"Triunfar como lo hicimos es un milagro"
El vencedor de la primera vuelta retó al jefe de gobierno a un debate "mano a mano" para discutir las mejores propuestas Los equipos técnicos ya tienen diseñada la estrategia electoral para los próximos 20 días Dirán los nombres de los futuros funcionarios Habría conversaciones con otros partidos
-¿Se siente un ganador?
-¡Y cómo no! Si hicimos un milagro.
Mauricio Macri habló brevemente con LA NACION, luego de declararse ganador, anoche, en su búnker de la calle Chacabuco, donde Memphis la Blusera insistía con "andá por la sombra y cerrá el portón", en referencia a Aníbal Ibarra. Y habló así, con términos religiosos.
El titular de Boca Juniors estaba anoche agotado de hablar, de soportar las peleas de los movileros que querían registrar "la primera charla".
"Esto es un partido nuevo y haber logrado el 40% de los votos, con el nivel de agresión que hubo en la campaña, es milagroso".
-¿Qué fue lo que más le dolió?
-La agresión y la calumnia. Y si los abogados del partido ven que hubo injurias, acudiremos a la Justicia.
-¿Por qué le pidió a Aníbal Ibarra que se alejara del gobierno hasta después del ballottage?
-Porque los gobernadores serios han hecho eso siempre, con el agregado de que Ibarra confundió los actos de gobierno con la campaña electoral.
-¿Cómo se va a preparar para la segunda vuelta? ¿Cuál va a ser su estrategia política?
-No lo puedo decir. Tengo que reunirme con mis equipos técnicos.
Lo que Macri no dijo anoche, quizás por el cansancio o porque se trata de una sorpresa, es que tanto él como su equipo ya tienen diseñados los pasos a dar en los próximos 20 días, minuto tras minuto, hasta la gran noche de la segunda vuelta.
Durante la tarde de ayer, mientras amenizaba la espera con el partido de River contra Independiente -los Diablos Rojos convirtieron el segundo gol justo cuando cerraban los comicios-, los colaboradores, entre los que se encontraba su mujer, Isabel Menditeguy, que escribió gran parte del discurso del triunfo, comenzaron a diseñar la ofensiva.
Tienen pensado, por ejemplo, lanzar el nombre del fiscal federal Carlos Stornelli para que ocupe la Procuración General de la Ciudad y, que desde ese lugar, funde la Oficina Anticorrupción local, de la que también el hombre del Ministerio Público sería el titular.
Contactos extrapartidarios
Además, nadie descarta que en los próximos días, las segundas líneas de Compromiso para el Cambio y algunos militantes importantes del partido de Ricardo López Murphy comiencen algún tipo de diálogo, aunque hasta el momento el candidato a ex presidente de la Nación dijo que dará libertad de conciencia a su militancia.
Fuentes cercanas al vencedor dijeron que los números que se manejaban anoche -no tanto la diferencia como el porcentaje de votos obtenido, casi el 40%- habilitan a Macri a salir con un discurso triunfalista, pero con la consigna de "ayudar" al presidente Néstor Kirchner desde la ciudad.
"No tengan ninguna duda de que desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires voy a estar junto al Presidente para sacar al país adelante y reencontrarnos en la dignidad, en la justicia y en el bienestar", dijo
Y luego arremetió en contra del actual jefe de gobierno: "Cada una de las cosas que dijo serán respondidas", explicó, tranquilo, el ganador. Y, en esas palabras iba un mensaje muy claro a su opositor: no habrá más tolerancia a los agravios.
Y quizás por eso cuando dijo: "Para que no asuste a la gente y por más que la mayoría de los vecinos se opone a su reeleción, le propongo al jefe de gobierno que acepte discutir, mano a mano, de cara a los vecinos, cuáles son los mejores proyectos para la ciudad de Buenos Aires".
Las palabras sonaron a desafío, a reto, cosa que nunca se le había escuchado a Macri durante la campaña, en la que, más bien, apareció como el victimario del jefe de gobierno, que cargó las tintas en contra del padre, el empresario Francisco Macri.
Convoca a la oposición
Y dijo más en su discurso, que presentó como "unas palabras que escribí para decirles". "Nuestro gobierno y nuestros legisladores van a convocar a la oposición para que nos controle, como corresponde a un gobierno que les va a garantizar a los vecinos una transparencia absoluta."
Y, más adelante, cuando volvió sobre Ibarra, dijo: "Le reclamo a Aníbal Ibarra que abandone el agravio como método de campaña. Quiero que se anime a hacer una elección sin el aparato y la plata de los vecinos de Buenos Aires, que él administra desde el gobierno. Le exigo el respeto que se merecen los vecinos que me apoyan, tanto como a todos los que lo votaron a él, a Zamora, a Bullrich, a Caram, a Ripoll o a otros candidatos".
Entre los aplausos, reclamó: "El actual jefe de gobierno hizo política sembrando el miedo, jugando con la angustia y la incertidumbre de nuestros vecinos y de los propios empleados del gobierno".
Macri tuvo ayer su día de gloria y lo transmitió a la gente que comía sin cesar en la planta baja de su búnker. Bajó varias veces desde el segundo piso, donde algún colaborador le armó una especie de catre de campaña en la oficina del jefe de campaña, Juan Pablo Schiavi, para que descansara.
Cada vez que lo hacía, bromeaba o tiraba avioncitos de papel entre los cronistas. O jugaba al metegol en la trastienda de la planta baja.
Mientras, los candidatos de su lista daban notas a todo el mundo. El más buscado fue Jorge Argüello, que apareció en todos los medios posibles. El más serio, Jorge Vanossi, el otro candidato a diputado nacional -los dos ingresaron en la Cámara baja-, quien igual, en algún pasaje, sonrió y levantó los brazos, triunfador.
Con todo, el ganador de la maratónica tarde de declaraciones fue Horacio Rodríguez Larreta (h.).
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