“Tengo 81 años, no puedo esperar bajo el sol tanto tiempo y viajar como ganado”: el drama de los pasajeros de tren
La situación es caótica, tras dos días del paro ferroviario los usuarios denuncian una reducción en el servicio de trenes; agotamiento y estrés entre las personas que viajan todos los días en el transporte público
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En la estación de tren de Martínez se ve cómo la gente espera en el andén que va en dirección a Retiro. El ruido de la cintura de las personas chocando contra los molinetes suena a cada minuto. Del lado donde esperan los pasajeros la situación es agotadora: usuarios esperando hace más de 20 minutos, adultos mayores sentados hace varios minutos bajo el sol, trabajadores preocupados porque llegan tarde a sus lugares de trabajo, caras de cansancio y enojo.
Los problemas con la frecuencia de los servicios de Trenes Argentinos cambiaron los planes de muchos pasajeros que tenían que llegar a distintos destinos en determinados horarios. Lo ocurrido el miércoles con el sindicato de La Fraternidad, cuyos coletazos aún se perciben por la reducción del servicio de trenes, los vagones estallados de gente y las tardanzas encendieron el malestar entre las personas damnificadas.
María Marta Bonorina, de 78 años, estuvo 25 minutos esperando en la estación Retiro a que su tren llegue. La señora debía tomar el tren este viernes a la mañana para llegar a su turno médico en San Isidro.
“Me desperté temprano para poder llegar en horario, en la página decía que venía a un hora pero no llegó. Ya pasaron más de diez minutos del horario estipulado. Tengo turno con la neumología hace meses, no lo puedo perder”, contó, preocupada a LA NACION. Y agregó: “Una vieja como yo no puede estar esperando tanto tiempo. Ayer me pasó lo mismo esperando el tren en San Isidro para venir hasta Retiro, esperé 20 minutos bajo el sol”.
Paula Corsiglia de 51 años era una de las tantas personas que esperaba el mismo día en la estación de Martínez. Ella toma el tren todos los días hacia Retiro para ir a trabajar. “El tren estaba programado para llegar a las nueve y minutos y terminó llegando pasadas las nueve y media. Lo peor es que se va llenando de gente el andén y el tren viene explotado de personas entonces no podés subir”, explicó. Y con indignación, contó: “Uno llega totalmente contracturado a la oficina porque todos viajamos pegados uno al lado del otro. Hace dos días que la situación es insoportable, uno se merece viajar bien y llegar a horario al trabajo”.
A pocos metros, Andrea Firpo pide dar su testimonio. Ella tiene 30 años, es abogada y viaja todos las mañanas a Retiro para luego tomar el subte y un colectivo y finalmente llegar al estudio jurídico en donde trabaja. “Antes podía fijarme la planilla de horarios de los trenes y organizarme en base a eso. Hace dos días que no llegan a horario, van suspendiendo algunos servicios”, detalló la joven mientras consultaba en su celular tarifas en las famosas aplicaciones de vehículos.
“Ya pasó dos veces en estos días que el tren se para entre estación, se apagan las luces como si fuera un desperfecto, pero para mi es todo a propósito”, aseguró. Y profundizó: “El gremio no pudo llegar a un acuerdo y ahora nos están jodiendo a todos”.
Juan Oliva, de 20 años, viaja todos los días desde Haedo en la línea Roca para ir a trabajar. Según contó, en los últimos días hubo más demoras de lo habitual y destacó que los últimos meses el servicio empeoró. “Convengamos que nunca fue la gran cosa, pero cada vez está peor. Hay muchas demora, aseguran que es por problemas técnicos, por reparaciones, todas esas cosas, pero la verdad que con el tema del paro que hubo uno piensa que lo hacen a propósito, quieren que hagamos ruido”, consideró el chico que trabaja en construcciones.
Lucía Simic fue otra de las usuarias afectadas. La chica de 23 años esperaba el tren a las 9.30 en la estación Belgrano C para ir a trabajar, pero igual que otros usuarios terminó usando otro transporte para lograr llegar a destino.
“Llegué a la estación como lo hago habitualmente y el tren tenía que llegar en seis minutos según detallaba la aplicación, pero en la pantalla decía que eran 20. Entonces decidí preguntarles a los empleados de Trenes Argentinos y me dijeron que no sabían nada, que el tren supuestamente venía en 12 minutos, pero que me aconsejaban que no me quede y que tome otro medio de transporte”, contó. “Es obvio que el gremio está provocando las demoras a propósito. Lo último que falta es un problema con este tema”, dijo indignada.
LA NACION consultó al sindicato La Fraternidad, quien realizó el miércoles pasado un paro de 24 horas debido a “la falta de discusión paritaria y de propuesta salarial adecuada a la inflación galopante”, según indicaron desde el gremio, sobre la reducción de servicios y demoras que denunciaron los pasajeros de las distintas líneas.
“Las irregularidades vienen sucediendo desde hace varios meses por falta de material, como repuestos e insumos, agravado con que desde que hubo cambio de gobierno demoraron mucho en reemplazar los cuadros jerárquicos de dirección y los que es aún peor, los reemplazaron con gente sin ninguna experiencia técnico profesional”, explicaron y remarcaron que “hay menos servicios y en peores condiciones”.
Desde Trenes Argentinos aseguraron a este medio que el diagrama sigue siendo el mismo que siempre, pero tras la pregunta de si habían recibido quejas por parte de los usuarios no hubo respuesta hasta el cierre de esta nota.
Facundo es usuario de la línea San Martín, viaja todos los días para ir a un curso intensivo de verano en la facultad. “La verdad que el tema es preocupante. Nos subieron las tarifas del tren, buenísimo, lo entiendo, pero necesito que me garantices el servicio. Ayer y hoy tuve que pedirme un auto por las demoras”, contó, indignado. Y expresó: “Cuesta mucho todo y no sale barato viajar en auto, entonces es cansadora la situación. Yo tengo el privilegio de poder tomarme un auto, pero la mayoría no”.
“Viajamos como ganado. Los trenes se retrasan y vienen repletos de gente. Con el calor que está haciendo además es imposible viajar así, nos tratan como animales, todos amuchados”, describió Silvia, una señora de 81 años, quien estaba sentada esperando el tren en la estación de Martínez. Y lamentó: “Te dejan esperando más de lo que deberías por la demora de los trenes, se llena el andén de gente y cuando llega el tren no podés subir, no hay espacio físico para entrar. Entonces tenés que elegir entre llegar tarde o viajar como ganado”.
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