Tormentas eléctricas, cada vez más fuertes
Estiman que el calentamiento global intensificará estos fenómenos atmosféricos
Como resultado del cambio climático es de esperar que tormentas eléctricas como la que el jueves último se desencadenó sobre Villa Gesell, y causó 4 muertos y 22 heridos (de los cuales tres siguen internados), sean cada vez más intensas, más... eléctricas. En otras palabras, que el número de descargas por tormenta sea cada vez mayor.
"Aunque no hemos observado hasta ahora un incremento de los días de tormenta eléctrica que se producen cada año, los modelos de cambio climático elaborados por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU (IPCC) advierten que habrá un aumento de la severidad de las tormentas", dijo a LA NACION Gabriela Nicora, geofísica del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef).
Nicora desarrolló el primer "mapa de rayos" de la Argentina, que permite establecer la magnitud de estos fenómenos climáticos en el país. Según ese estudio, unas 50 personas mueren cada año por la caída de un rayo; en la costa bonaerense, las tormentas eléctricas se hacen presentes unos 30 días al año.
"Las descargas [los rayos] son uno de los indicadores de severidad, por lo que es posible que aumente la densidad de rayos de las tormentas", explicó Nicora a LA NACION.
¿Cómo se producen estas peligrosas descargas? Los rayos son descargas eléctricas que ocurren en la atmósfera, provenientes en su mayoría de las nubes de tormenta que en su interior poseen regiones con cargas eléctricas de distintos signos. Al desarrollarse campos eléctricos a gran escala, tanto dentro de la nube como entre la nube y tierra, cuando estos campos alcanzan valores suficientemente altos, se producen las descargas.
En la actualidad, distintos estudios refuerzan la idea de que estas descargas eléctricas pueden ser utilizadas como indicadores de severidad de una tormenta. De ahí que si, como advirtió el IPCC, las precipitaciones aumentarán 15% para fines de este siglo y ese crecimiento irá acompañado de mayor intensidad, es de esperar que también se incrementen las tormentas eléctricas. O, como señala Nicora, su severidad.
Un informe del IPCC señala que si bien "los modelos experimentales no son capaces de mostrar directamente cambios en la ocurrencia de la caída de rayos como resultado del calentamiento global (...), cualquier incremento en la actividad convectiva [movimiento vertical del aire originado por el calentamiento de la superficie] debería conducir a un incremento de las tormentas eléctricas y la caída de rayos".
Investigaciones validadas por el IPCC han estimado que un aumento de un grado podría incrementar un 40% la ocurrencia de fenómenos eléctricos atmosféricos en latitudes medias del globo. En ese contexto, las perspectivas para la Argentina, país que cuenta con parte de su territorio en una de las regiones con mayor tasa de estos fenómenos climáticos, no son alentadoras.
Mapa de rayos
La Argentina se encuentra dentro de una de las regiones con mayor densidad de tormentas eléctricas del plantea. Más precisamente, el norte del país conforma, junto con Paraguay y el sur de Brasil, la cuarta región del mundo con mayor densidad de esas tormentas, cuyos rayos, a nivel global, afectan al año a 0,6 personas por cada millón de habitantes.
En la Argentina, eso se traduce en unas 50 muertes al año por las caídas de rayos. Esa estadística surge del primer mapa de rayos de la Argentina, un trabajo científico realizado por la geofísica Nicora en el Centro de Investigaciones en Láseres y Aplicaciones (Ceilap), dependiente del Conicet y del Ministerio de Defensa.
Ese estudio advierte que en la costa bonaerense se registran unos 30 días de tormentas eléctricas por año, pero aunque eso parezca mucho, la costa bonaerense no es la región más afectada del país. En la ciudad de Buenos Aires las tormentas eléctricas dicen presente unos 65 días al año, mientras que eso ocurre unos 70 días al año en Córdoba y en San Luis, y entre 90 y 110 días en el noroeste del país y en la Mesopotamia. En la Puna, la zona más afectada, el cielo se ilumina unos 130 días al año, principalmente de noviembre a enero.
El verano es la estación que concentra más días de tormenta eléctrica en la mayoría de las regiones mencionadas, con la excepción de la Mesopotamia, donde la actividad eléctrica, si bien es alta en verano, se mantiene durante todo el año.
Según Nicora, que lleva adelante sus investigaciones en el Citedef -organismo dependiente de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, del Ministerio de Defensa-, una regla que ayuda a anticiparse al advenimiento de una tormenta eléctrica es la apodada 30/30.
"Las tormentas eléctricas tienen un tiempo de desarrollo. Si contamos 30 segundos entre que vemos un rayo y que oímos el trueno, significa que la tormenta está a 10 kilómetros, tiempo que nos permite buscar un lugar protegido", explicó Nicora. ¿Qué se entiende por lugar protegido de los rayos? "Aquel que tenga techo de mampostería [no un tinglado, una carpa, un gazebo, ni tampoco una parada de colectivo] o un auto."
El otro 30 hace referencia a que, desde el último trueno, conviene esperar 30 minutos antes de salir de un lugar protegido, concluyó.
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