Sin permiso: los chicos mienten para tener Facebook
Para abrir un perfil, siete de cada diez no avisan a sus padres, según un estudio de Unicef; el 43% asegura que se vio con alquien que conoció por Internet
Siete de cada diez chicos no piden permiso para crear un perfil en las redes sociales, principalmente en Facebook, según un estudio de Unicef Argentina. Como esa plataforma exige una edad mínima de 13 años para habilitar una cuenta, el 42% de los que tienen 12 o 13 años miente sobre ese dato. Es más: el 43% de los niños y adolescentes encuestados afirmó haber creado su primera cuenta antes de los 13.
El estudio también reveló algunos datos que alarman: el 43% de los adolescentes asegura que se encontró de forma presencial con alguien que conoció por Internet. De ese grupo el 80% le avisó a alguien sobre el encuentro. Asimismo, cuatro de cada diez chicos publican o publicaron su localización en las redes sociales y el 20% de las mujeres y el 7% de los varones aseguran que una persona que conocieron por Internet les pidió fotos con poca ropa.
Estos datos, que preocupan a las familias, sirvieron de base para el debate en Conectados al Sur, el primer simposio regional sobre ciudadanía digital de niños, niñas y adolescentes que se realizó días atrás, donde se concluyó que el desafío mayor de padres y educadores pasa por encontrar el punto medio entre el derecho de los niños a ser protegidos de los abusos y el derecho a conservar sus propios espacios de socialización. Pero los especialistas coinciden en que la prohibición y demonización de las nuevas tecnologías no es la solución ante estos peligros.
"Los chicos seguirán entrando a Facebook y continuarán utilizando Internet, lo que deben hacer los adultos es guiarlos. Nosotros tenemos un programa llamado Con vos en la web donde tratamos de darles herramientas para que puedan usar las nuevas tecnologías de manera segura. Allí definimos cuatro grandes riesgos: la discriminación en Internet o cyberbullying; grooming o abuso en la Web; la reputación online, y la viralización o difusión de datos personales, imágenes y fotos. Lo que buscamos es que los chicos puedan cumplir con su derecho a la privacidad, su derecho a la intimidad y que puedan ejercer los derechos que la ley de protección de datos personales nos brinda", resumió Ezequiel Passeron, coordinador del programa Con vos en la Web, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. "Es fundamental generar una red por la cual los gobiernos, la sociedad civil y el sector académico trabajen junto con los jóvenes sobre la conectividad", señaló Florence Bauer, responsable de Unicef Argentina.
Pero no todo es negativo. "La mayoría de los chicos conocen muchas de las herramientas que ofrecen las propias redes para denunciar distintas formas de acoso. Por ejemplo, el 63% de los consultados dijo haber bloqueado a algún contacto, con lo cual conoce y entiende la herramienta que le da la propia red", aseguró María José Ravalli, de Unicef Argentina.
Sin embargo, para Ravalli la mayor tensión actual es la que existe entre el derecho que tienen los chicos a interactuar, participar, jugar online y compartir información, fotos y videos -lo cual está garantizado por la "Convención sobre los derechos del niño"-, y el derecho que también tienen a estar protegidos contra cualquier forma de violencia. "Todo el tiempo se ponen en juego esos dos derechos que los chicos tienen y son los adultos quienes deben establecer cómo manejan, en la práctica, esa tensión. Ése es el gran desafío", considera.
Frente a estos peligros, por lo general, los padres tienden a prohibirles el uso de las redes sociales o la tecnología. Sobre este punto todos los especialistas entrevistados coinciden que hacerlo es un gran error. "Las plazas pueden ser un lugar de entretenimiento o un lugar peligroso si los chicos se caen del tobogán, por ejemplo. Con las redes sociales e Internet sucede lo mismo. Depende del acompañamiento que el adulto les brinde a los jóvenes y niños, mientras se encuentran utilizando las tecnologías", resalta Ravalli.
Por último, Cortesi alerta sobre otro tema importante: no perseguir a los jóvenes. "Estamos eliminando sistemáticamente todos los espacios que tienen para ellos mismos. En el colegio están con los profesores, en las casas con los padres y ahora en Internet también están presentes los adultos. No les quedan más espacios propios. Creo que acompañar no debe ser monitorear todo el tiempo. Los padres no deben, por ejemplo, obligar a que sus hijos sean sus «amigos» en Facebook. Hay que darles su espacio", sostiene.
Sandra Cortesi, que participó del simposio, es directora del proyecto de Juventud y Medios de Comunicación del Centro Berkman de la Universidad de Harvard y forma parte de DigitallyConnected, una iniciativa que desde hace diez años investiga cómo los jóvenes de entre 12 y 18 años utilizaban Internet en diversos países del mundo.
En relación con las diferencias que están observando entre los jóvenes de los distintos países, Cortesi destacó que en Suiza, por ejemplo, un estudio reciente mostró que cerca del 97% de los jóvenes ya tienen un smartphone, y no un simple celular. "En Estados Unidos vemos que los adolescentes están en las redes sociales, pero ya no utilizan mucho Facebook, prefieren Snapchat e Instagram. Creo que en la Argentina va a pasar lo mismo", estimó.
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