Síndrome Vexas: de qué se trata la extraña enfermedad descubierta en 2020 que se confunde con cuadros reumáticos
Es una afección inflamatoria causada por una serie de mutaciones genéticas que deriva en cuadros febriles y trastornos hematológicos; aún no hay un tratamiento específico aprobado
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En 2020 una nueva enfermedad inflamatoria fue descubierta por los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH, por sus siglas en inglés) y la novedad fue publicada en la revista The New England Journal of Medicine . Se trata de un trastorno que se presenta en adultos al que llamaron síndrome Vexas, y se genera por una serie de mutaciones genéticas que derivan en cuadros de fiebres recurrentes, manifestaciones cutáneas, afectación pulmonar, policondritis nasal o auricular y trastornos hematológicos, como anemia macrocítica o síndromes mielodisplásicos.
“Vexas es un acrónimo (Vacuola, Enzima E1 ligada al X y Somático). Aparece en el adulto y produce una inflamación sistémica que involucra potencialmente todos los órganos y tejidos. Puede parecerse a algunos cuadros reumáticos”, explica Liliana Alba, exdirectora del Centro Nacional de Genética Médica (Cenagem).
Hace algunas semanas familiares de una persona con síndrome de Vexas empezaron una campaña para difundir información sobre la enfermedad y encontrar otros pacientes que puedan compartir sus experiencias, debido a que aún no hay un tratamiento definitivo para enfrentarla. Este medio intentó contactar a los organizadores de la campaña por redes sociales, pero no respondieron.
La enfermedad
Este síndrome se genera debido a una mutación somática adquirida cuando hay cambios en el aminoácido («missense») del gen UBA1. Este es el encargado de codificar la enzima E-1 activadora del sistema ubiquitina-proteosoma, que es el encargado de degradar las proteínas dañadas o innecesarias dentro de las células. El origen de esta rara entidad son mutaciones adquiridas (en mosaico) de UBA1 en progenitores mieloides (precursores de células sanguíneas).
Que la mutación sea somática, detalla Gabriel Ércoli, director médico de Gempre Genómica, significa que la alteración del gen surge en la edad adulta de forma espontánea en algunas células, por lo que la persona no hereda la mutación de los padres ni la presenta desde el nacimiento. A su vez, Ércoli, describe que el “mosaicismo celular” se refiera a cuando algunas células presentan la mutación, mientras que otras permanecen normales.
“Examinamos los exomas y genomas de 1477 personas derivadas debido a fiebres recurrentes no diagnosticadas, inflamación sistémica o ambas y 1083 personas afectadas por trastornos atípicos no clasificados que fueron identificados a través del Programa de Enfermedades No Diagnosticadas”, se lee en la investigación publicada en The New England Journal Of Medicine.
Durante el estudio identificaron a 25 hombres con mutaciones somáticas que afectan al gen UBA1. En tales pacientes, se desarrolla un síndrome inflamatorio refractario al tratamiento a menudo mortal en la edad adulta tardía. La mayoría de esos pacientes cumplían los criterios clínicos de un síndrome inflamatorio (policondritis recidivante, síndrome de Sweet, poliarteritis nodosa o arteritis de células gigantes) o una afección hematológica (síndrome mielodisplásico o mieloma múltiple) o ambos.
“La enfermedad debería ser sospechada en un adulto que comienza con cuadro inflamatorio generalizado sin causa reconocida, con fiebre frecuente, inflamación ocular que puede acompañarse de desórdenes hematológicos. Puede haber dolores musculares, lesiones en piel, problemas cardíacos y gastrointestinales. Hasta ahora, hay pocos casos descriptos”, agrega Alba.
Ércoli añade que el síndrome se puede sospechar al identificar un conjunto de signos y síntomas caracterizados por manifestaciones cutáneas, afectación pulmonar como neumonías, inflamación del cartílago nasal y del pabellón auricular, alteraciones renales y trastornos hematológicos como anemia macrocítica o síndromes mielodisplásicos. “Si se realiza una biopsia de médula ósea, es posible detectar unas formaciones que apoyarían el diagnóstico. Ante la sospecha, es factible realizar el estudio del gen UBA1 y otros genes candidatos. El 80% de los pacientes tiene manifestaciones cutáneas, las cuales preceden a las alteraciones sistémicas, es decir, de todo el organismo. Es una condición severa que afecta principalmente a varones, aunque también se diagnosticó en mujeres”, indica Ércoli.
Actualmente, sostiene el especialista, aún no hay un tratamiento específico aprobado. “Sin embargo, se están realizando investigaciones y ensayos clínicos para evaluar diferentes enfoques terapéuticos. Los médicos pueden adoptar un enfoque multidisciplinario para manejar los síntomas individuales y brindar apoyo al paciente. Esto puede incluir el uso de medicamentos inmunosupresores como la prednisona, terapias biológicas y tratamientos sintomáticos para abordar las manifestaciones clínicas específicas del síndrome”, argumenta Ércoli.
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