Sin subte. Qué línea cerrará más de dos meses y cómo impactará en los usuarios
El ramal D no funcionará entre el próximo 8 de enero y el 17 de marzo por tareas de modernización del sistema de señales; entre el 3 y el 7 próximo, también se modificarán los horarios del servicio para trabajos previos
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Desde el próximo 8 de enero hasta el 17 de marzo, según informó el Ministerio de Infraestructura de la Ciudad de Buenos Aires, la línea D de subtes estará cerrada por una “indispensable obra de infraestructura” para mejorar y modernizar la operación de uno de los ramales más utilizados. Las autoridades porteñas informaron que eligieron esas fechas por la merma que suele haber en el número de pasajeros durante el verano, aunque, sin lugar a dudas, causará una congestión significativa en otros medios de transporte. A su vez, entre el 3 y el 7 del próximo mes habrá una modificación en el horario del funcionamiento de la línea para que los operarios puedan empezar “trabajos previos”.
“Es necesaria la finalización de la renovación del sistema de señales y el reemplazo de las máquinas de cambio. Esto permitirá mejorar la operación garantizando la regularidad y la eficiencia del servicio con la última tecnología en materia de señalización”, indicaron desde esa cartera. Y agregaron: “Durante enero y febrero hay una disminución del 40% en la cantidad de pasajeros habituales, por eso se seleccionaron esas fechas para las obras. En un día hábil suelen viajar unas 200.000 personas, mientras que en enero y febrero esa cifra desciende a 120.000. Además de esos cambios, entre el miércoles 3 y el domingo 7 de enero el servicio de la línea comenzará a las 7 y terminará poco antes de las 21.30 para llevar adelante los trabajos previos”.
Usuarios preocupados
Frente a la noticia, algunos usuarios de la línea D ya proyectan las complicaciones que tendrán para realizar sus movimientos cotidianos. Por ejemplo, Francisco Tejada, de 32 años, vive en Núñez y trabaja a pocas cuadras de las avenidas Santa Fe y Coronel Díaz. El trayecto en el subte le demanda de unos 15 minutos, pero estima que sin este medio de transporte tardará unos 45 minutos. “Ya me pasó varias veces, sea por un paro u otras medidas, cuando el subte no funciona demoro tres o cuatro veces más en llegar a mi trabajo. Esto pasa porque se cargan mucho los colectivos y a veces no te llegás a subir, entonces tenés que esperar el próximo. Además, donde no hay Metrobus el tránsito es tremendo”, se lamenta Tejada.
Por su parte, Marina Duek, de 31 años, dice “ya estar estresada” por los próximos meses sin subte D. “Yo trabajo en una inmobiliaria y me muevo, sobre todo, por la zona de Palermo y Belgrano. Voy y vengo todo el día en la línea D. Hay días en los que tomo el subte seis veces. A mí me mata cuando no funciona, pero bueno, entiendo que las cosas hay que mantenerlas y modernizarlas, así que tendré que adaptar mi rutina a los tiempos que me lleve hacer lo trayectos en taxi o colectivo. Seguramente tenga que hacer menos movimientos. Tengo auto, pero no lo uso para trabajar porque estacionar es un lío”, dijo Duek.
Las autoridades porteñas describieron que la Línea D es una de las más modernas y transitadas de la red de subtes porteños. “Cuenta con el 100% de su flota con aire acondicionado, se está por finalizar su repotenciación y están reemplazando el sistema de señales actual, de tipo Automatic Train Protection (ATP), por el moderno Communications-Based Train Control (CBTC), el mismo que ya funciona en las líneas C y H, lo que permitirá mejorar la operación, brindando mayor regularidad al servicio. Lamentablemente, es necesario frenar toda la línea porque no pueden coexistir los dos sistemas al mismo tiempo”, aseguraron.
Los de señalización, explicaron, son sistemas de control y protección de las formaciones, cuya función principal es que circulen de forma segura asignando rutas e informando sobre la posición de los trenes para evitar colisiones. Es decir, están vinculados con la seguridad y con la frecuencia del servicio.
Las mismas fuentes resaltaron que el CBTC es un sistema de última generación cuya tecnología es adoptada por los subtes más modernos del mundo. Trabaja mediante la comunicación entre formaciones, permitiendo el máximo acercamiento de forma segura y reduciendo el intervalo entre servicios al mínimo posible. Además, este sistema determina con exactitud la ubicación de los trenes y controla la velocidad de circulación, y en caso de que sea superada se puede detener la marcha. De esta manera, se logra una operación más eficiente, con intervalos más cortos y con mayor seguridad para los usuarios de la red.
“La línea D hoy opera con una frecuencia acorde a la demanda de pasajeros que tiene (3 minutos y medio promedio). Lo que va a otorgar esta obra es mayor regularidad en el servicio. El sistema que se va a adoptar va a otorgar mayor confiabilidad a la operación de los conductores. Por ejemplo, midiendo a través de un software la distancia entre trenes para mejorar la frecuencia. Esto va a hacer, por ejemplo, que no salgan dos trenes seguidos y uno con más tiempo de espera”, detallaron fuentes de la cartera que dirige Pablo Bereciartúa.
A su vez, indicaron que el cierre también es necesario para poder avanzar con el reemplazo de las 31 máquinas de cambio ―que no podrían operar con el nuevo sistema―, verificar que todas las rutas posibles cumplan con los estándares de seguridad, identificar eventuales fallas y finalizar la instalación del nuevo sistema a bordo de los trenes. Además, durante el cierre se aprovechará para terminar las obras de renovación de la estación Facultad de Medicina que solo pueden realizarse con la estación cerrada, en el marco del Plan Integral de Renovación de Estaciones.
Durante este año también comenzó la puesta en valor de estaciones en diferentes líneas de la red, como la San Martín (la línea C), Acoyte y Castro Barros (línea A), Bulnes (línea D) y Jujuy (línea E). Según informaron, por el momento no está previsto el cierre de ninguna otra línea de subte el próximo año.
¿Habrá más colectivos?
Por la presión que estas obras van a generar sobre otros medios de transporte, el gobierno porteño aseguró que ante esta situación, en la que una de las líneas de subte se verá comprometida, se le pedirá “colaboración a las líneas de colectivos”. La línea D “empalma” con más de 40 líneas colectivos en todo su trayecto. Y se cruza con otras tres de subte: en la estación Pueyrredón, con la línea H; en 9 de Julio con las B y C y en Catedral, con las A y E.
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