Verano en la costa. De un inicio con rumores de cierre anticipado a un final que no terminó de contentar a todos, el balance
MAR DEL PLATA.- La foto de estos días, es cierto, engaña: con las playas tan concurridas cuando ya hay actividad escolar en marcha, parece el broche soñado de un verano fantástico. Pero también alivia, si se recuerda que hasta hace poco más de cuatro meses la actividad turística estaba en duda y cuando transcurría la primera quincena de enero corría el rumor de una abrupta interrupción, a la par de un preocupante incremento nacional de casos del nuevo coronavirus.
Floja, rara, sufrida y sobre todo muy esforzada en general, sorprendentemente buena para algunos destinos, pero también desastrosa para ciertos rubros en particular, la temporada en la costa atlántica se acerca a su final en un contexto sanitario más que óptimo, con una tendencia sostenida a la baja de contagios y sin registros de sobresaltos ni saturación del sistema hospitalario.
Las quejas son mayoría y se acentúan por estas horas de balance sobre el resultado de un comienzo de año que se esperaba difícil en este contexto inédito, empañado por la pandemia. Aunque también hay margen para reconocer que, entre políticas de prevención y mínimos cuidados, a pesar de las fiestas clandestinas y otras desprolijidades que abundaron, la maquinaria estival no se detuvo y durante este bimestre marchó al mejor ritmo que se pudo, tanto en lo económico como en lo sanitario.
En Mar del Plata, por ejemplo, la cantidad de nuevos positivos de Covid-19 está en caída desde hace cinco semanas. Se temió que la segunda quincena de enero, luego también el exitoso fin de semana largo de Carnaval, dejara secuelas. Al menos, en los partes diarios no asomaron datos que preocupen.
Barreras del miedo
El resultado se refleja en este cierre de mes con jornadas inmaculadas, a pleno sol y temperaturas, incluso por encima de los 30°C que disfrutan miles de turistas. Son los que apostaron por este momento, signado siempre por arenas más despejadas y menores costos en los servicios de alojamiento. Febrero, contra todos los pronósticos, no es estrella, pero aportó para mejorar los números.
“Este mes es súper positivo, porque se notó que la gente comenzó a tomar confianza nuevamente, se rompieron las barreras del miedo y se decidieron a venir”, dijo a LA NACIÓN el subsecretario de Desarrollo y Promoción Turística del Partido de la Costa, Cristian Escudero.
Se trata de uno de los distritos que registró mejores resultados. Está en el podio de los más demandados por quienes se registraron para solicitar el permiso oficial de tránsito para turistas desde días previos a las fiestas de fin de año. “Febrero fue muy bueno y se notó mucho en los fines de semana durante todo el mes, más allá de los feriados de Carnaval”, explicó el funcionario.
Las condiciones sanitarias de estos últimos tiempos impactaron sobre la dinámica de los viajeros. Ganaron los lugares con playas más abiertas y allí se anotaron: Villa Gesell, Pinamar y Monte Hermoso también entre los destinos más concurridos en todo el frente de playa bonaerense.
Mar del Plata sintió el impacto negativo del turismo en tiempos pandémicos y tuvo registros de ingresos que, en promedio, estuvieron 40% por debajo de los números del último verano. La hotelería lo sufrió como ningún otro sector. Los balnearios fueron salvados económicamente por la clientela marplatense.
Sin embargo, este mes mejoró algunos ánimos. “Fue algo mejor de lo que esperábamos, las expectativas previas eran muy bajas”, reconoció Eduardo Palena, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica. “EL balance del verano es pésimo para el sector”, acotó su colega Jesús Osorno.
Palena se refirió a una mayor demanda, aún más allá de esos muy exitosos feriados de Carnaval que se vivieron pasados por agua, con inundaciones en Pinamar y un literal diluvio en toda la zona durante tres de las cuatro jornadas. Pero aun así con muchísimo turismo, que reactivó desde la gastronomía hasta los shoppings, paseo obligado ante aquel mal tiempo.
El sol cambió los ánimos y despertó pedidos también para este cierre de mes, quizás con el último ingreso importante de visitantes antes de Semana Santa. Marzo siempre es un enigma, pero hay planes para ayudarlo. Desde el gobierno bonaerense anticiparon promociones para que la temporada siga viva hasta el 4 de abril, domingo de Pascuas. Ya asoman paquetes con bonificación de hasta 50% en alojamiento y descuentos en restaurantes y entretenimientos. Y un dato más: desde mañana, se acaban las restricciones horarias. Gran dato para las discotecas y sus clientes que, siempre en modo burbuja, podrán volver a funcionar hasta el amanecer.
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