Superdonantes: un factor clave para que no disminuya el stock de plasma
LA PLATA.- Mientras el Gobierno aspira a robustecer el banco de plasma, que hoy se usa como tratamiento para pacientes con Covid-19 a fin de evitar que lleguen a necesitar un respirador, ellos no esperaron: son los superdonantes, un factor que se volvió clave para abastecer ese stock que actualmente alcanza para transfundir a 9000 pacientes en el país.
Ellos no dudaron. No cuestionaron a la ciencia. No escatimaron tiempo. Resolvieron ayudar y pusieron su cuerpo al servicio de otros. Y tienen una particularidad: son donantes récord. Dieron seis y hasta siete veces plasma de convalecientes luego de haberse recuperado del coronavirus.
Alejandro Echeverry, médico ginecólogo y obstetra en el Sanatorio Argentino de esta capital, es uno de ellos. Contrajo la enfermedad el 17 de agosto. “La pasé muy mal. Tuve muchos síntomas. Trece días con fiebre. Por suerte no estuve internado”, cuenta a LA NACION.
“Desde que me dieron el alta, a los 15 días del inicio de los síntomas, esperé un mes. Luego me hice un estudio. Tuve muchos anticuerpos, muy altos. Fui a donar seis veces. Hasta diciembre”, relata con total naturalidad.
“Se hace con una máquina distinta a la de sangre, una que extrae el plasma y le reinyectan otros componentes. Dura entre 45 minutos y una hora todo el proceso. No te cansa. No te genera fatiga. Nada, tu vida sigue con total normalidad después. Yo donaba y me iba a trabajar”.
“Los que hacemos muchos anticuerpos estamos en condiciones de dar -dice-. No dudé en poder ayudar a otros infectados para que lo pasen mejor. Ayudar a quien lo necesite, no me interesa a quién. Es rápido, no cuesta nada. Creo que lo debería hacer todo el mundo. Son cosas de deben hacer”, expresa sin titubear.
Ahora está esperando a que lo llamen para ir a vacunarse. Para Alejandro está bien que se invite a donar plasma a las personas una vez que han sido vacunadas con la dos dosis de la Sputnik V, tal como lo evalúa el Gobierno de Axel Kicillof. “Es una obligación moral que uno tiene: devolver lo que uno le dieron”, sostiene este médico.
Más de una vez
Igor Isasi también es un superdonante. Empleado de YPF, relata que su experiencia con la enfermedad durante agosto pasado fue dura. Logró evitar la internación, pero fue un aislamiento estricto en soledad en su domicilio. Llegó a estar muy débil. Bajó mucho de peso. Cuando se recuperó no dudó en acercarse a donar plasma. Ya fue seis veces desde que se recuperó.
Bernardo Bondaruk tiene 65 años. Estaba desocupado cuando se contagió Covid-19. Estuvo un mes con el virus en el cuerpo entre septiembre y octubre. Tres días internado. Cuando se recuperó y obtuvo finalmente el alta el 27 de octubre fue al Instituto de Hemoterapia. Le hicieron un test de anticuerpos y le dio que los tenía muy altos.
Desde entonces donó plasma siete veces. En ese lapso siguió desocupado así que comenzó los trámites para intentar jubilarse como trabajador gastronómico. Los papeles de la jubilación aún no le dieron resultados. Pero mientras tanto le hizo sentir bien ayudar a otros.
No lo dudó: “Soy militante de los derechos humanos. Me tiene sin cuidado dar sin esperar a recibir algo”.
No son los únicos superdonantes: el 14% de las 3406 personas que donaron plasma en la provincia lo hizo más de una vez. Pero ellos, los que donaron seis o siete veces, baten todos los récords entre quienes se movilizan solo por solidaridad con enfermos desconocidos.
Ante cada nueva donación, al candidato a donar se le hace un estudio para saber si los títulos de anticuerpos se mantienen altos. “Es común que los títulos desciendan con el transcurso del tiempo. Eso no tiene que ver con donar plasma, que no trae ningún problema para el donante” explica Francisco Leone, presidente del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (Cucaiba), y a cargo del Instituto de Hemoterapia Nora Etchenique.
Y agrega: “Por eso, si bien es muy importante que los donantes que ya lo hicieron lo hagan nuevamente, también lo es ampliar la red de donación sustentada en la solidaridad de quienes ya superaron la enfermedad”.
El titular del Cucaiba dice que si bien a la fecha no hay faltante de plasma, es necesario sostener las donaciones para evitar demoras en su aplicación: “El plasma tiene una duración de doce meses por lo que aún cuando los números de contagios descendieran ninguna unidad de plasma será descartada. Y permitirá tener stock ante futuras olas de contagios”.
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