Trabajar en el aula con cuestiones desafiantes para los estudiantes
Recuerdo una anécdota de una evaluación de Matemática que tomamos en escuelas primarias de distintas provincias del país. Ante cada problema, los chicos preguntaban: ¿es de más, menos, por o dividir? Si sabían "de qué era", entonces podían resolverlo. Pero lo que no podían hacer era lo más importante: entender la naturaleza misma de la situación a resolver.
La anécdota no sorprende tanto si nos asomamos a las aulas del nivel secundario y vemos el trabajo que hacen los chicos y las chicas en las clases de Matemática en buena parte de nuestras escuelas: largas listas de ejercicios que se resuelven aplicando ciertas fórmulas y procedimientos de manera mecánica, sin llegar a entender cuál es el sentido de lo que hacen.
Algunos ejercitan su lógica y obtienen buenas calificaciones. Otros muchos naufragan en el intento. Pero casi todos egresan de la escuela sin haber comprendido cómo la Matemática ayuda a entender el mundo y poder tomar mejores decisiones.
Los bajos resultados de la prueba Aprender en Matemática coinciden con el escenario que nos venían mostrando las investigaciones educativas y los exámenes internacionales, como Timss y PISA. Porcentajes muy altos de alumnos egresan de la escuela secundaria sin la preparación necesaria para resolver problemas de mediana complejidad.
Las investigaciones muestran que los bajos desempeños están asociados a una enseñanza con poco sentido para los alumnos, que no logra generar entusiasmo ni acompañarlos en el desarrollo de su pensamiento.
Estos resultados plantean un llamado de atención de cómo fortalecer lo que está pasando en las aulas, especialmente en las escuelas de contextos de mayor pobreza, y cómo acompañar el trabajo de los profesores en ejercicio con capacitaciones, recursos y mejores condiciones laborales. Y también nos hacen reflexionar sobre la necesidad de repensar la formación de los futuros maestros y profesores.
Pero también abren el debate acerca de qué tipo de matemática deberíamos enseñar en la escuela. Algunas iniciativas de larga data como la de la Olimpíada Matemática Argentina pueden darnos buenas pistas de cómo empezar a trabajar en el aula con problemas más desafiantes e interesantes para los chicos y las chicas. Como esos que van a encontrar en la vida, que no se resuelven aplicando ninguna fórmula dada.
La autora es profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet