Carlos Irusta, presidente de la comuna de Nicolás Bruzone, una localidad de 700 habitantes en el sur de Córdoba, es el impulsor de este particular proyecto
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“Quiero refundar el pueblo. Tenemos 50 terrenos gratis para que vengan a vivir familias trabajadoras. Los estamos esperando”, afirma, con esperanza y fortaleza, Carlos Irusta, presidente de la comuna de Nicolás Bruzone, un pueblo de 700 habitantes en el sur de Córdoba.
“Queremos tener 1000 habitantes —aspira Irusta—. Sabemos que vendrá mucha gente, necesitamos emprendedores”. Mientras tanto, los teléfonos comunales están colapsados y reciben llamadas de aspirantes de todo el país. “Les cedemos la posesión del terreno, necesitamos gente que quiera progresar en nuestro pueblo”.
“Sabemos que no vamos a poder atender a todos”, afirma Irusta. Le falta equipo; se cuentan con una mano los colaboradores de esta gesta. “Tengo que cumplir muchos roles, pero estoy al frente de esta idea: quiero ver renacer a mi pueblo, lo vamos a lograr”. La ilusión es inmensa: quieren por lo menos sumar 300 nuevos habitantes. ¿Cómo planean hacerlo? En el pueblo hacía más de un siglo que había terrenos baldíos que el fundador donó. Nunca se habitaron. “Demarqué unas manzanas, tenemos que seguir poblando el pueblo”, dice.
Los terrenos son de 11 por 27, están dentro del ejido urbano. Y son gratis. Solo hay que reunir algunos requisitos. Venir al pueblo con un proyecto de vida y de trabajo, cambiar de domicilio y pagar por única vez una tasa municipal de $60.000 al contado o en 12 cuotas de $5000. “La idea es que construyan y que ayudan al pueblo a progresar. Serán bienvenidos”, dice Irusta.
Los perfiles que se necesitan son claros. “Quiero que dejemos de ir a buscar las cosas básicas a los pueblos vecinos”, aclara el presidente comunal. En Nicolás Bruzone necesitan panadería, carnicería, ferretería, peluquero y médicos. “Está todo por hacerse, y las personas que ocupen estos espacios tendrán mucho trabajo”, ilusiona.
Ya con la posesión, los nuevos habitantes podrán aspirar a conseguir la propiedad de sus terrenos bajo la forma legal que establece la “usucapión”, es decir convertirse en propietario real de un bien por la sola continuidad de habitarlo. Pagando sus impuestos y todos los deberes que imponga la ley, en la Argentina, a los diez años de reunir estos requisitos y con la cesión de posesión, una familia puede ser propietaria de un bien inmueble.
Nicolás Bruzone es un pueblo sobre la ruta provincial 27 al sur de la provincia de Córdoba, donde las sierras aún no se sugieren y el territorio es una prolongación del desierto pampeano. Es el corazón de la zona núcleo, la agricultura y en menor medida la ganadería dominan el horizonte, pero la localidad quedó algo postergada de la bonanza cerealera. Se fundó en 1907 por Nicolás Bruzone, hacendado que donó las tierras para que se creara un pueblo. Más de un siglo después, no se terminó de completar su proyecto. “Quise retomarlo, tenemos todavía tierras —afirma Irusta—. No podemos perder más tiempo”.
Está a 150 kilómetros de Río Cuarto, 310 de Córdoba Capital y a 620 de CABA. A 3 kilómetros de la ruta nacional 35, en sentido sur hacia La Pampa los vecinos de localidades de la zona reclaman la repavimentación por su mal estado. Los pueblos más cercanos son Mattaldi, a 17 kilómetros, y Del Campillo a 12. A estos dos últimos tienen que ir a hacer las compras, buscar medicamentos, cargar combustible, comprar pan, carne y todo lo que no se consigue en Bruzone, que es mucho. “Necesito que me ayudar a armar el pueblo”, señala Irusta.
Postulación y entrevistas
“Estoy al frente de esta iniciativa”, anticipa. En un pueblo donde está todo por hacerse, y las oportunidades están a la vuelta de cada esquina, el presidente de la comuna desde mayo de este año lanzó en redes sociales este proyecto de repoblación y ya ha conseguido que 42 familias estén en proceso de ser nuevos habitantes de Nicolás Bruzone. Hay más, pero aún les falta la decisión final. Para todos los postulantes, Irusta da algunas señales. “Entrevistamos a cada uno, y si nos parece que el proyecto que presentan es bueno para el pueblo, lo aceptamos”, reconoce. Él mismo hace las entrevistas, y firma el título de cesión de posesión. Los 50 terrenos disponibles todavía no tienen servicios. Pronto lo tendrán.
La educación no es problema para los futuros habitantes. Bruzone tiene escuela, en todos los niveles, jardín, primaria y un anexo de secundaria.
“Yo invito a trabajar, a este país lo sacamos entre todos trabajando”, afirma Irusta. Aquellos que son aceptados deben procurarse de sus servicios. La electricidad llega desde CELJO (Cooperativa Eléctrica de Jovita Limitada). Jovita es un pueblo que está a 40 kilómetros de distancia. Todavía no están puestos lo pilotes para tender la electricidad, pero el precio “no ronda más de $40.000″ por cada pilote para el usuario. El gas es por garrafa, y el servicio de internet (que proveé la misma cooperativa) tiene un costo de $2500 (la banda ancha de 12 GB).
Luego, cada nuevo habitante será inscripto en rentas de la comuna y de la provincia, y tributará como todos. Existe un problema con la red de agua potable, no está activa y todos los días los 700 vecinos del pueblo deben ir a buscarla potabilizada de 7 a 13 a un tanque comunal. Algunos tienen perforación y han tenido suerte de hallar agua dulce, pero si no es salobre, es la que se usa para el aseo personal. “Estamos solucionando este problema”, afirma Irusta.
Hay señal de telefonía celular, a la medida de los pueblos de tierra adentro. Básica y necesaria, pero suficiente para WhatsApp y redes sociales. No hay televisión por cable, solo satelital. “Hay muchas más comodidades que hace un siglo atrás”, cuenta Irusta.
El presidente comunal nació en Nicolás Bruzone, y es el segundo período que está al frente del destino del pueblo. En Córdoba, aquellas localidades que tienen menos de 1000 habitantes son consideradas comunas. Y las que tienen más, ya pasan a ser consideradas municipios, con otros beneficios. Ese es el objetivo de Irusta.
“Se han colapsado todos los teléfonos y la casilla de mail comunal”, reconoce. No dan abasto. Han recibido propuestas de todas partes del país para sumarse a la refundación. Muchos optan por la medida más directa: ir al pueblo. “Nos está visitando mucha gente”, afirma Irusta.
“Es una buena posibilidad para el pueblo, de a poco se va poblando”, cuenta Daniel Torres, dueño del único restaurante, el “Resto Bar D & J”. Está trabajando más, abre los fines de semana y todos los que vienen a entrevistarse con el presidente comunal o visitar al pueblo, pasan por el comedor. Es el punto de encuentro.
Dinámica pueblerina
Da algunas pistas de la dinámica de la vida pueblerina. “No hay robos, ni inseguridad, podemos dormir con la puerta abierta y las llaves dentro del auto”, sostiene Torres. Aclara aspectos sanitarios: una posta de salud está abierta todos los días, con una enfermera. Dos veces a la semana visita el pueblo un médico. “Nunca falta el asado, la reunión con amigos, vivimos muy tranquilos”, argumenta. La plaza es el centro neurálgico del pueblo.
“Me encanta que el pueblo tenga la posibilidad de crecer”, dice David Olivera, dueño de Cadena del Sur 103.1, la FM del pueblo. La radio es de vital importancia, todos los días delante al micrófono comunica las novedades, que son alentadoras en esta época, pero también si hace falta llevar a un vecino en ambulancia a una localidad, lo hace. El pueblo está pendiente al proyecto de repoblación.
¿Qué le puede decir a las personas que quieren venir y cambiar de vida? “Que se arriesguen. Esta convocatoria es para todos aquellos que están cansados de vivir en una ciudad y de pagar alquiler, es la posibilidad de tener tu propia casa”, aconseja Olivera. Vivió en la ciudad de Buenos Aires, y conoce la realidad urbana. “Acá conseguís lo que todos necesitan: pan”, completa.
“Queremos tener una familia en cada uno de los terrenos”, sueña Irusta. “Todos los pueblos que tienen terrenos baldíos deberían hacer lo mismo: permitir que sean habitados por familias que quieran trabajar”, define aún más su idea. Su vida ha cambiado y su teléfono no para de sonar. Son días agitados. “Agarramos el pueblo en el momento justo, se estaba por morir y vamos a hacerlo florecer de nuevo. Estamos esperando a los emprendedores”, se esperanza Irusta.
Para postularse
- Los contactos para postularse son escribiendo a comunanicolasbruzone@arnet.com.ar o si no por teléfono (3583) 496013.
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