Sputnik V: No hay nuevos arribos confirmados al país de segundas dosis y crece la incertidumbre
Hace ya 21 días que no llegan desde Rusia vacunas del segundo componente listas para ser aplicadas; hay 1.480.051 personas que ya superaron los 90 días recomendados para completar el esquema
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El Plan de Vacunación contra el coronavirus en la Argentina sigue avanzando. En julio el país recibió 16.895.200 dosis y alcanzó las 11.241.066 aplicaciones en todo el territorio. De esta manera, el 55,49% de los argentinos cuenta con una dosis, aunque tan solo el 15,8% tiene el esquema completo.
Sin embargo, según los datos recopilados por LA NACION Data, hay 1.480.051 personas para las que el Plan de Vacunación está en pausa. Son aquellos que ya superaron los 90 días recomendados para recibir el segundo componente de la vacuna rusa, y por el momento no hay dosis a la vista. Hace 21 días que ni una sola vacuna del componente dos lista para ser aplicada aterriza en la Argentina. Y tampoco hay confirmación de nuevos arribos.
Según señalaron fuentes del Ministerio de Salud a este medio, si bien creen que pueden llegar dosis de la Sputnik-V antes de fin de mes, solo lo anunciarán cuando las vacunas ya estén arriba del avión rumbo a Buenos Aires.
La semana pasada llegaron 500 litros del principio activo para su filtrado y envasado en la planta del laboratorio Richmond, y esta semana llegarían otros 300, pero esas dosis recién estarían disponibles para fin de mes. Según la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, para fines de agosto los argentinos contarán con 1.500.000 segundas dosis de Sputnik V.
Fuentes privadas admitieron a LA NACION que Rusia decidió dar prioridad a la vacunación de su población, por lo cual ahora el compromiso de ese país es enviar el principio activo para que el Laboratorio Richmond envase la Sputnik V a nivel local y ya no la vacuna terminada. No se descarta que arriben algunas dosis más, pero la apuesta central es impulsar la fabricación local. Esta es la estrategia con la que los rusos pretenden dejar atrás la fuerte polémica que provocó la carta de la asesora presidencial Cecilia Nicolini, revelada por Carlos Pagni en LA NACION, con la que reclamó, el mes pasado, por la demora en la entrega de vacunas.
En este aspecto, tanto el Gobierno como el fabricante confían en poder acelerar los tiempos de Rusia que, hasta el momento, se vienen dilatando en una o dos semanas respecto de las metas originales. Esta semana se aguarda que Gamaleya apruebe las Sputnik de componente dos (segunda dosis) ya fabricadas en la Argentina y cuyo stock supera el millón de unidades. Las vacunas de componente uno (primera dosis) envasadas localmente ya fueron autorizadas por los rusos el 15 de julio pasado. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) va liberando los lotes a medida que el Ministerio de Salud los vaya requiriendo para su distribución y aplicación, explicaron las fuentes.
Hoy, por el contrato firmado con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés) y con Human Vaccine, una empresa creada por ese fondo para vender el producto, el gobierno de Vladimir Putin aún no entregó 18.734.185 dosis (5.500.000 del componente 1 y 13.100.000 del 2). Hasta ahora arribaron a la Argentina 11.868.830 vacunas. De ese total, 9.375.670 corresponden a la primera dosis y 2.493.160, a la segunda. Por lo que aún hay una diferencia de 6.882.510 entre la cantidad recibida de ambos componentes.
El martes pasado, en el Consejo Federal de Salud (COFESA), los ministros de salud de todas las jurisdicciones acordaron priorizar la aplicación de las segundas dosis para los mayores de 50 años. A esta altura, la carrera es contra reloj por el avance de la variante delta en el país. Ya se han detectado al menos 80 casos, dos de ellos de personas que viven en la ciudad de Buenos Aires y no tuvieron contacto con alguien que haya viajado al exterior. Esto quiere decir que en pocas semanas podría haber circulación comunitaria de esta variante que, se estima, en el corto plazo se convertirá en la variante predominante por su alto nivel de contagiosidad.
“Consensuamos que agosto será el mes de las segundas dosis para tener un impacto en la disminución de la mortalidad y en las internaciones ante el potencial riego de presentar circulación persistente de variante delta. Queremos transmitir la tranquilidad de que con la primera dosis, sobre todo con la vacuna Sputnik V, la eficacia en relación con los anticuerpos y a la protección en los ensayos clínicos es muy alta. Los esquemas de vacunación no se reinician. Ni este, ni ningún esquema de vacunación de ninguna vacuna. Cuando se da el refuerzo, la memoria inmunológica responde y se estimula la respuesta inmune”, expresó la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, en el encuentro que se llevó a cabo en el Palacio San Martín.
Vizzotti agregó: “Si dedicamos las cuatro semanas de agosto para completar esquemas, es muy posible que lleguemos a cubrir el 22% de los mayores de 50 que resta para alcanzar el objetivo del 60%, ya que a la fecha hemos alcanzado el 37% de coberturas con esquemas completos en este grupo, comenzando con los que más tiempo de intervalo tienen”.
En cuanto a las otras vacunas, el lunes pasado las autoridades sanitarias firmaron el pago de las primeras 200.000 vacunas monodosis de Cansino, que son parte del contrato de 5,4 millones de vacunas para 2021. Si bien aún no hay fecha exacta para su arribo, estiman que será “en estos días”, y en ese momento se firmará el cronograma de entrega de las 5,2 millones de dosis restantes.
El flujo de las segundas dosis de la Sputnik-V es un problema que Rusia, por el momento, no puede solucionar, por lo que tampoco puede cumplir en tiempo y forma con los contratos firmados. Eso es evidente por la diferencia entre el número recibido de los componentes uno y dos. Esa incapacidad también quedó plasmada de manera explícita en la carta que le envió Cecilia Nicolini, la asesora presidencial, a Anatoly Braverman, que es la mano derecha de Kirill Dmitriev, el CEO del RDIF.
Para poder pasar por encima de los problemas que un fabricante pueda tener para cumplir con los contratos, se inició una prueba con voluntarios para combinar vacunas en varios distritos, algo que ya se hace en el resto del mundo y en algunos casos da incluso mejores resultados que cuando se aplican las dos dosis de la misma marca.
Hoy, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, señaló que los resultados preliminares de esos estudios fueron auspiciosos. “A mitad de semana estaremos terminando el análisis de los primeros dos grupos y podremos decirle a la ciudadanía cuál puede ser una alternativa para intercambiar la segunda dosis”.
Quirós explicó que se analizaron dos grupos: uno recibió como segunda dosis la AstraZeneca, mientras que el otro recibió la Sinopharm. Se trata de individuos que habían sido inoculados con la primera dosis de la vacuna rusa Sputnik V, de este modo esa podría ser una solución ante la falta del segundo componente.
Este mes arribaron al país 8.768.000 vacunas de Sinopharm y 2.883.200 de AstraZeneca. A pesar de que se podría combinar vacunas, el Ministerio de Salud de la Nación señaló a este medio que continuará vigente el contrato por las Sputnik-V.
Respecto de las vacunas de Pfizer —el Gobierno firmó un contrato por 20.000.000—, empezarían a llegar el mes que viene, según señaló el Jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero.
Con la colaboración de José Luis Brea
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