La muerte de una jirafa en el zoo reaviva la polémica: es el segundo caso en diez días
Otra vez el ecoparque porteño se sumerge en el centro de la polémica por la muerte de uno de los animales que estaban alojados allí, la segunda en diez días. Ayer, en forma sorpresiva, una de las tres jirafas falleció sin presentar síntomas en los días previos. Shaki, ejemplar que había nacido en el zoológico de Palermo en abril de 2000, sufrió una descompensación generalizada que se desató a las pocas horas de los primeros malestares.
El sábado 14 de julio, otro animal de los considerados exóticos falleció en el mismo predio. Se trata de Ruth, una rinoceronta blanca que padeció una infección de la que no pudo recuperarse. En este caso, el ejemplar había empezado a mostrar problemas de salud días antes de su muerte. A pesar de haber respondido bien a los primeros tratamientos, su estado de salud empeoró hasta llegar al fatal desenlace.
Organizaciones que defienden los derechos de los animales protestaron por la muerte de la jirafa y criticaron la gestión del Estado en el predio, cerrado desde agosto del año pasado para avanzar con el proyecto de reconversión anunciado en junio de 2016, a cargo del entonces ministro de Modernización, Innovación y Tecnología, Andy Freire. Dos años después, el ministerio que conducía Freire fue disuelto y la administración del espacio quedó en poder de la cartera de Ambiente y Espacio Público, que tiene ahora la responsabilidad del traslado de los animales y la reforma del predio.
"Durante la mañana [de ayer], el equipo de cuidadores del ecoparque percibió signos de cólicos en la jirafa, por lo que fue asistida inmediatamente por personal veterinario", explica el breve comunicado emitido por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. "A pesar del tratamiento instaurado con inmediatez, la evolución fue desfavorable y la jirafa falleció a causa de una descompensación generalizada", agrega.
Las causas del deceso no pudieron determinarse aún y deberán confirmarse mediante la necropsia y los estudios complementarios, que incluyen histopatología, cultivos y citología, como explicaron desde el área de Veterinaria.
Fuentes consultadas por LA NACION que tuvieron acceso a los animales del exzoológico porteño hasta hace pocos meses contaron que tanto Shaki como las otras dos jirafas (Buddy, el macho, y Ciro, la cría) se encontraban en perfecto estado de salud y que su muerte fue tan sorprendente como la de Ruth. Algunas voces que participan del proceso de reconversión sostienen que los repentinos fallecimientos se deben a la falta de experiencia de los cuidadores que reemplazaron a los más expertos cuando se reestructuró el ecoparque, aunque esta posibilidad fue refutada.
"Fue un cólico fatal, muy frecuente en los hervíboros. A los caballos les pasa todo el tiempo; en el caso de Shaki, no se pudo revertir", explicaron voceros oficiales. Agregaron que en el recinto de las jirafas se habían realizado obras para aumentar el nivel de bienestar físico de los animales. Los trabajos consistieron en la nivelación y cambio de sustratos, contrapiso y piso de goma exterior en una superficie de 80 metros cuadrados, además de la construcción de un quincho para sombra de 115 m2, adecuación de comederos y de la instalación eléctrica, desagües, estufas e iluminación. Ninguna de estas mejoras sirvió para evitar otra muerte.
Cuestionamientos
"La muerte de Ruth, la rinoceronta, una especie en extinción, pasó sin pena ni gloria y diez días después pasó esto con la jirafa. En el sector africano, donde estaba Shaki, hay cuidadores con no más de tres meses de experiencia. Negligencia total. ¿Hasta cuándo ocurrirá esto?", se preguntaron desde la ONG SinZoo, que rechaza el cautiverio de animales.
La muerte de Shaki deja solo a dos jirafas en el predio: Buddy, que nació en el zoológico de Chile en 2006, y Ciro, la cría que nació en 2015. El deceso se suma a otros casos emblemáticos, además del de la rinoceronta: Winner, el oso polar, falleció el 25 de diciembre de 2012 tras una noche con pirotecnia y sensación térmica de 40 grados; una cría de jirafa en octubre de 2015, un lobo marino en marzo de 2016 y once peces carpa en enero de 2018.
En las 18 hectáreas que tiene el predio se alojaban unos 1500 ejemplares de diferentes especies en junio de 2016, cuando se inició el proceso de transformación en ecoparque. Hasta el momento ya fueron derivados 432 animales y la población actual es de 865.
Individuos de distintas especies están en la lista de espera para ser derivados. La nómina incluía a Ruth, que esperaba pasar los últimos años de su vida en el santuario de vida silvestre SanWild, una reserva natural de 3000 hectáreas poblada por animales salvajes rescatados y totalmente rehabilitados en la provincia de Limpopo, en Sudáfrica. La rinoceronta no pudo llegar y se teme que otros ejemplares corran la misma suerte.
Por caso, Mara, la elefanta asiática del exzoológico, tiene 54 años y está siendo preparada para un viaje por tierra hasta el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB) situado en Chapada dos Guimarães, en el Mato Grosso, a 2700 kilómetros de Buenos Aires. El animal atraviesa la etapa de adaptación a la caja donde deberá ingresar y permanecer durante todo el trayecto, de varios días, hasta llegar a su destino final. Aún no hay fecha prevista para el inicio de la travesía, la misma que iba a realizar Pelusa, la elefanta del zoológico de La Plata que murió el 2 de junio pasado.
Los casos más polémicos
Diciembre 2012
El oso polar Winner fue hallado muerto en una jornada con una sensación térmica de 40°C
Octubre 2015
Una cría de jirafa murió a los pocos días de nacer
Marzo 2016
Falleció un lobo marino de dos pelos que había sido rescatado en Vicente López
Enero 2018
Once peces carpa fueron hallados sin vida Julio de 2018 La rinoceronta blanca Ruth falleció por una infección generalizada
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