Tras una larga lucha, murió el pequeño Renzo
El niño de dos años, que padecía una enfermedad congénita, había sido sometido a un trasplante de corazón
Luego de una intensa lucha contra una miocardiopatía congénita, el pequeño Renzo Salvatore Antonelli, de dos años, falleció ayer en el hospital Garrahan tras haber sido sometido a un trasplante de corazón. Su muerte conmovió a todo el país.
Aquella delicada intervención de catorce horas, realizada por un equipo de cirujanos del hospital, había abierta una luz de esperanza. Pero a los pocos días, Renzo comenzó a sufrir una serie de complicaciones derivadas de una operación de altísima complejidad. La historia y la voluntad de vivir de Renzo no fueron en vano. Ayer, en las redes sociales y en la calle volvió a cobrar otra vez relevancia la importancia social de la donación de órganos (ver aparte).
"Murió esta mañana, hace un par de horas", confirmó ayer muy temprano uno de los tíos de Renzo. "Se fue tranquilo, tenemos que pensar que él está bien", agregó. Renzo permanecía con muerte cerebral desde anteayer, según pudo saber LA NACION. Por eso, diferentes personalidades comenzaron a pedir una cadena de oración por el niño. El martes pasado, la familia de Renzo había contado a través de las redes sociales que la salud del pequeño era muy delicada. "Queremos confirmar que Renzo está muy grave y pedimos oración por él", habían escrito en el perfil de Facebook de Haroldo, su papá.
Los restos de Renzo serán inhumados en la provincia de Corrientes, donde había nacido. El abuelo del pequeño, Jorge Ramos, dijo que su nieto "peleó muchísimo, peleó hasta el final", y destacó que "ahora está descansando". La abuela del niño, Patricia Leguiza, agradeció a la sociedad por el respaldo que recibió la familia, y sostuvo que su nieto "abrió muchos corazones".
"Cuando los chicos están esperando un trasplante, le pido a la gente que no pierda tiempo, porque en el caso de Renzo estuvo siete meses en espera. El cuerpo sufre", afirmó Leguiza en declaraciones a un canal de noticias. Explicó además que Renzo tuvo "un ACV y paros cardíacos", por lo cual el "cuerpo lo siente", pero aclaró que el corazón que recibió en el trasplante "siempre estuvo firme". "Estamos todos de pie para seguir con fortaleza", expresó Leguiza, tras la muerte de su nieto.
El abuelo, en tanto, agradeció al personal del hospital Garrahan por la atención que brindaron al niño, y destacó que hay que estar "con los chicos que están necesitando una oportunidad", como un trasplante.
Fortaleza
Renzo nació con una miocardiopatía congénita y en octubre del año pasado ingresó en la lista del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) en espera de un trasplante de corazón, que finalmente se realizó el 2 de junio último. Desde entonces, su salud experimentó altibajos al punto de que el niño resistió severos embates a su salud deteriorada. En las últimas semanas, había sufrido reiterados paros cardíacos. Algunos, según contó su familia, generaron daños neurológicos. El caso despertó el interés en la sociedad, dada la complejidad del caso y la fuerza demostrada tanto por el niño como por su familia, que sobrellevó los duros momentos que siguieron a la operación del trasplante de corazón.
"Renzo se fue rodeado de amor y luz. No hay palabras para este triste final. Mi niño encendió al cielo". Con esa frase, los padres de Renzo despidieron ayer al niño a través de Facebook. Todo el país acompaña su dolor.