¿Tirita o parche curita? Con 72.000 términos consensuados, médicos de 15 países unifican el léxico de la salud
La asociación que las reúne presenta hoy en Madrid el Diccionario Panhispánico de Términos Médicos, que es de consulta online y sin costo; participó la Academia Nacional de Medicina
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¿Gripe o influenza? ¿Zafadura o luxación? ¿Escalofríos o chuchos? ¿Tirita o parche curita? Con un diccionario online, con acceso sin costo a más de 70.000 términos, 15 academias de medicina –entre las que está la argentina– aspiran a poder unificar en español la manera en la que a diario los profesionales de la salud se refieren a síntomas, enfermedades, dispositivos y estudios o pruebas diagnósticas.
Esta idea de la Asociación de Academias Nacionales de Medicina de Latinoamérica, España y Portugal (Alanam) de consensuar vocablos y definir qué hacer con el uso cada vez más común de palabras en inglés surgió hace alrededor de una década y hoy, en Madrid, su resultado tendrá la presentación formal: el Diccionario Panhispánico de Términos Médicos (DPTM). La gala (a las 14 hora argentina) será en el salón de actos de la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme) con los presidentes de las instituciones de la Alanam y se podrá seguir la transmisión acá.
“Aunque en el lenguaje científico es más lo que nos une a todos los hispanohablantes que lo que nos diferencia, sí existe mucha variedad en la denominación de instrumentos, síntomas y enfermedades comunes”, señaló Cristina González, coordinadora de la Unidad de Terminología Médica de la Ranme.
Entre los miles de vocablos con los que se cruzó su equipo en estos años de recopilación de palabras, hubo “muchas voces curiosas que podrían dar lugar a errores de interpretación en la consulta médica”, según explicó. Así, aparecen “zafadura”, de uso en países como Chile, Colombia, Ecuador y Perú, por lo que es una luxación (separación de los huesos que forman una articulación), o “pupilentes” en Paraguay, Colombia, Ecuador o México que son las lentes de contacto, entre tantos más.
La tarea incluyó también “llegar a acuerdos” sobre la adaptación a la práctica diaria de vocablos procedentes del inglés (anglicismos). “Intentamos que, en aquellos casos donde exista una alternativa en español, esta se recomiende por encima del término en inglés”, señaló la lexicógrafa. “Por ejemplo –citó–, es preferible hablar de «proteína de la espícula» y no de «proteína spike» [popularizado durante la pandemia de Covid-19] o se aconseja «gripe» o «gripa» en lugar de «influenza» o «flu»”.
Juan Antonio Mazzei, presidente de la Academia Nacional de Medicina (ANM), destacó en diálogo con LA NACIÓN antes de la ceremonia que el diccionario “ofrece, en primer lugar, acceso online a un lenguaje médico común” a todos los países que integran la Alanam. “Segundo –continuó–, lo hace con una definición acotada de cada término. Junto con los distintos nombres que reciben las enfermedades en la región, cada una con su código de clasificación internacional y el nombre en inglés. Todo estará disponible de manera gratuita, con consulta ágil, para que todos los médicos podamos reconocer y unificar el lenguaje profesional en América latina.”
Además de la ANM, integran la asociación las academias de Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, México, España y Portugal.
Germán Gamarra Hernández, presidente de la Alanam y expresidente de la Academia Nacional de Medicina de Colombia, repasó ante la consulta que la idea de contar con un diccionario panhispánico nació hace “un poco más de diez años” en una de las reuniones de la asociación. Fue, según explicó, “ante la necesidad de conocer el léxico utilizado en los diferentes países hispanoparlantes para denominar un mismo hecho [en medicina] como, por ejemplo, un síntoma, un signo clínico o una enfermedad”.
El presidente de la Ranme, Eduardo Díaz-Rubio, detalló a LA NACIÓN que el nuevo diccionario recoge variantes, sinónimos, términos incorrectos, integra los americanismos, evita los anglicismos e incluye los términos en inglés correspondientes.
“Es un total de 72.000 términos -precisó el catedrático de oncología-. Para llevar a cabo el DPTM, en Madrid se creó la Unidad de Términos Médicos, constituida por lexicógrafos, etimólogos, traductores, técnicos informáticos, codificadores y académicos. Una vez definidos los términos, se pasaban a cada una de las academias latinoamericanas para su revisión e incorporación de variantes. Un trabajo ímprobo con una colaboración exquisita.”
Tareas coordinadas
En 2011, la Ranme y la Alaname avanzaron en un protocolo de trabajo para ampliar el diccionario de la academia española con la diversidad terminológica de América latina. Ante la Unidad de Terminología Médica, cada una de las 15 academias participantes designó a un delegado. En el caso de la Argentina, esa tarea recayó en el académico Manuel Martí.
“Esperamos que, al ser el primer diccionario con un lenguaje médico común y consensuado, facilite la comunicación entre los pacientes y el personal sanitario de España y América, con más de 500 millones de hispanoparlantes en el mundo –continuó Gamarra Hernández–. Pretendemos que, mediante un análisis claro y riguroso, se puedan entender los usos comunes, las peculiaridades y las diferencias del lenguaje médico usual de tal forma que un médico de cualquier país que atienda a un paciente de otro país de habla hispana pueda comprender lo que él o ella expresa, a pesar de las diferencias lingüísticas existentes.”
Diáz-Rubio agregó que está dirigido a todos los profesionales relacionados con la medicina y los estudiantes, pero también a la sociedad en general. Confirmó que estará disponible para consultar desde hoy. “Podrán encontrar en los 72.000 términos el significado médico, su relación con una determinada enfermedad, las variantes por países, entre otra información para 500 millones de habitantes de habla hispana en 22 países”, dijo. “Es un diccionario universal, libre y digital”, resumió.
En los 30 segundos asignados por protocolo a cada presidente de las academias, Mazzei anticipó que expresará el compromiso de la ANM para “impulsar, promover y colaborar” con esta tarea terminológica. Lo harán, localmente, a través de las sociedades científicas de cada especialidad que integran el Consejo de Certificación de Profesionales Médicos de la academia. La institución argentina es la más antigua de la región (se creó por decreto en 1822) y, entre sus académicos honorarios y correspondientes extranjeros, hay referentes de las ciencias médicas de los países que participan del DPTM.
Según coincidieron desde las academias, el uso del diccionario se podrá complementar con otros recursos terminológicos disponibles e ir incorporando la traducción de los términos en otros idiomas además del inglés. En 2016, esta tarea fue respaldada por la XXV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en Cartagena de Indias, Colombia.
“El DPTM ofrece la garantía de estar hecho por profesionales de la medicina y la codificación, con un equipo multidisciplinario y la participación de países latinoamericanos -destacó Díaz-Rubio-. Es seguro y confiable, realizado por instituciones solventes, como son las academias nacionales de medicina. Nos comprometemos a hacer una actualización permanente, con una revisión continua de sus términos.”
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