Sólo bajo tierra
Siete líneas férreas de la región metropolitana atraviesan 1941 calles. Una de cada seis calles cuenta con paso a nivel.
Las restantes son cul de sac sin posibilidad de cruce. El tránsito se agolpa en las únicas calles que tienen el "privilegio" de cruzar las vías del ferrocarril. Hay demoras insoportables y algunos automovilistas impacientes cruzan imprudentemente con las barreras bajas, con consecuencias trágicas: en la última década, unas 300 personas murieron por año.
La solución de fondo está en el proyecto de ley Promitt (Programa de Modernización del Transporte Terrestre), en estudio en el Congreso de la Nación. Esta iniciativa plantea el soterramiento de las siete líneas troncales en 233 kilómetros. Desaparecen los cruces a nivel y se restablece el tejido urbano.
Al transformarse en subterráneo el tendido ferroviario, se sextuplica la capacidad de tránsito y de transporte de personas, por flujo libre y mayor frecuencia. El ferrocarril subterráneo se construye con tuneladoras, a 25 metros de profundidad, sin interrumpir el servicio de superficie.
Una vez habilitado, queda una franja de tierra libre que, si no se utiliza inmediatamente, se convertirá en una villa miseria lineal.
Por eso, es esencial aprovechar estas valiosas tierras para construir autopistas en trinchera sobre el túnel ferroviario, que pueden ser costeadas con un sistema inteligente de tarifación vial que regulará el flujo sobre la base de precios variables, como se hace, por ejemplo, en Santiago de Chile.
Las tarifas contarían con modulación horaria, geográfica, ecológica y social, y contribuirían a costear el sistema multimodal incluido el transporte público.
En la pagina www.autopistasinteligentes.org se encuentra la información completa del Promitt. Allí se puede ver el video y votar por el proyecto.
El autor es presidente de la Fundación Metas Siglo XXI.