Tesoros de la Argentina: descubren restos de una especie de dinosaurio carnívoro hasta ahora desconocida
Baurizada Diuqin lechiguanae, vivió hace unos 83 millones de años y está emparentada con las primeras aves; hallaron huesos en el centro-este de Neuquén
- 6 minutos de lectura'
SAN CARLOS DE BARILOCHE.– En el territorio de la actual provincia de Neuquén, un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) hallaron una nueva especie de dinosaurio carnívoro que vivió hace unos 83 millones de años y está emparentada con las primeras aves.
Bautizada Diuqin lechiguanae, la nueva especie pertenece al grupo de los terópodos, un clado de dinosaurios bípedos y, en su mayoría, carnívoros. A la vez, se la clasificó dentro del grupo de los unenlaginos, que son dinosaurios terópodos que se encuentran cercanamente emparentados con los ancestros de las aves.
Los investigadores destacan, por un lado, que el hallazgo de dinosaurios terópodos no es muy frecuente; en particular, este tipo de terópodos, de pequeño a mediano tamaño y con huesos más gráciles y frágiles, son aún más difíciles de descubrir. Por otro lado, los unenlaginos son muy escasos, por lo que cualquier nuevo resto fósil que pueda ser asignado a este grupo brinda una gran información tanto anatómica como de la diversidad que tenía este grupo de terópodos, advierten los expertos.
“Esto nos ayuda a entender un poco más acerca de las relaciones de parentesco entre los unenlaginos y otros grupos de terópodos. En el caso particular de Diuqin, es importante también su antigüedad, porque hasta ahora no se había encontrado otro unenlagino de esa edad. Los otros que se encontraron son más antiguos o más recientes en tiempo, por lo que esta nueva especie tendría una posición temporal intermedia. Esto último se condice con el tamaño y algunas características anatómicas que se pueden interpretar como transicionales entre las especies más antiguas y las más recientes. Este hallazgo, además, enriquece nuestro registro de dinosaurios en particular y nuestro patrimonio paleontológico en general”, afirmó Federico Gianechini, investigador del Conicet en el Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis.
Los restos fósiles fueron hallados por Juan Porfiri, paleontólogo de la Universidad Nacional del Comahue y líder del trabajo publicado en la revista BMC Ecology and Evolution, y el técnico Gastón Garat en una zona cercana al Lago Barreales, específicamente en un istmo que lo separa del Lago Mari Menuco, en el centro-este de la provincia de Neuquén.
Primero encontraron astillas de hueso de un dinosaurio saurópodo y, muy cerca, aparecieron los restos del Diuqin lechiguanae, todo en un área relativamente pequeña. Los expertos explicaron que el nombre Diuqin proviene de un término mapuzungun, la lengua del pueblo mapuche nativo de la región, y quiere decir “ave de presa” en castellano.
Agregaron que lechiguanae refiere a “Lechiguana”, que era el nombre de la bruja de la película Nazareno Cruz y el lobo, dirigida por Leonardo Favio. Así, el nombre completo de esta nueva especie significa “el ave de presa de Lechiguana”.
Análisis en etapas
Gianechini contó cómo fue el proceso de trabajo, que tuvo diversas etapas: primero, se realizó un estudio anatómico de detalle de los huesos. “Esto se hace a partir de observaciones generales y con lupa binocular para poder visualizar detalles específicos e ir tomando medidas”, sumó. También se escaneó el material con un escáner 3D y, a partir de las imágenes obtenidas, se pudieron realizar modelos tridimensionales de los huesos. La anatomía siempre se compara con la de otras especies, para ver similitudes y diferencias.
Esos estudios anatómicos sustentan todos los estudios posteriores, porque son los que permiten identificar a qué grupo de dinosaurio pertenecen los restos y poder ver qué características particulares posee la nueva especie que la diferencian de otras. Asimismo, se realizó lo que se llama un análisis filogenético, que permite ver las relaciones de parentesco con otras especies de terópodos.
El trabajo también incluyó un estudio acerca de unas marcas que se observaron en el húmero, uno de los huesos preservados: los investigadores detectaron unas depresiones circulares en uno de sus extremos. A veces sucede que en los huesos fósiles quedan preservadas marcas producidas por otros animales, como las generadas por los dientes durante las mordidas.
“A través de estudios sobre la forma, su ubicación y otras características, se puede inferir qué tipo de animal produjo la marca y esto nos da información de las interacciones que pudo haber habido entre depredadores y presas o con animales carroñeros, dándonos un panorama mayor de cómo fue el ecosistema de ese momento y las relaciones entre los diferentes animales que lo habitaron. En el caso particular de las marcas observadas en Diuqin, es probable que hayan sido generadas por mordidas de otro depredador e incluso por otro miembro de su misma especie, lo que indicaría un posible ejemplo de canibalismo”, señaló Gianechini.
Como se hallaron pocos huesos, es difícil reconstruir cómo era exactamente este dinosaurio carnívoro, o incluso averiguar los hábitos de vida y el modo de alimentación. “A pesar de esto, como se lo ha clasificado como un unenlagino, se puede decir que habría tenido una forma corporal y un modo de alimentarse similar a la de otros unenlaginos, es decir, que es muy probable que haya sido un carnívoro depredador y un ágil corredor. Por otro lado, en base al tamaño de los huesos, se puede decir que poseía un porte similar a otro unenlagino de Patagonia, llamado Unenlagia, con una longitud corporal estimada en más de 2 metros”, agregó el investigador.
Ágiles depredadores
Tal como explicaron los expertos, los unenlaginos son un grupo de dinosaurios terópodos depredadores que, hasta ahora, solamente se han encontrado en el hemisferio sur, principalmente en América del Sur. En la Argentina se hallaron la mayoría de las especies, siendo seis las reconocidas hasta la publicación de Diuqin lechiguanae, todas de Patagonia.
Pero de la Argentina no solamente proviene la mayor parte de los unenlaginos, sino también los que tienen un esqueleto casi completo y muy bien preservado. En general, a los unenlaginos se los ha relacionado cercanamente con otros dinosaurios terópodos tales como el velociraptor. Estos dinosaurios se caracterizan, entre otras cosas, por tener una garra en el segundo dedo del pie mucho más grande que las de los otros dedos, con forma de cuchilla curvada, como una hoz, que era usada por el animal durante la caza de sus presas.
“A diferencia del velociraptor, los unenlaginos tenían un cuerpo más grácil o esbelto, patas largas y una cabeza con un hocico alargado y dientes pequeños. Habrían sido ágiles corredores y podrían haber perseguido y cazado a sus presas a la manera de aves actuales como las chuñas, aunque también se ha postulado que pudieron haberse alimentado de peces, similares a aves acuáticas actuales, como por ejemplo las garzas o las cigüeñas”, señaló Gianechini.
Y finalizó: “Tanto el velociraptor como muchos otros terópodos muy cercanamente emparentados con los unenlaginos poseían plumas en la mayor parte del cuerpo, incluidos los brazos y las piernas. De esta manera, aunque aún no se han hallado unenlaginos con plumas, es muy probable que también las hayan tenido. También se han propuesto a los unenlaginos como muy cercanamente emparentados con las primeras aves. Así entonces, se destaca la importancia de este grupo también desde el punto de vista evolutivo, debido a su cercanía con el origen de las aves”.
Otras noticias de Dinosaurios
- 1
Ya tiene fecha el comienzo del juicio a la enfermera acusada de asesinar a seis bebés
- 2
Hay alerta amarilla por vientos fuertes para este viernes 20 de diciembre: las zonas afectadas
- 3
Vacaciones: seis recomendaciones para poder dormir de verdad en un avión
- 4
Un vuelo de Aerolíneas Argentinas tuvo problemas cuando pasaba por Río de Janeiro y debió regresar a Buenos Aires