Tras una tensa espera, el traslado a Brasil de las elefantas Pocha y Guillermina ya tiene fecha
Luego de marchas, contramarchas y acusaciones cruzadas, el Ministerio de Ambiente de la Nación autorizó hoy el viaje
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Pocha y Guillermina, las dos elefantas del Ecoparque de Mendoza, ya están listas para emprender el viaje hacia el santuario de Brasil en el que hace dos años vive Mara, relocalizada desde Buenos Aires. Luego de marchas, contramarchas y acusaciones cruzadas, que contemplaron la posibilidad de que los animales fueran a un flamante santuario en Entre Ríos, finalmente el traslado a Brasil se concretará durante la primera quincena de mayo y, si no, antes del 25 de ese mes.
Estas dos elefantas, madre e hija, están en cuarentena hace un año y esperaban poder marcharse mientras eran entrenadas para el viaje en cajas. Allí convivirán no solo con Mara, sino también con otros ejemplares rescatados de distintos puntos de América Latina.
“Es muy complicado organizar un traslado así. Se necesita tener todo perfectamente cronometrado y preciso porque si algo fallara, se caería todo, y para eso necesitamos saber los detalles con antelación. Si demoran el permiso hasta último minuto como están haciendo, corremos riesgo de que algo salga mal. Hay intencionalidad para demorar el trámite”, decía ayer Leandro Fruitos, consejero consultivo del Ecoparque de Mendoza, en referencia a la demoras del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación en firmar la renovación del permiso de exportación, lo que finalmente acaba de ocurrir esta mañana.
Si bien en el caso de Mara la autorización fue emitida durante el gobierno macrista, el ministro Juan Cabandié había firmado en dos ocasiones el CITES de exportación de Pocha y Guillermina: el 28 de septiembre de 2020 y el 26 de mayo del año pasado. Sin embargo, la semana pasada un comunicado del ministerio informó que consultaría a la justicia de Mendoza la decisión de trasladar a las elefantas, a partir de los resultados de una inspección que realizó en Brasil la Brigada de Control Ambiental en febrero de este año. Hasta allí, viajaron siete personas que a su regreso hicieron un reporte sobre dicha visita.
El argumento del ministerio para esta presentación, pocos días antes del traslado de Pocha y Guillermina, fue que una de las condiciones requeridas para relocalizar a estos animales es que vayan a lugares adonde su reproducción este prohibida. Resulta que el Santuario de Elefantes Brasil esta inscripto como “criadero científico de animales”, aclarando el mismo documento de creación que está prohibida la reproducción de ejemplares en el predio. “Todo esto se encuentra documentado y a disposición del ministerio, y certificado por la Federación Global de Santuarios de Animales, que además certificó estándares de excelencia en el santuario de Brasil. Una de las condiciones para conceder el estándar de excelencia es la no reproducción –aclaraba ayer Fruitos–. La directora ejecutiva de la federación envió una carta al ministerio especificando este tema. Además, ya constaba en todos los documentos precedentes enviados con el fin de solicitar los anteriores permisos de exportación. El viernes, instamos al ministro para que firmara la exportación”.
Según pudo saber LA NACION, la intención del Ministerio de Ambiente era enviar a las elefantas a Tekove Mymba, un espacio recientemente catalogado como santuario en la provincia de Entre Ríos, propiedad de Juan Pacot. Hasta hace un año no existía esa categoría en la Argentina y fue otorgada por Ambiente. También trascendió que desde el ministerio le fueron otorgados 30 millones de pesos “para mejoras de recintos de felinos y paquidermos”.
Consultada la cartera acerca de los fondos entregados a Tekove Mymba, los voceros respondieron: “No tiene absolutamente nada que ver con este tema. Son parte de un programa que está publicado en colaboración con diversos ámbitos que reciben fauna obtenida en decomisos de operativos de tráfico. Lo hacemos con quien se presente en ese proyecto”.
LA NACION preguntó quiénes fueron los otros beneficiarios del programa, pero no hubo respuesta.
La demora de Cabandié en renovar el permiso de traslado, y los argumentos para hacerlo, despertó fuertes cuestionamientos. “Vinieron, estuvieron cinco, seis horas. Eran 15 personas en total pues estaban también los representantes del SEMA y del Ibama de Brasil. Pero el reporte que escribieron tiene poco que ver con lo que sucedió aquí”, contó Scott Blaise, director del santuario de elefantes. “Uno de los puntos, por ejemplo, es que ellos dicen no haber visto a Mara muy de cerca. Pero cuando les preguntamos si querían que la trajéramos más cerca, respondieron que no, que no era necesario. Otra de las contradicciones fue al hablar con los representantes del SEMA acerca de la denominación del santuario, y ellos ofrecer los documentos que llevaban consigo para su revisión. La respuesta de los funcionarios fue que les bastaba con la palabra y que no era necesario. No es lo que escribieron en el reporte”, detalló Blaise.
“Esto parece ser un juego personal en el que se disputan las elefantas. Los animales no pertenecen a nadie. Solo tienen que estar en el mejor lugar para ellas. Estamos trabajando para eso hace muchos años, con el apoyo de la sociedad argentina, que lo que más quiere es verlas libres y fuera de ese agujero del piedra”, dijo el experto en elefantes.
“Desgraciadamente tenemos la certeza de que esto es político. La lógica del Gobierno es beneficiar de acuerdo con el color político de cada provincia. Hemos derivado del Ecoparque 1500 animales sin ningún problema. Está todo coordinado para que las seis elefantas que quedan en la Argentina (cuatro en Mendoza y dos en Buenos Aires) se vayan a Brasil. Pero son dos provincias en las que no gobierna el kirchnerismo”, denunciaba en los últimos días Humberto Mignorance, el secretario de Medio Ambiente y Reordenamiento Territorial de Mendoza.
Sobre esta acusación, los voceros del ministerio solo respondieron: “No nos consta que se haya dicho eso”.
LA NACION consultó también a Pacot, el dueño de Tekove Mymba, a quien le fue ya negado por la Justicia un habeas corpus que intentaba detener la salida de las elefantas del país. “Nos manejamos por la vía legal, acá simplemente lo que hay que pensar, y no es muy difícil de hacerlo, es que en la Argentina hay una ley que prohíbe mandar animales de zoológicos a criaderos, reproduzcan o no, en primer lugar. En segundo, no te podés hacer llamar santuario cuando tu habilitación dice otra cosa. Iremos hasta la Corte Suprema si es necesario”, afirmó.
Su versión fue desestimada por Mignorance. “Nuestra ley no prohíbe derivar animales a lugares en los que puedan reproducirse. De todas maneras, los documentos brasileños dejan clarísima la prohibición de reproducir”, insistió.
Una vez más, como en tantos casos, los animales fueron víctimas de la pequeñez política imperante, mientras la sociedad clamaba para que Pocha y Guillermina finalmente pudieran ser libradas de la fosa en la que viven en el Ecoparque de Mendoza y terminar sus días en el mejor lugar. En nuestro país, existen todavía cientos de animales en zoológicos en deplorables condiciones; una de las liberaciones más complejas es precisamente la de las elefantas.
Tras la firma esta mañana del permiso, el traslado está más cerca de lograrse. Ambas elefantas ya habitan con total normalidad las cajas en las que realizarán el viaje al Mato Grosso. Forman parte de su rutina, se alimentan y juegan dentro de ellas, lo que significa un gran avance respecto de la situación que se planteó en agosto de 2021, cuando llegaron las entrenadoras.
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