Tetazo: Hay que eliminar la doble vara
Las tres mujeres que en la playa de Necochea hicieron topless evidenciaron un reconocimiento de sus derechos que hace 10 años o más no hubiéramos imaginado. Ellas, frente al desmedido e injustificable operativo policial, plantearon con claridad la doble vara con que nuestra sociedad sanciona o celebra el desnudo de las mujeres. Mientras que en los medios y la sociedad se celebra el desnudo de las mujeres en situaciones eróticas y totalmente provocadoras e insinuantes, en la playa a estas tres mujeres en una actitud natural, ante la denuncia de un señor, se las obliga a cubrirse y se las reprime.
Hay diferentes conductas frente a estos dos modelos de desnudos femeninos: uno totalmente natural, no sexista ni comercial, se lo rechaza y se pretende castigar; mientras que al otro se lo promueve y se lo “usa” comercialmente y nadie se horroriza. Al contrario, se lo aplaude. Esta conducta de doble moral e hipócrita de nuestra sociedad debe ser denunciada y cambiada.
Para quienes trabajamos hace más de 30 años por los derechos de las mujeres y la igualdad de oportunidades, estas demostraciones y reacciones espontáneas de mujeres y hombres, así como de algunos funcionarios como el juez actuante, son una evidencia de que nuestra lucha tiene sentido. Porque generó una conciencia que indica que ahora las mujeres ya no vamos a ser más atropelladas y calladas porque conocemos nuestros derechos y ya no somos un pequeño grupo, sino una mayoría que hace demostraciones en lugares públicos de todo el país, incluso algunos muy tradicionales.
Por eso, la batalla se ganó: el Nunca Más y el Ni Una Menos para la violencia ya es un movimiento de toda la sociedad, y no sólo para las mujeres. El Nunca Más al atropello a los derechos de las mujeres también es un valor en nuestra sociedad. Las normas que quedaron atrasadas deben cambiarse y, no hay dudas, esto trasciende a todos los partidos políticos.
El rechazo mayoritario de la sociedad al uso comercial y sexista del desnudo femenino debe llegar a los medios de comunicación y a todos los ámbitos para acabarlo ya que es un atropello a los derechos de mujeres y hombres. Y los organismos de seguridad y la justicia deben aggiornarse y si no lo hacen deben ser sancionados.
Lo que ocurrió en Necochea no puede repetirse ni debe quedar impune. La doble vara de medición de estas conductas debe acabarse. La impunidad no puede consentirse y es responsabilidad de los responsables de los poderes ejecutivos impedirla. Toda la sociedad debe eliminar esta doble vara y exigir respuestas adecuadas.
*La autora es presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM)
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