Subrogación de vientres en la Argentina, ¿una práctica solidaria o una forma de gestación que vulnera derechos?
Como es legal y económicamente accesible, en Ucrania existe mucha demanda; pero por la guerra, ahora en la Argentina aumentaron las consultas para acceder a este método
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“Me quitaron el útero por una operación de cáncer y no puedo tener hijos. Mi novio y yo estamos buscando a alguien que nos ayude a ser padres”, publicó R.M. Este es uno de los cientos de mensajes que inundan los grupos de Facebook de “Gestación Subrogada en la Argentina” una práctica que en el país no se encuentra regulada ni prohibida y que, ante este vacío legal, se recurre a la denominada “gestación solidaria” entre familiares o amigos para así no vulnerar ninguna ley.
Otro recurso muy utilizado por los denominados “padres intencionales” es el de recurrir a mujeres gestantes que residen en países donde esta práctica está legalizada. Ucrania, donde la gestación subrogada para extranjeros entró en vigor bajo el Código de Familia de 2004, es uno de los países con más demanda por su accesibilidad económica. Los demandantes pagan entre 55.000 y 60.000 dólares, es decir la mitad del costo que hay que desembolsar en otros países con una ley similar, como Estados Unidos.
Pero la guerra ha tornado a Ucrania un lugar complicado para este cometido. De hecho, semanas atrás, la Cancillería argentina tuvo que poner en marcha un proceso para intentar evacuar de Kiev a un grupo de familias argentinas que habían viajado allá para buscar a los bebés que habían tenido a través de la técnica de vientre subrogado.
Por esta razón, desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania las consultas acerca de la posibilidad de realizar la gestación subrogada en la Argentina aumentaron notablemente, según advirtió Florencia Daud, abogada especialista en Reproducción Médicamente Asistida y fundadora de la Fundación BioJur para la difusión de los derechos reproductivos y los nuevos modelos de familia.
Gestación subrogada en la Argentina
Natalia, de 31 años y residente en Córdoba, se encuentra en el mismo grupo de la red social, pero se anuncia como posible madre gestante. “Tengo ya cuatro hijos y estoy buscando una familia para ser gestante, porque me gustaría ayudar, ya que me parece muy hermoso ser madre. Mi intención es hacer feliz a una madre o a un padre que no pueden tener un bebé propio”, dijo a LA NACION, y aseguró que está en contacto con una clínica de Buenos Aires para poder iniciar el proceso.
“Técnica reproductiva que utiliza un vientre de alquiler”. Así define la Real Academia Española la gestación subrogada. Un término que considera adecuado la integrante de la Red de Politólogas, perteneciente al Observatorio de Género en la Justicia de la ciudad de Buenos Aires, Patricia Gómez: “Este concepto desvincula la gestación del deseo maternal, respetando el cambio de 2015 en el Código Civil y Penal de la Nación, donde se desvincula la biologización de la maternidad y paternidad y se opta por el concepto de voluntad procreacional, que también permite a parejas del mismo sexo ser madres de una criatura cuando una sola la gesta”.
En la gestación subrogada y “solidaria” se puede emplear el método de la fecundación in vitro, con los óvulos y el esperma de los “padres intencionales”, que previamente los hayan congelado en la Argentina o que viajen hasta el país donde se encuentre la mujer gestante si fuera el caso; o de óvulos y esperma provenientes del banco de donación; o a través de la donación de esperma con inseminación artificial, ya sea del padre intencional o del banco de donación; y con fecundación in vitro de esperma donado y los óvulos de la “madre intencional”.
Se trata, sin embargo, de una práctica no regulada en la Argentina, por lo que Daud insiste en que debe hablarse de gestación solidaria. “Tanto para parejas del mismo sexo, hombres o mujeres solos, o parejas heterosexuales donde la mujer no puede llevar a cabo un embarazo sano; la gestante tiene que ser una mujer de su círculo íntimo. No hace falta que sea una familiar; hay casos en los que la gestante fue la empleada doméstica. Pero no puede haber un vínculo comercial ni una agencia intermediaria, porque es ilegal”, apuntó.
“En el proyecto de modificación del Código Civil estuvo previsto en el art. 562 introducir la maternidad subrogada [”los nacidos por técnicas de reproducción asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o mujer que prestó su consentimiento”], pero finalmente se dejó de lado alegando cuestiones éticas y jurídicas que merecían un debate mucho más profundo. Pero que sea una práctica no regulada no significa que no exista. En la Argentina hay muchos casos de nacimientos por subrogación. Ante la falta de regulación, es necesario recurrir a la Justicia para que figuren en el Registro de las personas y en la partida de nacimiento como padre y madre del bebé que nace aquellos que demandaron”, explicó Sandra Lencina, abogada abocada a familia, niñez y género, miembro de Abofem Argentina.
"Que sea una práctica no regulada no significa que no exista. En la Argentina hay muchos casos de nacimientos por subrogación. Ante la falta de regulación, es necesario recurrir a la justicia"
Sandra Lencina, abogada
“Se debe pedir autorización a un juez sobre el vínculo filiatorio con el niño y la gestante debe renunciar al vínculo filial con ese hijo. Luego el juez emite una autorización judicial donde determina si le ordena al registro civil de la jurisdicción que inscriba a ese menor que nace a los padres intencionales. En la Capital, en cambio, se emitió en 2017 una medida administrativa mediante la cual los hijos por sustitución son inscriptos a nombre de los padres intencionales, siempre que se presente el consentimiento libre e informado por parte de la madre gestante firmado en el centro médico”, adhirió Daud.
Y agregó: “Hay un punto y es que nadie puede comprobar que sea libre e informado y que no haya habido presiones ni abuso de una situación socioeconómica desventajosa de la gestante. En general, ambas partes se conocen por Facebook y pactan. Muchos centros médicos piden un apto psicológico de los padres de intención y de la gestante. Y lo que sí tiene que haber es un seguro de vida para la gestante, por si muere o pasa cualquier cosa en el parto o el embarazo. También se puede pactar una compensación de los gastos del embarazo, por los estudios médicos o por si deja de trabajar y no la contratan nuevamente”.
Gestación subrogada en Ucrania
“En Ucrania, donde la subrogación gestacional está permitida y legislada, existen las clínicas de gestación. Los nacimientos por subrogación en Ucrania se inscriben en el registro civil a nombre de los padres genéticos con voluntad procreacional, por lo que el bebé que ingresa al país lo hace con su partida de nacimiento donde consta que es hijo de los comitentes y aquí solicitarán la ciudadanía”, apuntó Lencina.
Gómez advirtió: “La demanda en Ucrania existe hace alrededor de 20 años, porque es más barato, pero ahora se visibilizó por las complicaciones de la guerra. También hay un componente racista muy importante: las madres son blancas y con un canon de belleza. Pero, ¿qué pasa con la mujer gestante? Incluso en la práctica altruista no se dejan de mercantilizar los cuerpos de las mujeres, aun cuando no hay un contrato comercial de por medio. Estudios científicos demuestran que el cuidado en la gestación tiene repercusión en la vida y en el desarrollo de la persona gestada”.
Daud destacó que el conflicto en Ucrania repercutió en los demandantes argentinos de la gestación subrogada a madres residentes en el país: “Por ello aumentaron las consultas sobre si se puede realizar en la Argentina. Las mujeres gestantes están en sótanos, refugios, y están tratando de llevarlas a la parte occidental para que crucen la frontera. Hay padres que tienen a su bebé siendo gestado en madres ucranianas y otros que pagaron pero no se inició el proceso y perdieron el dinero. Tener un bebé en medio de una guerra es muy angustiante, pero también se visibilizó que la motivación de tener un hijo mueve montañas”.
Gómez añadió: “¿Qué sucede con aquellos niños gestados que no son recogidos por quienes los mandaron gestar? Este fue un problema muy recurrente en India, en otros casos donde los bebés nacieron con enfermedades o discapacidades no perceptibles durante el embarazo, o durante la pandemia por la cuarentena estricta”.
Consecuencias psicológicas
La psicóloga clínica argentina Sonia Vaccaro profundizó en las consecuencias físicas y psicológicas que conlleva esta práctica para la madre gestante y para el bebé. “La mujer, para superar la entrega de su hija o hijo, deberá hacer una disociación cognitiva y emocional. Lo entregan nada más nacer, en algunos casos sin posibilidades de mirarle a los ojos, y suele conllevar una depresión puerperal que sufren algunas madres, aun cuando conservan de modo cercano a sus hijos”, dijo.
Y agregó: “Para el bebé recién nacido, los trastornos pueden ser muy graves. En las niñas y niños adoptados, el conocimiento de sus orígenes, raíces y cultura cubre un vacío; algo a lo que en las criaturas producto del alquiler de vientres no podrán acceder ni contactar jamás”.
“Que existan mujeres que quieran hacer un favor a alguien cercano, debemos saber que es la excepción. Se trata de un negocio internacional que involucra a las mujeres pobres y necesitadas de dinero”, concluyó Vaccaro.
Un debate necesario
Gómez asegura que la gestación subrogada es “el debate del Siglo XXI” en el feminismo argentino y en el marco internacional. “La interseccionalidad está cruzando estos valores. No es lo mismo pensar en estas prácticas desde países como España o los Países nórdicos, porque hay que tener en cuenta no solo las condiciones de género; también de clase, de etnia y de estatus migratorio; para que haya una cuestión de igualdad entre las partes y que no haya una autonomía corruptible”, apuntó.
Y agregó: “Queda por delante la pregunta de si existe el derecho a la maternidad y a la paternidad bajo estos estándares más allá del derecho a formar una familia, contemplado en la Convención de Derechos del Niño. Debemos poner sobre la mesa las cuestiones de la autonomía de las personas que gestan, la desbiologización en términos de la maternidad y la gestación, y la despersonalización y mercantilización de la gestación, más allá de que se haga con valor pecuniario o no”.
Por su parte, Lencina dijo: “Hablamos de una pobreza que sigue siendo feminizada. ¿Hasta dónde hay libertad si la mujer lo hace por una necesidad económica? En cualquier caso, requiere una regulación por parte del Estado, porque existe en la práctica. Necesita un amplio debate previamente, que tiene que traer a toda la sociedad y al Estado en un marco de total corresponsabilidad. Para solucionar las cuestiones de si no es más de la cosificación del capitalismo sobre los cuerpos de las mujeres, siempre partiendo del respeto a las familias que optan por la subrogación”.
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