Sputnik V: relegada en el mundo por la guerra con Ucrania, la vacuna rusa sigue fabricándose en el país
El laboratorio Richmond, que se encarga de la producción local, afirmó no tener problemas con el suministro y el stock disponible; la OMS postergó la inspección para autorizarla
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Hace tres semanas, cuando se iniciaba la invasión de las tropas rusas a Ucrania, se esperaba una inspección de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a Moscú para aprobar en forma definitiva de la vacuna Sputnik V, aunque el conflicto bélico frustró esa visita. La escalada de violencia y destrucción que vino después le puso un freno a ese trámite y fue la misma OMS que, por estos días, avisó que se postergará hasta que no cese el conflicto.
En ese contexto y con el bloqueo comercial y económico que está sufriendo Rusia por la reacción internacional que rechaza la guerra se abre un gran interrogante sobre el futuro de la producción de la vacuna desarrollada por el Centro Gamaleya y en la Argentina fabricada por el laboratorio Richmond gracias a los acuerdos sanitarios y a la transferencia de tecnología científica.
Enviados del laboratorio se encontraban en Moscú el día que comenzó la invasión a Ucrania a la espera de la llegada de la comitiva de la OMS y las visitas de rigor a las plantas de producción para la aprobación de emergencia. En ese momento el panorama era incierto, algo que cambio semanas después a pesar de que los bombardeos, las muertes y la destrucción no cesaron.
“El conflicto nos agarró en un momento donde hay vacunas, hay producción, tenemos stock y, por lo tanto, no habrá problemas de abastecimiento ni de suministro. En otras situaciones similares, a lo largo de la historia, cuando hay un bloqueo la cuestión sanitaria queda al margen. Si necesitáramos, podríamos pedir el reactivo y seguir produciendo”, explicó una importante fuente del laboratorio Richmond.
A pesar de los cuestionamientos que recibió y las dudas generadas en la comunidad científica internacional, la Argentina fue uno de los primeros países en sellar un acuerdo con Rusia para la provisión de Sputnik V. En diciembre de 2020 había mucha demanda y poca producción por lo que las vacunas rusas fueron importantes para comenzar la campaña de inmunización.
Hasta el momento se aplicaron casi 21 millones de dosis de Sputnik V entre las enviadas por el gobierno ruso (14.683.210 -10.490.055 del componente 1 y 4.193.155 del 2-) y las producidas en la Argentina por Richmond (6.296.125 de aplicaciones -1.634.875 del primer componente y 4.661.250 del segundo-). Además se recibieron 20.080.710 de Pfizer y 1.080.000 de su versión pediátrica, 31.672.800 de Sinopharm, 29.643.700 de AstraZeneca, 11.259.980 de Moderna, y 1.704.000 de CanSino para alcanzar la suma de 116.420.525 dosis.
Qué países aplican Sputnik V
La nueva posición de la OMS de evaluar la inclusión de Sputnik V en su lista de vacunas para uso en emergencias provocó que el Ministerio de Salud de la Nación autorizará la administración de una nueva dosis de otro fármaco reconocido por ese organismo internacional en aquellas personas que recibieron el componente ruso y deben viajar al exterior ya que la Sputnik V es rechazada en varios países.
“Creemos que es una medida acertada que a nosotros no nos afecta. Tenemos lotes en producción y también tenemos stock. La postergación de la visita de la OMS tampoco es un problema como si hubiera sido hace un año”, admitieron en Richmond para descartar cualquier tipo de conflicto interno con el gobierno de la Nación.
Proyección
El laboratorio se encuentra en plena etapa de expansión y desarrollo para seguir produciendo la vacuna contra el Covid-19 con una planta que está construyendo en Pilar que tendrá una superficie total de 11.088 m² con un área productiva de casi 5800 m². Richmond se aseguró los fondos para ese proyecto en una convocatoria a inversores privados y públicos para la colocación del fideicomiso financiero VIDA en la que logró recaudar US$85 millones, el máximo de financiación que buscaba para producir. La Sputnik V, que actualmente es envasada en el laboratorio tercerizado MR Pharma, se podría fabricar allí junto a otros medicamentos biotecnológicos.
En Richmond esperan completar, a fin de año, la transferencia de tecnología para elaborar la vacuna contra el coronavirus y así no depender del envío de los reactivos desde Rusia. “Mientras tanto, si hubiera necesidad, podrían seguir mandando la materia prima, el antígeno, aunque en estos momentos no tenemos necesidad”, reafirman desde la empresa.
El jueves pasado el Ministerio de Salud dio detalles de la nueva medida que habilita a las jurisdicciones a proveer de una nueva dosis a quienes deben viajar al exterior y tengan esquemas completos de Sputnik. Esta aplicación, explicó la cartera sanitaria, “estará sujeta a las particularidades de quien la solicite en función de su estado de salud y de haber cumplido con un intervalo mínimo de cuatro semanas desde la aplicación de la última dosis”. Para acceder a otra vacuna se deberá presentar una constatación fehaciente del viaje y la firma de un consentimiento informado donde se explicite las condiciones enumeradas.
“Estamos en contacto con la Organización Mundial de la Salud, el instituto Gamaleya y la Federación Rusa que presentó más de 800 documentos solicitados antes de la inspección ya programada. La guerra postergó todo y se genera complicaciones en las personas que deben viajar. Debido a que esto, que iba a suceder a fines de febrero, estamos avalando la cuarta dosis para quienes tengan que viajar”, detalló la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
El contexto sanitario no es crítico en la Argentina, como otros momentos durante la pandemia, con el 81% de la población con el esquema completo de dos dosis y el 40% con una tercera aplicación de refuerzo. Además, por octava semana consecutiva se registra un descenso pronunciado de casos y una reducción del 98% respecto al pico máximo de la pandemia en enero. Según los últimos datos oficiales hay 65.500 casos activos y la ocupación de camas de terapia intensiva es del 39,3% en todo el país y del 40,2% en la área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).