Tedesco: el desafío educativo es ir de la retórica a la práctica
Urgencia: el académico y titular de un instituto de la Unesco dice que no hay que seguir discutiendo si debe invertirse más; hay que hacerlo sin demora.
El salto de la retórica a la práctica es el principal desafío que tiene que asumir la educación en América latina a pasos del nuevo siglo.
Así se desprende de la visión ofrecida por el especialista argentino Juan Carlos Tedesco, que dirige la sede regional del Instituto Internacional de Planificación de la Educación que la Unesco instaló en junio último en nuestro país.
El organismo dirigido por Tedesco, que este año será incorporado por la Academia Nacional de Educación, tiene la misión de desarrollar líneas de investigación y promover la formación de especialistas en el área del planeamiento y la gestión educativa.
En una entrevista con La Nación señaló que el reto que impone la barrera del año 2000 implica abandonar el discurso retórico del valor estratégico de la educación y tomar la decisión de ponerlo en práctica.
Diferencias abismales
Las distancias que separan a nuestra región de los países desarrollados son inmensas.
Mientras América latina invierte un promedio anual de 252 dólares por alumno en la escuela primaria, los países de Europa, Canadá y los Estados Unidos destinan 4170 dólares. La brecha es similar en el secundario: 394 contra 5170 dólares, según los últimos datos disponibles en la Unesco.
"Hay decisiones que hay que tomar. No se puede seguir discutiendo hoy si hay que invertir más o menos en educación. Si uno compara lo que se gasta por alumno en América latina y lo que se gasta en Europa o los Estados Unidos las diferencias son inmensas. No se puede seguir demorando estas decisiones", señaló el investigador argentino.
-¿Por dónde se empieza?
-Tenemos que acelerar el ritmo y no podemos perder el tiempo, que es la sensación que se tiene en los países de América latina.
¿Cómo percibe el desarrollo de las transformaciones educativas en América latina?
-Prácticamente nadie está conforme con la educación que tiene. Ni aun los países que tradicionalmente consideramos exitosos. En América latina hay avances: se superó la tendencia a la reducción del gasto en educación, se instalaron sistemas de medición de los procesos de enseñanza, comenzó un proceso de actualización de contenidos. Pero todavía las deudas son grandes.
-¿Cuáles son?
-El primer gran problema es el de la equidad. Hoy la educación es un gran factor de equidad social. Pero hay que ver las dos caras. No sólo cuánto contribuye la educación a la equidad, sino también cuánta equidad social es necesaria para que pueda haber educación. Sin un mínimo de equidad social no hay ninguna posibilidad de ser exitoso en educación.
Autonomía escolar
-¿Los maestros se sienten partícipes del procesos de transformación en América latina?
-En general los docentes sienten que no fueron tenidos en cuenta. Pero paradójicamente se trata de procesos que tienden a dar mayor protagonismo a los maestros, que colocan muchas más decisiones educativas en las instituciones. En los modelos de gestión tradicionales estaba excluida la participación de los docentes.
-¿El desarrollo de la autonomía en las escuelas es un pasaporte al éxito?
-Se deben desarrollar propuestas que apunten a la autonomía en la escuela y desarrollen el sentido de identidad del establecimiento, sin perder la cohesión del sistema. Tiene que haber una tensión entre mayor nivel de autonomía o mayor nivel de integración.
-¿Cuál es el límite?
-La autonomía no puede llegar al punto que pertenecer a una escuela impida moverse de esa escuela a otra. Tiene que haber un núcleo común indispensable para que garantice la cohesión del sistema.
-¿Cómo se logra el equilibrio?
-Más que equilibrio es necesario una tensión entre ambos elementos.Que siempre exista una pugna. La integración está del lado de los resultados y la autonomía del lado de los procesos. Se puede dar mucha libertad en cómo se hacen las cosas. Pero se debe ser muy exigente en que los resultados deben ser iguales para todos. Todo niño tiene que aprenden a leer y escribir muy bien.
-¿Con el desarrollo de la autonomía no se corre el riesgo de fomentar una competencia excesiva entre las escuelas?
-Ese es otro problema. En ese sentido hay que evitar la atomización. En algunos esquemas se piensa que el mecanismo de la competencia, así como es eficaz para mejorar la calidad en el ámbito económico, puede ser utilizado en el ámbito educativo. Pero la aplicación de la libertad de mercado en la educación es muy dudosa.
-¿Cuáles son los riesgos?
-En la competencia siempre hay ganadores y perdedores. Esto puede ser legítimo en la economía, en algún deporte, pero no en la educación. No puede haber perdedores. No se puede admitir que alguien fracase.
-¿Hay algún país que pueda exhibir logros con la estimulación de la competencia escolar?
-Los países nórdicos, Francia,Holanda,Japón, Alemania son exitosos y ninguno de ellos tiene estos mecanismos de competencia entre escuelas, especialmente en la escuela básica universal y obligatoria. No hay ningún país donde el mecanismo de mercado aplicado a la educación esté funcionando y además se lo pueda mostrar como exitoso. El caso inglés, donde en algún momento se intentó por medio del financiamiento de la demanda, al estilo voucher (por el cual el Estado otorga un subsidio a las familias), no dio resultado. Los ingleses están de vuelta de toda esa modalidad de administración y de gestión y están entrando en lo que finalmente el sentido común indica: lo más exitoso siempre son las modalidades mixtas.
Evaluación
Los programas de medición de la enseñanza no mejoran los resultados. No son un fin en sí mismo", dijo Juan Carlos Tedesco al desestimar cualquier atributo mágico a los operativos masivos de evaluación.
"La medición permite confirmar si hay bajos resultados en determinado nivel de enseñanza y saber dónde uno tiene que intervenir, además de identificar dónde las cosas están saliendo bien. Pero después de evaluar uno tiene que cambiar lo que está mal. El sistema, por sí mismo, no mejora la enseñanza", agregó.
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