Susanne Lockhart, la científica que se animó a llegar al fondo del Océano Antártico
Océano Antártico, a bordo del Arctic Sunrise.- La científica de Greenpeace Susannne Lockhart tiene una valentía tremenda, que le permite bajar en un minisubmarino para dos personas al lecho del Océano Antártico, con aguas con temperatura bajo cero, a 400 metros de profundidad. Sus ojos celestes vieron lo que muy pocos seres humanos observaron en forma directa.
Se muestra un poco decepcionada porque por las malas condiciones climáticas sólo pudo bajar en el borde del Mar de Weddell y no en el centro, como tenían previsto, pero afirma que descender aquí, en el estrecho de Gerlache, es "muy importante", porque es donde en los últimos años se han concentrado los barcos que depredan el krill, el crustáceo que es el primer eslabón de la cadena alimenticia del Océano Antártico y el sustento de las enormes ballenas que habitan la zona.
Madre de cuatro hijos, el menor de ellos de cuatro años, esta doctora australiana le explica a LA NACION que dentro del submarino “hace mucho frío” y que su vida está en manos del piloto y de las personas que suben y bajan el submarino desde el rompehielos Arctic Sunrise. Además, confiesa que lleva fotos de sus hijos en el celular cuando está bajo el agua y que espera que los dos más chicos (de siete y cuatro años) no hayan visto las noticias sobre el ARA San Juan.
¿Qué viste en el fondo del Océano Antártico?
Vi un lugar lleno de vida, 100% cubierto de una gran diversidad. Fue realmente interesante hablar con gente que trabaja en lo mismo en áreas más tropicales ya que no podían creer los animales que hay.
¿Qué clase de animales?
Corales, estrellas de mar, lirios de mar, esponjas de diferentes colores, naranja, rosa, muy lindas. Es mucho más colorido en el fondo del mar que en la superficie de la Antártida. Hay mucho color, no es todo blanco y gris.
¿En el submarino viste pingüinos o ballenas?
No, pero me encantaría.
¿Cómo es estar en el submarino? ¿Es claustrofóbico?
No para mí, siempre amé irme abajo del agua. De joven estaba bastante obsesionada con eso. Cuando tenía tres años me sumergía y subía en la pileta.
¿Cómo se dividen las tareas?
En el submarino va un piloto y un científico. El piloto maneja la nave y yo la cámara. El piloto es el que recoge las muestras con un brazo robótico cuando yo se lo pido.
Hay días en que no pueden sumergirse, ¿qué ocurre?
Las condiciones climáticas tienen que ser perfectas. Tenemos una grúa, que no tiene mucha capacidad . No puede haber olas ni viento para que el barco no se balancee y nada golpee contra el submarino. No debe haber hielo, tampoco. Dentro del submarino hace mucho frío y afuera la temperatura del agua es de un grado bajo cero. Me tengo que poner un traje especial, similar al que se pusieron ustedes para ir a la costa de la Antártida.
¿A qué profundidad llegan?
Bajamos en varios pasos, de 120 a 410 metros, que fue lo más bajo que fuimos hoy. Podés bajar más, pero hoy lo paramos ahí.
¿Leíste en las noticias sobre el submarino argentino desparecido?
Sí. Fue horrible, muy triste, espero que mis hijos no hayan mirado las noticias. No tengo idea de lo que pudo haber pasado, me encantaría saber más.
¿Extrañás a los chicos?
Sí, es duro.
¿Tenés pegadas fotos de tus hijos en el submarino?
Jaja, no, pero debería. Pero llevo mi celular, así que puedo ver sus fotos cuando quiera. No puedo mandar mensajes, pero puedo ver fotos.
¿Alguna vez tuviste miedo por alguna situación en el submarino?
Pienso que los chicos que suben y bajan el submarino desde el barco hacen un gran trabajo, mi seguridad está en sus manos. Tenemos tres chicos de la compañía de submarinos acá y ellos ayudan a mantener el equipo y nos dicen cuándo se puede bajar y cuándo no. Además, mi vida está en manos del piloto que está al lado mío.
¿Aquí hay dos submarinos, no?
Sí, uno es para dos personas y el otro es de rescate, en caso de que pase algo, y es solo para una persona. No estuve en ese. No estoy entrenada para manejar submarinos, así que les dejo ese trabajo a ellos.
¿Dónde estudiaste para hacer esto?
Bueno, obtuve mi PhD en la Universidad de California. Y antes estudié en la Universidad de Tasmania, ahí tienen un curso en Biología Antártica y ya estaba bastante obsesionada y por eso fui ahí.
¿Cómo entraste a Greenpeace?
La gente de Greenpeace se acercó a mí porque estaba interesada en que trabajara en su campaña antártica. Ellos conocían mis estudios sobre ecosistemas marinos y me invitaron a hacer mi trabajo con ellos. Así que aproveché la chance y me uní.
¿Por qué es necesario tener un santuario en el Mar de Weddell?
El mar de Weddell es realmente importante, tiene mucha fauna, mucha diversidad. Ahí viven pingüinos, ballenas de muchas especies y hay mucha fauna y flora en el lecho. El agua aquí es fría y no debe calentarse.
¿Es un ecosistema frágil?
Sí, es muy importante porque todos los océanos están conectados. Entonces si protegemos este y evitamos que el agua se caliente, ayudamos a todos los demás océanos.