Sorpresa: en Mar del Plata, el agua registra la temperatura media más baja en seis años
Según un relevamiento, el mes pasado cayó 1,3°C y este, 1,2°C; de acuerdo con los oceanógrafos, el descenso se debe a los vientos, que impulsan corrientes frías, y a la poca presencia del sol
MAR DEL PLATA.- Entre escollera y escollera, apenas 14 turistas enfrentan las olas en Playa Grande cuando recién empieza una tarde nublada y con un viento fresco que molesta. El resto son unos 20 surfistas que a mitad de enero todavía ni intentaron sacarse el traje de neoprene.
En este comienzo de año, el tiempo en la costa está muy inestable, el sol acompaña poco y el precio se paga en el mar, que desde el mes pasado y hasta estos días registra la temperatura promedio más baja de los últimos seis años. Así lo indica un informe del Gabinete de Oceanografía Física del Instituto Nacional de Investigación de Desarrollo Pesquero (Inidep).
El reporte da cuenta de una caída de 1,3°C el mes pasado y 1,2°C en lo que va de enero por debajo de la temperatura media en superficie del mar para esta época.Entonces el chapuzón no se disfruta tanto: sólo una zambullida refrescante y salir. Porque permanecer sumergido está todavía lejos de ser un placer. Sin embargo, no hay porque inquietarse: los pronósticos anticipan una mejoría en las condiciones meteorológicas a partir de este fin de semana, con temperaturas por encima de los 30°C, lo que ayudará a que se pueda sentir un mar más templado y acorde a la fecha.
"La temperatura del mar está más baja que nunca", afirma la oceanógrafa Graciela Molinari a partir de los datos que cada cinco minutos aporta el termómetro SBE 38 instalado en el Muelle de Pescadores, en el corazón de la bahía Bristol.
"Los registros desde diciembre y hasta el 14 de enero son los más bajos de la historia", indica a LA NACION con planillas en la mano y estadística sin pausa desde 2013, cuando comenzaron las mediciones.
El mes pasado la temperatura del mar promedió aquí 17,7°C grados. Casi un castigo que se sentía hasta los huesos. Cuando ya transcurre la segunda quincena de enero las marcas térmicas de las aguas que bañan las playas céntricas pocas veces llegan a los 20°C, cuando tendrían que estar en 21°C y tal vez con algunas décimas más. La diferencia parece ínfima, pero a nivel corporal se percibe y mucho.
Mar turquesa
Como para contrastar lo que valen un grado y esas décimas más hay que remitirse a fines de febrero de 2017. Entonces Mar del Plata fue noticia nacional por su mar color turquesa y aguas calmas. La temperatura del agua en esos pocos días había trepado a 23°C. Entonces el comentario de los bañistas era que se sentían como en una playa del Caribe.
"Claro que esta temporada está mucho más fría y lo estamos sintiendo hace un tiempo. Es el comentario general", afirma Carlos Pinasco, que con 69 años y si las condiciones climáticas permiten, todos los días sale a nadar con un grupo de amigos desde el Yacht Club de Playa Grande para completar al menos un largo de ida y vuelta por toda la extensión de la Escollera Norte. "Salimos con traje de neoprene porque de otra manera sería difícil de soportar", afirma, poco después de haber completado el circuito.
El ingeniero Ezequiel Cozzolino, que pertenece al Subprograma de Sensoramiento Remoto del Inidep, destaca que los registros del termómetro propio del organismo son coincidentes con los registros satelitales. Muestra gráficos con mapas de calor en la costa donde se percibe una presencia firme de los tonos azules, indicadores de frío.
"De a poco se va restituyendo la temperatura", dice y tranquiliza Molinari, que cree que en lo inmediato la temperatura del mar se aproximará y alcanzará su nivel habitual para la época.
Reconoce que hay un desplazamiento y que este mes, por ejemplo, se están dando los registros propios de diciembre. Por eso, es posible que el pico, que suele darse en febrero con casi 22°C, de mantenerse esta tendencia podría llegar recién en marzo.
¿Los motivos? Molinari y Cozzolino consideran que parecen haber impactado de manera directa la escasez de sol constante y por sobre todo la presencia repetida de vientos del noreste, paralelos a la costa, que provocan un fenómeno que denominan "surgencia". Explica la oceanógrafa que se desplaza el agua de la capa de superficie, que es la de mayor temperatura, y su lugar lo ocupa el agua "más fría y rica en nutrientes" que sube desde lo más profundo.
Cozzolino insiste en que en estos meses hubo poca radiación solar debido a una cobertura de nubes por encima del promedio para este momento del verano. "Los dos fenómenos, viento y falta de sol, nos están dando este resultado en el mar", remarcó.
"Hay que meterse al agua y correr a buscar la toalla", señala Raúl de Tomássi, de Córdoba, recién llegado con el cambio de quincena y con los brazos cruzados sobre el pecho para tratar de darse calor. "Está muy fría, pero me la banco", dice.
Los propios guardavidas, que suelen ingresar temprano para nadar a modo de entrenamiento, admiten el cambio en el mar. Pero remarcan que en pleno esfuerzo no se siente tanto como fuera del agua, por la escasez de sol.
El escenario es similar en los demás balnearios de la costa atlántica. Quizá donde menos se perciba es en el extremo norte, en inmediaciones de San Clemente del Tuyú. Allí, hay mayor influencia de aguas que llegan desde el Río de la Plata. "Suele haber hasta casi dos grados de diferencia con Mar del Plata", remarca Molinari.
Fuerte crecida de la marea en las playas
MAR DEL PLATA.- Una crecida del mar muy por encima de los valores habituales sorprendió ayer a los que llegaron temprano a las playas. Allí, no solo se encontraron casi sin arena seca en las franjas públicas, sino también con el agua que avanzaba sobre la infraestructura de los balnearios. Como la situación fue advertida por informes hidrometeorológicos, en los paradores habían tomado recaudos. La bahía de Cabo Corrientes y Playa Varese se convirtieron en un gran espejo de agua con un reducido anillo de arena seca, espacio en el que se concentraron los que eligieron disfrutar del mar desde temprano. Varias de las casillas de guardavidas quedaron literalmente en el agua. En algún caso con sus pilotes bajo más de medio metro de agua. El pico de la pleamar se dio poco antes del mediodía. Bárbara Prario, oceanógrafa de la oficina marplatense del Servicio de Hidrografía Naval, confirmó que la marea llegó a 2,50 metros. "Es un valor muy alto, pero no excepcional", dijo. Lo atribuyó a la presencia de vientos intensos, onda de tormenta y otros factores que llevan a que las mareas alcancen niveles por encima del promedio para estas costas.
Fotos: Mauro Rizzi
Edición fotográfica: Fernanda Corbani
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