STEM: las carreras del futuro
Las profesiones relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas tienen alta demanda en el mercado laboral, pero pocos estudiantes
Cada año, quedan sin cubrir 5000 puestos en las áreas de software y sistemas, según datos la Cámara de empresas de software y servicios informáticos (CESSI). En tanto, siete de cada 10 industrias tiene problemas para reclutar técnicos e ingenieros, de acuerdo a una encuesta de la Fundación Observatorio Pyme.
Mientras la demanda de profesionales en las llamadas disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemática por sus siglas en inglés) aumenta, la mayoría de los estudiantes universitarios argentinos opta por carreras sociales y humanísticas. Las licenciaturas en Meteorología, Geología y Oceanografía, fundamentales para adaptar la infraestructura y la producción del país al fenómeno del cambio climático, tienen más becas disponibles que postulantes interesados.
Ocurre que, mientras surgen nuevas necesidades y áreas de estudio, las carreras universitarias más populares siguen siendo las mismas que hace 20 años. Según datos del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, en 2015, Medicina, Psicología, Abogacía, Contador Público, Administración de Empresas y Arquitectura, fueron –en ese orden–, las más elegidas.
En Argentina hay un graduado de ingeniería cada 6000 habitantes, mientras que en Brasil, hay uno cada 4000 y en Alemania, uno cada 2000, según datos del Consejo Argentino de Ingenieros (CAI). Actualmente se reciben unos 5500 ingenieros por año, de acuerdo a la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación. Sin embargo, la demanda –sobre todo en algunas áreas como Eléctrica y Sistemas –, supera a la oferta disponible.
Para fomentar el estudio de estas carreras, en 2012 el Gobierno lanzó un Plan Estratégico de Formación de Ingenieros, cuyo objetivo era duplicar la cantidad de graduados para 2020.
En los últimos cinco años, creció el número de aspirantes en las facultades de Ingeniería. Por segundo año consecutivo, en 2016 hubo más inscriptos al CBC de Ingeniería que al de Ciencias Sociales. Sin embargo –advierte Horacio Salgado, decano de la Facultad de Ingeniería (FIUBA)– “la matrícula sigue siendo baja, sobre todo en ramas como alimentos, naval, mecánica y eléctrica. Además, hay que incrementar el número de graduados. Hoy hay 3000 ingresantes pero con alta deserción. Se reciben 600 por año y el 50% de los estudiantes no cursa como corresponde”, señala.
En el Instituto Universitario de Buenos Aries (ITBA), “el número de ingresantes creció sostenidamente en los últimos cinco años, pero el número de graduados se mantuvo constante”, coincide el director de Desarrollo Institucional, Nicolás Bacqué. En tanto, en la UTN Regional Buenos Aires se registra un fenómeno similar “si bien creció el número de aspirantes, bajó la proporción de quienes aprueban los exámenes de ingreso”, confiesa el decano Guillermo Oliveto. “En 2014, el 43% de los aspirantes aprobaba el examen de ingreso, y en 2016 sólo lo hizo el 35%. También notamos que el mayor número de aprobados proviene de escuelas privadas, cuando hace unas décadas era al revés. Hay un problema de base, tanto en la vocación como en la formación curricular que traen los chicos en Física y Matemática. También tiene que ver con una pérdida de la cultura del esfuerzo. Ingeniería es una carrera que exige mucha dedicación. Antes se preparaba el examen de ingreso un año antes, y ahora, muy cerca de la fecha”, comenta.
En la última reunión del Confedi (Consejo Federal de Decanos de Ingeniería), realizada a mediados de octubre en Formosa, se propuso hacer una devolución a los directores de escuelas medias, sobre las principales dificultades que muestran los alumnos en los exámenes. “Es preciso reelaborar el plan de formación de ingenieros y más allá de otorgar becas, empezar a trabajar en la escuela primaria y media en la formación de vocaciones en ciencias básicas y aplicadas, reforzando los contenidos de esas áreas”, apunta Oliveto.
El sector de Tecnología, Telecomunicaciones, Software y Servicios Informáticos emplea a casi 400 mil personas en la Argentina, según un relevamiento de Comunidad IT patrocinado por Fibertel- Cablevisión.
La actividad del software y servicios informáticos representa una de las principales exportaciones de valor agregado del país, con un crecimiento del 10 % anual. Sin embargo, “la matrícula en carreras de sistemas quedó estancada en 20.000 y se reciben 4.000 por año, cuando la industria requiere el doble”, apunta Santiago Ceria, de la Fundación Sadosky.
Pipetas y números
La demanda de técnicos y graduados en software y sistemas se reparte en un 52% correspondiente a las empresas del sector, y un 48% en otros rubros como banca, farma, alimentos y prácticamente todas las actividades que involucran software y sistemas.
“La escasez de recursos humanos en las áreas de Tecnología genera limitaciones al crecimiento de las empresas, ya que los proyectos quedan frenados por falta de gente que pueda llevarlos a cabo”, advierte el informe de Comunidad IT, que incluye un mapeo de las zonas del país con mayor y menor oferta de profesionales en estas áreas. A partir del mismo, la entidad organizó cursos de capacitación en distintas ciudades del país. El objetivo es “brindar a los jóvenes herramientas para ingresar al mercado laboral, y a partir de allí poder iniciar o continuar sus estudios terciarios o universitarios”.
La Fundación Sadosky, junto a Universidades y empresas de la Cámara del Software y Servicios Informáticos (CESSI) lleva adelante diversos programas para incentivar vocaciones y graduaciones, y adecuar la oferta educativa a los avances tecnológicos. Uno de sus proyectos es crear 20 tecnicaturas universitarias en áreas de avanzada como “curaduría de contenidos digitales, gestión de gobierno electrónico, minería de datos, dómotica o diseño 3D”.
Por otro lado, la desarrolladora de software Globant, que hoy emplea a más de 3000 personas, impulsa desde 2010 el programa Teste.Ar, que capacita a jóvenes vulnerables (muchos de ellos, que han dejado el secundario), en el testeo de aplicaciones y videojuegos, como herramienta de inserción laboral. En no pocos casos, se despiertan vocaciones para seguir capacitándose en carreras informáticas. “No buscamos habilidades determinadas, sino personas talentosas que puedan ser capacitadas”, dice Guillermo Willi, Chief People Officer de Globant. “En esto, tenemos un doble desafío: contarles a los chicos y chicas que estudiar software no es sólo para Nerds, y después motivarlos para que terminen la carrera”.
Según un informe del Centro de Estudios de la Educación (CEA) de la Universidad de Belgrano, que dirige Alieto Guadagni, “de cada 100 graduados en 2013 de todas las universidades de país, 45% correspondieron a Ciencias sociales y sólo el 22% a Ciencias Básicas ya aplicadas (el resto corresponden a Ciencias Humanas y de la Salud). La graduación en Ciencias Sociales aumentó más que la graduación en Ciencias Básicas y (61,3% versus 45,6%), entre 2003 y 2013, sobre todo en las universidades privadas, que son las que más carreras empresariales y sociales ofrecen.
Los creadores de Google, Larry Page y Serguéi Brin son matemáticos. Como se ve, hay oportunidades, pero también hay que saber buscarlas.
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