Surge un nuevo barrio alrededor del demolido albergue Warnes
Ya construyen allí un shopping, parques y torres; anuncian un plan integral
El barrio de La Paternal renace de sus escombros. De la oscuridad y del abandono. Entre fines de este año y principios del próximo, en los alrededores del terreno del ex albergue Warnes se estrenarán decenas de hectáreas de parques públicos, cines, comercios, viviendas, un centro cultural y veredas remozadas e iluminadas.
Los obreros ya trabajan a ritmo sostenido en las 19 manzanas del predio del ex albergue en un proyecto urbanístico de cerca de 200 millones de dólares de inversión privada.
Y, motorizado por ese emprendimiento, el gobierno porteño anuncia un plan de fomento de la zona que incluye la posibilidad de abrir al público parte de las 57 hectáreas de la Facultad de Agronomía para crear un paseo análogo al Jardín Botánico.
Durante años, esa zona del barrio de La Paternal estuvo postergada, con el terreno del Warnes primero usurpado y luego lleno de escombros y ratas, rodeada de espacios cerrados, como el de la facultad, varios hospitales y fábricas.
El puntapié inicial para dar vida a un nuevo barrio fue dado en noviembre de 1997 por el Concejo Deliberante, que destrabó un antiguo conflicto legal (ver recuadro) y rezonificó los usos urbanos en el predio limitado por Chorroarín, Warnes, Avenida de los Constituyentes y las vías del ferrocarril Urquiza.
Con esa norma, se permitió a la empresa francesa Carrefour concretar su plan: un hipermercado, un shopping con 15 cines, un enorme estacionamiento y 11 torres de departamentos (unas 1000 viviendas).
Como parte del trato, la empresa francesa se compromete a dejar para uso libre de los vecinos una parcela de parque público de casi siete hectáreas, una escuela pública de más de 2000 metros cuadrados y un túnel vehicular bajo las vías del tren que facilitará la conexión entre Belgrano y Flores.
Fuentes consultadas en Carrefour aseguraron que el plazo de concreción de la primera parte de la obra vence en el último trimestre de este año. Ya se terminaron el retiro de los escombros de los edificios del ex albergue -derrumbados en 1991- y la nivelación del terreno.
"La ciudad va a ganar un nuevo polo de atracción. Lo que se está haciendo en esa zona es sensacional, fruto de una gestión conjunta del gobierno y las empresas privadas, similar a lo que ocurre con la zona del Abasto", subrayó el secretario de Planeamiento Urbano y Medio Ambiente porteño, Enrique García Espil.
Abrir la facultad
La gestión de las autoridades comenzó con el pacto legislativo que permitió la obra, siguió con la coordinación del proyecto y ahora continúa con una serie de iniciativas, que se conocen como la parte dos de la revitalización del barrio.
Frente al terreno de Carrefour se levantan los muros de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA. Según explicó el subsecretario de Planeamiento Urbano, Roberto Converti, están avanzadas las conversaciones con el rectorado de la casa de estudios para integrar ese predio de 57 hectáreas al uso público. Se busca habilitar como parque -en determinadas horas del día- una parte del terreno.
La avenida Warnes -el frente más extenso del trapecio que forma el ex albergue- será remodelada. Está prevista una partida presupuestaria para colocar veredas, luces, árboles y mobiliario nuevos así como asfaltar la calzada.
El asilo municipal de ancianos San Martín queda enfrente del futuro supermercado. El lugar se usa hoy sólo en parte. En su interior, tras unos muros semiderruidos, esconde un parque de cuatro hectáreas.
"El proyecto oficial contempla demoler los muros de pabellones deshabitados para que el espacio verde pueda ser revitalizado y abierto para los vecinos. El sector que actualmente se utiliza seguirá funcionando, y en una parte del lugar se levantará un centro cultural, donde se podrán organizar obras de teatro, recitales y exposiciones", informó Converti.
También se cambiarán los muros del hospital Alvear por un enrejado, de modo que puedan verse desde la calle los jardines del edificio.
Dentro del proyecto Warnes, lo que más discusión causa es el túnel subterráneo para cruzar las vías del ferrocarril Urquiza. El inicio de la obra -que tiene plazo de finalización para el 2000- se retrasa debido a las protestas de vecinos, que consideran que la iniciativa perjudicará la zona.
García Espil pronosticó que el conflicto se resolverá pronto y en breve comenzará la construcción. "Ese paso acelerará la comunicación entre Belgrano y Flores, dos de los centros más importantes de la ciudad", señaló el funcionario.
Casi medio siglo de litigio y abandono
Más de 40 años de litigio judicial condenaron a una buena parte del barrio de La Paternal al abandono, a décadas de usurpación e inseguridad primero y a años de escombros, suciedad y ratas después.
Las 19 hectáreas limitadas por Warnes, Constituyentes, Chorroarín y las vías del ferrocarril Urquiza pertenecían a la familia Echevarne hasta 1950, cuando Juan Domingo Perón las expropió para construir el Hospital Nacional de Pediatría. Cuando cayó ese gobierno, en 1955, la obra quedó paralizada. Las torres inconclusas del centro de salud fueron invadidas con el paso de los años. Nació así el albergue Warnes.
Los antiguos dueños del predio fueron a la Justicia y demandaron al Estado nacional y a la Municipalidad de Buenos Aires. Reclamaban que el terreno les fuera devuelto, ya que el fin de la expropiación no se había cumplido.
Tras incontables instancias judiciales, la Corte Suprema resolvió, en 1975, en favor de los Echevarne. El terreno debía ser restituido a sus dueños; una medida imposible de cumplir: en el lugar ya vivían más de 1000 personas. Con el correr de los años, todo el barrio decaía. El albergue era señalado por policías y vecinos como un aguantadero de delincuentes. Una parada peligrosa.
Media tonelada de dinamita terminó con los edificios del hospital trunco. Corría 1991 y por orden del intendente Carlos Grosso se demolió el albergue. Las más de 2000 personas que allí vivían fueron trasladadas al barrio Ramón Carrillo, en Villa Soldati.
Pero el litigio siguió. La familia Echevarne se negó a recibir el terreno lleno de escombros y reclamó, además, una indemnización por lucro cesante: 25 millones de dólares que debía pagar la Municipalidad.
En 1995, Carrefour ofreció pagar la deuda del Gobierno de la Ciudad con la familia Echevarne a cambio de la titularidad del terreno y el compromiso de construir un parque, una escuela y una obra vial, dentro de un proyecto comercial. El trato incluía que el gobierno porteño desistiera de reclamar el monto adelantado por la expropiación.
Para que eso fuera posible, era necesario rezonificar el predio, lo que requirió de un amplio debate en el Concejo Deliberante, que en definitiva aprobó el plan, en noviembre de 1997. Ahora se verán los resultados.
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