Sitio de la memoria: por qué la Unesco declaró patrimonio de la humanidad a la Ex ESMA y cómo son las visitas al museo
La Escuela de Mecánica de la Armada ingresó a la lista de lugares que recuerdan a víctimas de crímenes de lesa humanidad, que elabora la organización
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A partir de su declaratoria como patrimonio de la humanidad por parte de la Unesco, la ESMA ingresa a una lista de sitios de la memoria en los que también están incluidos: el Campo de Concentración Nazi Auschwitz-Birkenau, en Polonia; el Memorial de la Paz de Hiroshima, en Japón y la Isla Robben, en Sudáfrica, entre otros lugares que recuerdan a víctimas de crímenes de lesa humanidad.
Desde Riad, Arabia, donde desde el sábado la delegación local aguardaba expectante el veredicto de Naciones Unidas, Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación, reveló que la declaratoria era una tarea en la que venían trabajando desde 2015. Fue necesario que se cumplieran una serie de requisitos a través del trabajo técnico de profesionales nacionales y del extranjero que iban completando las planillas con los requerimientos del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), una organización internacional no gubernamental asociada con la Unesco.
“A partir de hoy, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) pasa a ser patrimonio del mundo, no solo de la Argentina. Tendrá la supervisión de un organismo internacional. Más allá del patrimonio se reconoce lo simbólico; es un edificio donde se cometieron delitos de lesa humanidad, y es el primero que se presenta con las nuevas reglas estipuladas desde las Naciones Unidas”, adelantó el funcionario en una conversación con LA NACIÓN, al finalizar la 45° sesión del Comité del Patrimonio Mundial.
En el tema de la elección de los sitios de la memoria se refiere a conflictos recientes del siglo XX, por eso siempre hubo polémicas, explicó Mauricio Cohen Salama, director de Producción Museográfica y Contenidos en el Museo Sitio de Memoria ESMA. El año pasado se acordó que, si un país presentaba una candidatura, y otro se sentía afectado, podría impugnarla, aunque luego la Unesco llamaría a una reunión para conciliar. “La ESMA es el primer sitio que se postula con las nuevas reglas. Japón, Bélgica y México dijeron que el caso argentino tiene que ser tomado como modelo ya que fue testimonio y símbolo del terrorismo de Estado, un ítem específico dentro de la violación a los Derechos Humanos”, señaló.
El complejo
La ESMA está ubicada en la Avenida del Libertador 8151/8571. Se trata de un gigantesco predio con árboles centenarios de 17 hectáreas y 35 edificios, prácticamente una ciudad creada para la Armada que contaba con pileta, cocina y talleres, que dejaron de funcionar en 1983. En 1928 se inauguró el complejo de edificios principal proyectado por el arquitecto Raúl J. Álvarez.
Consultado sobre si tienen previsto realizar reformas a partir de esta declaratoria, Pietragalla Corti adelantó que algunos edificios que están paralelos al ex-Casino de Oficiales, donde hoy se ubica el Museo Sitio de Memoria ESMA, entrarán en obra. Forman parte de lo que se llama “espacio de amortiguación” y fueron declarados como Lugar Histórico Nacional en 2008. A su vez, a largo plazo, tienen previsto trasladar las oficinas administrativas que funcionan dentro del museo. El resto de los edificios continuará como hasta ahora. Es decir, seguirán ocupados por organismos vinculados a los Derechos Humanos. Además, se tendrán en cuenta las recomendaciones dadas por el organismo internacional para el mejor funcionamiento del museo.
Desde 2008, el museo es Monumento Histórico Nacional y el año pasado se lo declaró Patrimonio Cultural del Mercosur. “Por este lugar pasaron unas 5000 personas detenidas-desaparecidas”, informó la Secretaría de Derechos Humanos. El sitio es evidencia del terrorismo de Estado, y prueba material en el proceso de Justicia por los crímenes de lesa humanidad allí cometidos, agrega el informe brindado por ese organismo.
Mónica Capano, titular de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, fue una de las especialistas que viene trabajando desde hace tiempo junto al equipo del museo para lograr la declaratoria. “No ha sido fácil obtener la nominación, desde la Comisión de Monumentos, incluso antes de mi gestión hubo que sortear muchos obstáculos”, dijo.
Según la funcionaria, se trata del “patrimonio del Nunca Más, es decir, mostrarle a la humanidad a qué niveles se puede descender, pero también la otra cara, los actos heroicos que se produjeron entre quienes vivimos la dictadura militar, sobre todo siendo jóvenes y viendo cómo nuestros compañeros y compañeras queridas desaparecían. Después supimos que los tiraban vivos desde los aviones en el río.”
Cómo es el museo
El año pasado la ESMA fue visitado por 44.400 personas tanto del país como del exterior. El recorrido consta de 17 salas que contienen dispositivos museográficos tradicionales y contemporáneos basados en testimonios de sobrevivientes, documentos históricos de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep), del juicio a las Juntas Militares de 1985, y los procesos por crímenes de lesa humanidad reiniciados en 2006. Las salas son: Recepción, Contexto Histórico, Historia de la ESMA: de Escuela a Centro Clandestino, Hall Central, Dormitorios de los oficiales, Capucha, Capuchita, Embarazadas, Baños, Pañol, Pecera, Los Jorges, Casa del Almirante, Sótano, Traslados, Dorado, Plaza Memoria, Verdad y Justicia.
Según la información del museo, la sala Capucha era el principal lugar de reclusión. Aquí las personas detenidas permanecían esposadas de pies y manos, con una capucha o antifaz de tela en la cara. Capuchita, en el altillo del ex-Casino de Oficiales fue uno de los lugares adaptados por la Armada como lugar de reclusión. Aquí las personas detenidas soportaban condiciones de hacinamiento, falta de aire, estricto control y la convivencia con sesiones de tortura. En Embarazadas se recuerda como a partir de 1977, el Grupo de Tareas de la ESMA comenzó a organizar un sistema en torno a las víctimas, para mantenerlas con vida hasta el momento del parto. Las y los recién nacidos generalmente eran entregados a integrantes de las fuerzas o a sus allegados.
El museo conserva marcas e inscripciones realizadas por las personas detenidas durante el período de funcionamiento del Centro Clandestino. Existen distintos tipos de grafías en muros, estructuras de hierro o de madera. Hay incisiones realizadas con algún tipo de elemento punzante e inscripciones de tinta o grafito. Se han detectado nombres, números de teléfonos, iniciales de personas, inscripciones de partidos políticos, fechas y dibujos.
“Todas las marcas poseen gran valor histórico, patrimonial y probatorio en los juicios de lesa humanidad. Aún hoy se encuentran bajo una rigurosa investigación arqueológica que confronta diversas fuentes de información —como planos, fotografías, croquis y documentación desclasificada— con testimonios de las y los sobrevivientes que permanecieron secuestrados en el Centro Clandestino de la ESMA”, informó el museo.
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