, fue noticia cuando Greenpeace y la Asociación Yaguareté acompañaron a los nativos en su rechazo a la obra porque aseguraban que afectaría la selva de Yungas. Se llegó a un entendimiento con la mediación de la entidad ambiental argentina Vida Silvestre.
Norandino y Techint, empresas responsables de los trabajos, tuvieron negociaciones y tras garantizar medidas preservacionistas se pudo continuar el tendido para llevar 1.400.000 m3 de gas por día a las usinas de Mejillones y Tocopilla en el norte de Chile.
Serafina Cruz no pudo agregar más detalles por las dificultades de su transmisión por radio con la comunidad de San Andrés, que junto con Paraní y Río Blanquitos conforman una población de origen colla que pretende mantener sus tradiciones y gestiona la propiedad de las tierras que ocupan. Confirmó la rotura del caño y el escape de gas, que duró poco tiempo, ya que las válvulas de seguridad cortaron inmediatamente el suministro. Dijo que la explosión habría provocado focos de fuego en los parajes Cuesta Chica, a unos 8 km de allí, en Cuevas y en Trancas, pero que eran controlables.
El problema ocurrió en las estribaciones montañosas distantes unos 70 km al noroeste de San Ramón de la Nueva Orán. La representante colla afirmó que el río San Andrés ya había erosionado y roto un caño cuando se estaba construyendo el gasoducto.
Greenpeace había señalado también que la región, al ser de difícil acceso y alejada de poblaciones, hacía muy difícil la intervención de fuerzas de rescate ante la existencia de eventuales accidentes tales como incendios forestales o desbordes de ríos de montaña.
La operación está a cargo de la Transportadora de Gas del Norte que, apenas conocido el problema, envió un helicóptero, ya que es una región de difícil acceso, verificándose que la fuerza del agua y los sedimentos erosionaron el cauce dejando a la vista el caño que por la presión se rompió, según el ingeniero Domingo Sandoval, de Relaciones Institucionales.
La reparación puede demorarse por las dificultades para llegar con los equipos a la zona.
El ingeniero Gabriel Marcus comentó que la rotura se produjo "fuera de la zona de yungas y en un barranco de 30 o 40 metros de profundidad, lo que atenuó el impacto".
Negó que los incendios hayan sido provocados por la explosión.
Para Marcus, la rotura habría sido sobre la barranca, no en el cauce del río, ya que el caño está a tres metros de profundidad. El accidente no afectó la provisión de gas a la Argentina, ya que el fluido transportado es sólo para exportación.