Tiene 18 años, se peleó con su mamá y hace dos noches que no duerme en su casa: su familia está desesperada
La joven tiene un retraso madurativo; se fue de su casa sin celular, billetera ni llaves; además, está hace 48 horas sin tomar su medicación
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Dana se fue de su casa en Caballito hace 48 horas. Desde que salió de su hogar, María y Alberto Ricardo D’Elia, sus padres, comenzaron una intensa búsqueda para encontrar a la joven.
Dana, quien tiene un retraso madurativo, fue adoptada cuando tenía 11 años. Sus padres la criaron desde aquel momento. Además, la joven toma medicación psiquiátrica para evitar ataques impulsivos y fuertes enojos.
El origen de su discapacidad no se sabe, pero a lo largo de los años pudo superar muchas limitaciones y actualmente está por empezar tercer año en la secundaria. Sin embargo, y según explicó su madre, “hay ciertas cosas que Dana las toma de manera literal”.
“Entonces, si en medio de una discusión uno dice, ‘ahí tenés la puerta’, ella quizás puede interpretar que vos la estás echando”, ejemplificó María.
Y volvió al martes seis de febrero cuando discutieron con Dana y ella decidió marcharse. “Esa mañana discutimos por una faja negra. Yo me operé hace poco y tuve que usar esa prenda. Ella hace unos días quería usarla y yo le expliqué que se usaba por una cuestión de salud, no para jugar, pero ella insistía en que quería usarla”, recordó sobre la primera discusión que disparó el último enojo de su hija.
“Entonces ese día yo necesitaba la faja, pero no la encontraba. Yo sabía que ella la tenía entonces le pregunté dónde estaba y me decía que no sabía, hasta que la sacó de su placard”, contó. Y agregó: “Cuando le descubrimos alguna mentira se enoja mucho. Esta vez nos dijo que se iba al gimnasio, pero no fue así”.
La chica se quedó en el Parque Centenario y le mandó mensajes a su novio, quien vive a ocho cuadras de distancia, contándole que sus papás la habían echado.
“Nadie la echó, pero quizás en medio de la discusión uno dice cosas que ella puede llegar a tomar de manera literal”, dijo. Y destacó: “Igualmente hace un tiempo ya que la notamos exacerbada. Ella toma la medicación para controlar estos impulsos, pero la psiquiatra sospecha que puede no estar tomándolas porque sino no tendría estos arranques”.
Luego de mandarle esos mensajes a su novio, Dana se dirigió a su casa y se quedó el día entero junto a su suegra y él. “Su suegra me mandó un mensaje, me dijo que me quede tranquila, que mi hija estaba con ellos y que la estaban tranquilizando”.
Alrededor de las nueve de la noche, después de ir al gimnasio, su novio la dejó en su casa y sus padres le pidieron que tendiera la ropa que habían lavado.
Fue entonces cuando se desató otra pelea: sus padres pidiéndole que colabore un poco con la casa y ella a la defensiva porque no quería hacer la tarea que le habían indicado.
“Todos colaboramos en casa, limpiamos, lavamos la ropa, los platos. Somos una familia y hay reglas, todos debemos colaborar”, aseguró María.
Cuando el clima se calmó la mesa ya estaba puesta y la comida servida, pero Dana no quería comer y la discusión comenzó nuevamente: “Ahí fue cuando me enojé porque todos los días es una lucha el tema de la comida: sólo quiere comer cosas dulces y a la hora del almuerzo y la comida no quiere comer”, contó.
En ese momento Dana se levantó de la mesa y expresó que estaba muy enojada y que quería salir sola a tomar aire. Minutos después se marchó sin su celular, llaves ni billetera.
La joven se fue vestida con ropa de gimnasio: una calza ciclista color negra, una remera sin mangas y unas chanclas del mismo color. Sin mochila y sin abrigo.
Lo primero que pensó la familia fue que estaría en la casa del novio, pero no fue así. Tampoco fue a lo de una amiga. Todos los contactos posibles con los que Dana se podría haber comunicado fueron agotados. Sus allegados se juntaron para rastrillar el Parque Centenario y distintas plazas a las que ella solía ir junto a su pareja, pero no hubo caso, no estaba.
La denuncia en la policía ya está realizada y se encuentra tramitándose a través de la Fiscalía Criminal y Correccional, número 29. “Queremos que se viralice que la estamos buscando por todos lados. Cualquiera que la vea en la calle que avise, por favor. Queremos que nuestra hija vuelva a casa”, pidió María de manera desesperada.
Desde la Red Solidaria, indicaron que la imagen de Dana está siendo difundida por las redes y que acompañan a la familia en este doloroso momento. “Difundir su imagen es clave”, aseguraron. Y expresaron: “La comunidad se compromete mucho, multiplica su imagen en redes sociales y en distintos lugares de la ciudad”.
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