Tías PANK: sin hijos, gastan en sus sobrinos
Les dedican unos $ 400 por mes en salidas y regalos; también intervienen en la crianza
En 2013, el marketing inventó la sigla PANK para referirse a un nuevo segmento de consumidoras, surgido de los cambios sociales: las tías profesionales sin hijos (professional aunts no kids). Ahora, una encuesta esbozó el perfil de las PANK porteñas: el 72,8% son hermanas de algunos de los padres, pero también hay amigas de la pareja; el 20% participa activamente en la crianza de sus sobrinos, influyendo en las decisiones paternas, y esa dedicación conlleva un gasto promedio de 400 pesos por mes en salidas y regalos. Anualizada y convertida al dólar libre, esa cifra es de US$ 332, cerca de los US$ 385 que gastan las tías PANK en Estados Unidos.
Ésas son las principales conclusiones de una encuesta del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) entre 1200 mujeres de la Capital y el conurbano. El trabajo describió el perfil de este grupo: participación activa en la crianza de los sobrinos, relaciones marcadas por el amor y la protección, y la expectativa de tener hijos propios en el futuro, que no pierde el 73% de las consultadas.
Graciela Vargas, licenciada en comunicación, de 32 años, no pasa casi ni un día sin ver a sus sobrinos.
"Diez son «oficiales», hijos de mis hermanos, y otros son de mis amigos íntimos", cuenta a LA NACION por teléfono, mientras juega con la más chica, de un año y medio. Mañana tiene el cumpleaños de otra niña y el fin de semana lo pasará con otro sobrino. "La mayoría de mis hermanos y amigos están casados, entonces mis planes ahora son de familia", explica Vargas, que no tiene hijos propios pero reparte su tiempo con 14 sobrinos. "A veces, vamos a la plaza cerca de mi casa, organizamos salidas para ir al cine o simplemente tomamos mate", agrega.
Lo que hace unos años se conocía como "la tía solterona" hoy tiene otro nombre, modificado por las características de las mujeres en las ciudades grandes: el término PANK apareció en 2013 de la mano de Melanie Notkin, especialista de marketing canadiense. Modernas, creativas y afectuosas con sus sobrinos, las PANK no tienen nada que ver con aquella imagen de una mujer soltera, profesional y sin hijos, que vive sin compromisos emocionales y gasta todos sus ingresos para ella sola. Nada más lejos de ese estereotipo.
El estudio de la UADE, posiblemente el primero que se haya hecho sobre este cada vez más nítido grupo social, entrevistó a mujeres de 25 a 64 años y las segmentó en tres subgrupos: de 25 a 34, de 35 a 44 y de 45 a 64. "Nuestro objetivo fue dar una imagen psicológica de este grupo, más allá de su comportamiento como consumidores", explicó a LA NACION Ana Alejandra Fuentes Cuiñas, que, junto con Luisina Aldaz, Florencia Pitrelli y Nicolás Castelnuovo, realizó esta investigación durante cinco meses. "De esa manera, podemos afirmar que se trata de mujeres que colaboran y participan en la crianza de hijos ajenos, cumpliendo un rol importante en sus vidas", detalla el informe.
La participación activa en la vida de los sobrinos depende de la edad y de los vínculos con sus padres. "Yo aporto mucho en la crianza de mis dos sobrinos, pero no decido: para esto tienen a sus padres", dice Liliana Puratich, podóloga universitaria de 53 años. Recuerda que una vez su hermana, la madre de los chicos, no lograba encontrar a una buena profesora de matemática para uno de ellos. "Entonces, le di una mano y en menos de dos horas encontré a la especialista, gracias a contactos que tengo por mi trabajo."
Pero Puratich no sólo ayuda con las soluciones particulares a su hermana, sino que también los cría, junto con una tercera hermana. "Al más grande le gusta la batería, entonces lo llevamos al taller de música, mientras que el más chico va a fútbol los sábados." Ahora, en las vacaciones ambos fueron a quedarse en la casa de Puratich por las mañanas.
En el informe de la UADE, las respuestas varían según las edades de las PANK. Para las tías más jóvenes (25-35 años), la palabra clave de la relación con sus sobrinos es diversión (81,7%), mientras que las más grandes creen que sus sobrinos las consideran "compinches" (76,7%).
Las formas de relacionarse y los gastos también dependen de la edad. Las tías más jóvenes prefieren actividades al aire libre (78,7%), mientras que las de mayor edad "se inclinan por almuerzos y cenas" (77,9%). Vargas no se cansa buscando actividades cada vez más originales: dibujar mandalas o pasear en la bicicleta por el río. Puratich se relaciona de una manera diferente con cada sobrino, ya que a uno le gusta la música y al otro, el deporte.
El vínculo con los sobrinos puede ser un paso anterior a la maternidad o su sustituto. "Las más jóvenes del segmento demuestran que quieren ser madres en el mediano plazo [82%]", señala el informe, y agrega que "las tías de entre los 35 y 44 años de edad también expresan su deseo de ser madres [75%], aunque en un plazo menor que tiende a no exceder los dos años". En cambio, el tercer grupo, que representa a las tías de mayor edad, expresa que no quieren tener hijos (49%) o no saben si quieren tenerlo (45%). Entre las que quieren ser madres, "un 37,5% espera poder tener un hijo dentro de un año".
Vargas no descarta la posibilidad de ser madre, aunque no busca serlo por ahora. "Es un proyecto de dos y no quería tener hijos solo por tenerlos", explica. Puratich afirma que "ya pasó tiempo" y trata a ambos sobrinos "como si fueran hijos propios".
Igual a sus pares estadounidenses, las PANK del área metropolitana de Buenos Aires suelen gastar alrededor de 332 dólares por año en sus sobrinos (en Estados Unidos, son 385 dólares anuales), aunque las cifras varían según la edad. Las más jóvenes gastan menos de 400 pesos por mes (un 80,5% del subgrupo), mientras que las tías más grandes (de 45 a 64 años) gastan entre 400 y 600 pesos mensuales (un 73%). Un 43% de las tías del segundo grupo gasta entre 400 y 600 pesos mensuales, y un 35% entre 200 y 400.
En cuanto a los regalos de cumpleaños, casi la mitad (un 44%) gasta entre 200 y 400 pesos. Las mujeres mayores de 45 años pueden pagar más de 800 pesos, mientras que los subgrupos de 25 a 44 gastan entre 400 y 600 pesos. Sólo un 6% confesó no haber gastado nada. "Asimismo, el gasto no varía en función de la edad del sobrino", detalla el informe.
Josefina Kaplan, directora de Research de Mindshare Argentina, explica a LA NACION: "En el país, este segmento es muy chico y las marcas no apuntan a ellos". Para Kaplan, las PANK son "mujeres urbanas y socialmente el sector va creciendo", dado que es una tendencia mundial. Sin embargo, la especialista no ve a las PANK como un segmento prioritario para las marcas en este momento.
Los ejemplos de Vargas y Puratich confirman los números del informe de la UADE. "Mis gastos son relativamente pocos, porque no soy muy consumista", confiesa Vargas, que igual trae los regalitos de viajes para sus sobrinos y hace compras espontáneas. Puratich afirma que sus sobrinos no le piden nada, "aunque el más chico es un poco más pedigüeño". De todos modos, los regalos de cumpleaños u otros regalos importantes para los sobrinos son prioridad para las dos, aunque afirman que no es lo más esencial en su relación con ellos.