Sobrio adiós a la empresaria y mecenas
"Con ella se va otra etapa de la Argentina." Fueron ésas las palabras para una despedida inexorable.
Más de 350 personas, entre familiares, amigos, políticos, empresarios y artistas plásticos, asistieron a la ceremonia en la Recoleta
Ese sentimiento de evocación -y también de gratitud- hacia la mujer que desde ámbitos muy disímiles gravitó con peso y brillo propios en el país fue el sentimiento común que se impuso entre las más de 350 personas que ayer acompañaron la inhumación de los restos de Amalia Lacroze de Fortabat en el cementerio de la Recoleta.
Sucedió como la empresaria, mecenas, coleccionista y filántropa seguramente lo hubiera deseado: en un clima de absoluta sobriedad. Sin estridencias ni retórica grandilocuente, pero con la tristeza profunda y silenciosa que deja su ausencia.
La ausencia de una hacedora infatigable, un alma generosa; una mujer que en vida se desprendió de más de 100 millones de dólares de su patrimonio para obras que juzgó justas y valiosas. Construyó hospitales, escuelas, comedores, radios; contribuyó con instituciones, programas asistenciales y personas individuales desde el anonimato de quien se asumió a conciencia como una privilegiada "obligada" a devolverle mucho al país.
Puntual, a las 11.30, partió desde su dúplex en Avenida del Libertador y Ugarteche el cortejo fúnebre que la escoltó hasta su morada final: el mausoleo de granito gris y forma piramidal que construyó para la familia Lacroze en el cementerio de la Recoleta.
Su nieto y heredero, Alejandro Bengolea; el administrador de sus bienes, mano derecha y miembro del Consejo de la Fundación Fortabat, el diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat-Gay; sus bisnietos, Alejandro Bengolea (h.), Marcos, Tomás e Ignacio Ferrari; su sobrino, el cineasta Juan Pablo Lacroze, acompañados por el ex combatiente de Malvinas Jorge Altieri, ahijado de guerra de Amalita, fueron los encargados de conducir su féretro hasta el panteón familiar.
Cubierto por un bouquet de lilas y rosas, que su sobrina, la ambientadora Gloria César, le preparó, detrás la seguían conmovidas su hija Inés Lafuente; su hermana, Sara Lacroze; sus nietas Bárbara Bengolea y Amalita Amoedo, y su sobrina Alejandra Lacroze.
Acaban de asistir al responso, íntimo y hermético, que, con extrema sencillez ofició el obispo emérito de San Isidro, Jorge Casaretto. Allí, Prat-Gay, su ex colaborador en la cementera Loma Negra; Jean Pierre Thibaud; su médico personal, Ramón "Monsi" Leiguarda, y el ex combatiente Altieri la recordaron con anécdotas y semblanzas que la pintaron en cuerpo y alma.
"Yo la conocí en 2005, en su etapa final", contó Prat-Gay a LA NACION. "Fui testigo de su enorme costado benefactor, que para mí era por lejos lo más marcado en ella: estaba siempre pendiente de cómo ayudar al desprotegido. Sufría y hacía todo lo que estaba a su alcance para resolver las cuestiones materiales de los que la pasaban mal", contó el diputado nacional.
"Además -afirmó-, iba personalmente a Campo de Mayo a atender a los combatientes cuando regresaban de la guerra (de las Malvinas, en 1982). Recuerdo a uno de Chaco, mutilado, que hacía ocho meses que no hablaba con su madre. Amalita, al día siguiente, mandó a traer de Chaco a toda la familia para que lo vieran. Tenía esos gestos, que no se conocen."
El momento de máxima emoción, con lágrimas, aplausos y pétalos de rosas, sobrevino a partir del testimonio a viva voz del soldado Altieri. Su féretro ya había sido colocado en lo alto de panteón cuando se escuchó: "Gracias madrina por todo lo que hiciste por nosotros. Fuiste nuestra segunda madre. Nos ayudaste con ternura, que fue nuestra mejor terapia", llegó a decir, con las marcas de esa guerra evidentes en su rostro: quedó hemipléjico y perdió un ojo cuando una bomba en Monte Longdon le estalló en la cabeza.
Estuvieron presentes en la inhumación de la señora Fortabat el director de LA NACION, Bartolomé Mitre, y su esposa, Nequi Gallotti; el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y su esposa, Bárbara Diez; el ex canciller Juan Ramón Aguirre Lanari; el ex vicecanciller Fernando Petrella; Luis Prémoli; el ex senador nacional y ex gobernador de Corrientes José Antonio Romero Feris; el presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi; el presidente de la Asociación Empresaria Argentina, Jaime Campos, y el director de PriceWaterhouse, Diego Etchepare.
Asistieron además el vicepresidente de ArteBA, Alejandro Corres; el director de Relaciones Institucionales de LA NACION, Norberto Frigerio; el diseñador Roberto Devorik; el fotógrafo Aldo Sessa; los artistas plásticos Rogelio Polesello y Rómulo Macció; la galerista Loreto Arenas; el historiador Roberto L. Elissalde; el empresario Guido Parisier; el ex presidente de la Ucedé Jorge Pereyra de Olazábal; Siobhan Dumas, y José Sánchez Elía, entre muchas otras personalidades del ámbito empresario y cultural.
Tras los saludos de rigor a sus familiares, hubo voces que cuestionaron "los sucesivos olvidos" de la ciudad de Buenos Aires por no haber reconocido a la señora Fortabat como ciudadana ilustre cuando un sinnúmero de Estados reconocieron su faena solidaria y cultural. Palabras finales y espontáneas surgieron de una humilde colaboradora suya: "Amalita supo ser generosa justamente porque nunca tuvo vergüenza de mostrarse como lo que fue: una empresaria de fortuna que eligió compartirla para achicar las brechas de las injusticias".
Cómo la recordaron
"Con ella se terminó una época que marcó un rumbo cultural y de prestigio. No tiene reemplazante."
Jorge Pereyra de Olazábal
Ex presidente de la Ucedé
"Es una de esas personas que cuando se van son irreemplazables. En todo lo que tocó, hizo mucho por el país."
Aldo Sessa
Fotógrafo
"Fue una mujer extraordinaria y generosa, una personalidad que le hizo muy bien al país."
Adolfo Prat-Gay
Diputado
"Todos la recordaremos como una de las grandes figuras del siglo XX, con un señorío y un brillo difíciles de igualar."
Eduardo de Zavalía
Académia de Ciencias de la Empresa
"Amalita fue una mujer solidaria en todo sentido, una gran persona y una gran amiga."
Bartolomé Mitre
Director de LA NACION