Martina Weil tiene 24 años y está en cuarto año de Turismo en la USAL. Empezó estudiando Diseño, luego se pasó a Derecho, pero después de un viaje al exterior se dio cuenta de que lo que más le gustaba era conocer la historia y la cultura de otros países. Martina está haciendo una pasantía en el sector de marketing de El Corte Inglés. "Si buscás trabajo hay. Los primeros puestos son bastante básicos, pero a medida que vas adquiriendo conocimiento te podés dedicar a varias cosas, como turismo de eventos, o corporativo", asegura la joven, que dice que aunque sería "una súper experiencia" irse a trabajar a otro país, "Argentina tiene mucho potencial si se sabe aprovechar".
"Claramente hay un montón de laburo en Turismo-confirma Camila Carosone (21), estudiante de Turismo de la UADE-. Salida laboral siempre hay, porque los trabajos, si bien requieren saber, son operativos, podés trabajar en agencias u hoteles, donde piden camareros, recepcionistas, atención al cliente. Más adelante podés trabajar en Comunicaciones, Marketing, Finanzas".
"El país tiene un montón de potencial por su diversidad y porque les gusta a los extranjeros. Estoy súper enamorada de Argentina", afirma Camila, que obtuvo una beca completa por sus excelentes calificaciones en el colegio y ya trabaja en la empresa de turismo Lihué Expediciones, que asesora a agencias radicadas en Europa, América y Oceanía, en el armado y coordinación de viajes para explorar la Argentina.
2017 fue récord en la Argentina en turismo externo e interno . Del exterior llegaron 6.600.000 turistas y hubo una ocupación hotelera de 21 millón de turistas registrados. También está creciendo la aviación comercial, con el impulso de las políticas oficiales: el año pasado viajaron 13 millones de pasajeros en vuelos de cabotaje. La industria de aeronavegación demanda mucha mano de obra y las autoridades prevén que para finales de 2020 volarán 20 millones de argentinos y en 2025 30 millones. El año pasado, el turismo generó 5.700 millones dólares de ingreso de divisas.
Pese a este crecimiento, la Argentina sigue siendo un país con un bajo nivel de desarrollo turístico, por lo que debe invertir para aprovechar sus recursos, no solo de infraestructura, sino también humanos. En tiempos de robotización, el factor de atención al cliente es fundamental y no hay máquina que lo haya suplantado.
En un contexto de crecimiento de los viajes internacionales en todo el mundo, el país es visto como un destino exótico para los principales centros emisores de turistas, Estados Unidos, Europa y China. Con el crecimiento económico, el país asiático tiene cada vez más ciudadanos con alto nivel económico y tiempo libre, que buscan nuevos destinos. El arribo de turistas chinos se duplicó de un año a otro. Además, es un país seguro comparado con otros de la región y tiene un patrimonio natural y cultural importante, muy valorado en el exterior, a lo que se suma un tipo de cambio favorable para los turistas.
Una carrera con salida laboral asegurada
Mario Córdoba, director de la carrera de Turismo y Hotelería de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), asegura que la actividad "sin dudas va a tener un buen futuro en el mundo y en la Argentina en particular". En esa universidad privada, Turismo es la segunda carrera en cantidad de alumnos, con 1500 estudiantes (solo la supera Administración de Empresas), y hace cinco años que su crecimiento es sostenido.
En la UADE, la carrera dura cuatro años y se estudia inglés y portugués (el principal origen de los turistas que llegan al país es Brasil). Según Córdoba, el 50% de los alumnos que están cursando ya trabaja en la actividad, gracias a un sistema de pasantías y convenios con organizaciones públicas y privadas. La universidad cuenta con un Hotel Escuela en Pinamar, donde los estudiantes practican atendiendo a huéspedes de verdad.
El país cuenta hoy con 48 universidades que ofrecen Turismo, 25 públicas y 23 privadas. El 84% de esas carreras se desarrolla en forma presencial y las demás a distancia. Hay zonas eminentemente turísticas, pero según todos los expertos consultados van a haber posibilidades de arraigo en otras zonas del país, como pequeños poblados. Y muchos jóvenes van a ser constructores de sus propios empleos y factores de cambio en sus lugares de origen. Con este fin, el ministerio de Educación otorga becas Progresar a quienes quieran estudiar Turismo en las provincias de Entre Ríos, Misiones y Salta.
En este sentido, la cantidad de estudiantes de la carrera de Turismo en las universidades del país viene en franco crecimiento: si en 1999 tenían 7047 alumnos, esa cifra creció a 15.537 en 2016, con un pico de 16.042 en 2015.
Lorena Villamayor, directora de la Escuela de Turismo y Hotelería de la Universidad del Salvador (USAL), coincide con que "es una carrera con mucho futuro, está dentro de las que sobrevivirán a la nueva revolución tecnológica, porque está enfocada en servicios y en personalización".
Villamayor destaca que los millennials y los centennials "son muy nómades, muchos viajan a estudiar a fuera y vuelven". Independientemente de que mucha gente se traslada fuera de Buenos Aires a localidades emergentes, "hay laburo en todos lados, porque los destinos urbanos traccionan mucha actividad".
La modalidad actual del viajero del siglo XXI hace que muchos destinos del país puedan disfrutarse todo el año, no se trata solo sol y playa en verano. En ese sentido, la académica de la USAL destaca que en los últimos años hay graduados que ponen un hotel o una cabaña cerca de los nuevos parques nacionales. "El campo profesional tiene mucha potencialidad. Veo que hay gente que trabaja un tiempo vinculada a la hotelería y después se vuelca a un proyecto más vinculado a una agencia de viajes o más específicos", señala Villamayor, que destaca que los alumnos de la USAL "se insertan laboralmente en forma temprana".
La Universidad del Salvador cuenta con un programa de empleos y pasantías muy fuerte y los alumnos debe hacer prácticas profesionales cada año. "Los chicos aprovechan mucho el programa de intercambio internacional. Se van a Francia, España, Inglaterra, Estados Unidos y hasta India, Japón, Islandia o Finlandia los más osados. Eso les abre la cabeza en forma espectacular", afirma Villamayor. La carrera de Turismo se dicta en la USAL desde 1966 y dura cuatro años.
Identidad cultural y sustentabilidad ambiental
El ministro de Turismo, Gustavo Santos , se muestra por demás optimista: "La innovación, las nuevas tecnologías, que en otras áreas hacen que disminuya el trabajo, en el caso del turismo se convierten en aliados. Hacen posible el acortamiento de las distancias, creando nuevos consumidores y mejorando la competitividad en todas las escalas".
"El Turismo se vincula con dos factores, la preservación de la identidad cultural y la sostenibilidad ambiental, donde Argentina tiene un potencial de crecimiento muy grande, por la cantidad de recursos naturales y culturales, la diversidad de climas y su geografía, es un destino con un buen posicionamiento, que ha tenido durante años estrategias restrictivas en cuando a conectividad que han afectado su desarrollo", afirma Santos.
Un caso emblemático de desarrollo local es el de Reina Sandoval, una cocinera del pueblito correntino de Concepción del Yaguareté Corá, que todos los veranos viajaba a Mar del Plata a trabajar y que este año pudo irse a la ciudad balnearia por primera vez de vacaciones, gracias a que consiguió trabajo en su lugar de origen por el desarrollo turístico que ha tenido por el nuevo Parque Nacional Iberá.
"Historias de esas tenemos muchas, cientos –remarca Santos-. Personas que han encontrado espacios de superación a partir del turismo, dulceras en el interior de La Rioja, alojamiento en zonas de montaña, guías de experiencias turísticas en Antofagasta, o la puna jujeña, Catamarca, Córdoba. El Turismo es la más federal de las actividades productividades. No hay ninguna provincia que no tenga posibilidad de desarrollo turístico. Hay incentivos en provincias que están buscando formar recursos humanos".
Un futuro sin techo
Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), coincide con Santos: "Definitivamente, la industria del turismo es la que está llamada a desarrollar más puestos de trabajo en el futuro. Las fábricas van a estar inmersas en una carrera hacia la robotización y la automatización, mientras que el turismo trata sobre experiencias de vida, servicios".
"Si todo anduviera bien y Argentina confirma esta reinserción en el mundo, las inversiones se deberían multiplicar, porque es un país muy grande y tiene todo para hacer. Necesitamos conectividad, más vuelos que recorran el país de punta a punta. Si desarrollás la conectividad vas a desarrollar cada uno de los destinos, porque ni la gastronomía ni la hotelería ni el comercio alcanzarán para atender a los turistas", subraya Elías, que destaca la enorme potencialidad de provincias poco desarrolladas, como Catamarca y Santiago del Estero, además de los destinos más obvios, como Iguazú y el sur del país.
"Todo este desarrollo viene de 2016 para acá. Hay nuevos vuelos, nuevas tarifas, nuevos destinos. Los fines de semana largo son un éxito. Con todo esto, todavía tenemos menos vuelos por año que Chile. Teníamos una infraestructra desastrosa: cara y mala. No hay techo de crecimiento si el país empieza a repuntar", afirma el empresario.
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