“Testamento infantil”, la provocadora campaña que busca concientizar sobre la donación pediátrica de órganos
La Sociedad Argentina de Trasplantes, el Consejo Publicitario Argentino y Casa Justina promueven el diálogo sobre el delicado tema dentro de la comunidad médica, en las mesas familiares y también en las escuelas
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En la Argentina, la donación de órganos tuvo un punto de inflexión en 2018. Ese año se sancionó la llamada Ley Justina, que convirtió a todas las personas mayores de edad en donantes, salvo que expresen su voluntad contraria. Sin embargo, ese cambio no alcanzó a las donaciones pediátricas, que siguen requiriendo de la autorización de un adulto para concretarse. Actualmente, hay 204 menores esperando un trasplante y las autoridades señalan que el número de donantes pediátricos –en parte gracias al avance de los tratamientos para combatir cuadros graves– está disminuyendo.
Por el Día Nacional de la Donación de Órganos, que se celebró ayer, el Consejo Publicitario Argentino (CPA), Casa Justina y la Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT) lanzaron el “Testamento Infantil”. La iniciativa, que busca promover el diálogo sobre la donación de órganos en menores dentro de la comunidad médica, en las mesas familiares y también en las escuelas, ofrece un documento ficticio que busca resaltar la importancia de donar órganos para poder salvar la vida de otras personas.
“La campaña es muy provocativa. Nuestro foco está puesto en la comunidad médica y en despertar la inquietud en los chicos y los adultos. Por supuesto, no creemos que sea un tema que los adultos deban ir activamente a hablar con los menores si los chicos no manifestaron previamente interés en el tema. Gracias a cómo se empezó a generar conciencia en los últimos años, y sobre todo desde que se sancionó la Ley Justina, las negativas de los familiares frente a una donación pediátrica cayeron del 70% al 30%″, afirma Alejandra Villamil, presidenta de la SAT.
En lo que va de este año, según la entidad, se realizaron 1366 trasplantes de órganos y córneas. De ese modo, 700 pacientes en lista de espera recibieron un órgano –613 provenientes de donantes fallecidos y 87, de donantes vivos– y 666, córneas. Del ese total, solo 123 fueron pediátricos.
Ezequiel Lo Cane, padre de Justina Lo Cane, destaca la importancia de difundir información y generar debates sobre la donación de órganos. Él pone como ejemplo que, luego de dar charlas en escuelas, los chicos suelen mostrarse dispuestos a expresar su voluntad de ser donantes. “Justina tenía 12 años y sabía que si no llegaba su corazón se moría; aun así, me pidió que ayudáramos a todos los que podamos”, recordó. La niña murió el 22 de noviembre de 2017 a la espera de un trasplante cardíaco; su caso despertó interés nacional desde que ella misma hizo una campaña (MultiplicateX7) para incentivar a la gente a inscribirse como donante voluntario mientras estaba internada aguardando el órgano.
“Cuando hablo con niños y adolescentes en los colegios, después de explorar juntos sus curiosidades acerca de la donación y el trasplante de órganos, les pregunto quiénes donarían sus órganos y casi todos suelen levantar la mano expresando su voluntad de hacerlo”, señala Lo Cane.
“La idea del testamento infantil surgió pensando en qué harían los chicos si ellos pudieran decidir. Muchas veces se cree que los menores no se involucran en temas serios, pero ya se vio con la discusión sobre el aborto legal que cuando algo les interesa lo hacen saber. Por eso creamos una herramienta, una excusa para que los chicos puedan hablar con sus mayores de la donación pediátrica de órganos y hacerles más fácil una de las decisiones más difíciles que puedan vivir”, comentan Mariano Favetto y Joaquín Ares, de la agencia de publicidad Grey, que es parte de la campaña.
En los equipos médicos
Si bien cayó el número de respuestas negativas por parte de los adultos frente a la posibilidad de donar los órganos de un menor a su cargo, Villamil resalta que la cifra de donantes en los últimos años disminuyó. “Eso pasa en todo el mundo por los avances de la medicina intensiva. Es decir, a medida que mejora la calidad de la atención, va a bajar el número de menores que se puedan transformar en donantes. Por eso hay que concientizar y capacitar a los equipos médicos que atienden a los pacientes pediátricos, para que estén atentos para comentarles a los padres que se encuentren en esa difícil situación que pueden elegir donar los órganos. Durante la pandemia, por el estrés que sufrió el sistema de salud y la rotación de profesionales que hubo, la donación de órganos quedó en un segundo plano y bajaron notablemente la cantidad de trasplantes”, advierte la especialista.
La cifras confeccionadas por la SAT y el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) muestran que efectivamente el número de donantes pediátricos fue descendiendo. En todo 2013 hubo 80 donantes menores de 18 años; durante 2020 el número bajó a 43 y el año pasado fue de 61.
Sin embargo, Villamil aclara que muchos trasplantes pediátricos se pueden realizar con órganos de adultos. “El 50% de los pacientes pediátricos podría recibir un órgano de un adulto. Por ejemplo, en el caso del hígado se trasplanta solo una parte. Pero, en el caso de los trasplantes de intestino o corazón, cuando el receptor es de bajo peso por su edad o su patología necesita si o si de una donación pediátrica”, agrega la especialista.
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